Luis Villegas Montes Al parecer, no podían ser más disimiles los títulos que, unidos, encabezan estas líneas; paso a explicarlos. Tengo a mi merced, uno en mis manos y el otro a punto del arribo, dos ejemplares de la novela Dragón Rojo.1 ¿Cómo ocurrió ese pequeño prodigio -yo que ayer no tenía ninguno-? Resulta que […]
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