Los pequeños y medianos productores de leche están decididos a realizar esfuerzos extraordinarios para aumentar los índices de producción y productividad que permitan aumentar la oferta nacional del producto, con tal de que la leche y sus derivados no sean incluidos en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) “en virtud de que, en 23 años de vigencia, nos ha llevado a la ruina”, afirmó categórico Álvaro González Muñoz.
El presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, informó que “ha sido mucho tiempo de resistencia por sobrevivir, debido a la desleal competencia que representan las importaciones de polvos de leche sin crema, quesos y ‘otros sobrantes’, que han pagado 530 mil pequeños y medianos productores con su desaparición del sector lechero nacional”.
Consideró que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, no tiene en “su radar” la reactivación del mercado interno. Para prueba, dijo, está el caso del azúcar refinada y cruda. “Centró su atención en las grandes industrias y los pequeños, que son los productores cañeros, poco le importaron. ‘Esos que se rasquen con sus propias uñas’”, dijo Álvaro González.
Si esa va a ser la misma ‘estrategia de negociación’, los pequeños y medianos productores de leche preferimos no entrar en ese juego. “Nos causa pánico el hecho de pensar que nos van a desaparecer del padrón de productores, y los subsidios y apoyos de nuestros recursos fiscales, que nuestro gobierno pone a nuestro servicio, irán a parar al bolsillo de los productores lecheros norteamericanos, obvio señalar que porque aumentarán las compras de polvo de leche”.
Dijo que, al inicio del TLCAN, en 1994, el INEGI registró un padrón de pequeños y medianos ganaderos lecheros, por 789 mil productores dedicados a ese alimento, en tanto que, para 2008 llegó a 252 mil y, para 2016, ese padrón se estima que se redujo a 150 mil productores.
Añadió que el 98 por ciento de los productores lecheros, pertenece al sector de pequeños y medianos productores, el resto, sólo el 2 por ciento, está representado por los grandes empresarios de la industria de la leche y sus derivados, de tal forma que, coincidentemente, son quienes han resultado beneficiados por el TLCAN.
“A nosotros los pequeños y medianos, apuntó Álvaro González, nos compran el litro en promedio a 6.04, según la región, mismo precio que paga la empresa gubernamental LICONSA, mientras que las grandes empresas la procesan y envasan, y la venden a 16 y 18 pesos el litro, sin que los productores reciban un centavo adicional.
Reconoció que las importaciones de leche en polvo, “que ya nos llega ordeñada, porque previamente le extraen la crema, que es parte nutritiva de la leche”, han aumentado de manera desproporcionada.
En 1994, dijo, México importaba el equivalente a mil 600 millones de litros de leche en polvo, en tanto que, en la actualidad, las compras al extranjero ascienden a 6 mil 200 millones de litros, con valor de 2 mil millones de dólares anuales. A ello, hay que agregar que al producto que nos llega le añaden grasa vegetal, vitaminas y proteínas artificiales. Al inicio del tratado se tenía en México un consumo por concepto de importaciones per cápita por 17 litros, y en la actualidad aumentó a 48 litros por persona, ya considerado el aumento poblacional.
“Hacemos un exhorto al gobierno federal mexicano, a que realice estudios sobre la calidad de lo que se importa y que nos digan si ese producto es catalogado en una condición de “dumping”, o si se vale “que le agreguen cuanta porquería quieran para vendernos un alimento por debajo del costo real que tiene la leche auténtica”.
Los productores de leche de 20 estados del país, estamos decididos a que no nos vuelvan a “tomar el pelo” y nos salgan con que “los negociadores nos volvieron a utilizar ‘como moneda de cambio’.