Política Al Margen

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politica-al-margenPor Jaime Arizmendi

*Monreal, ¿El Bueno en Morena al Gobierno de CDMX?

*Lo Marcan: De Antuñano, Yabra, sus Obras…

Argonmexico / Por sus obras, ¿los conoceréis?… Hace casi dos semanas, “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad” denunció al jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, de haber otorgado contratos a los amigos de su hija y a empresas zacatecanas sin experiencia en la Ciudad de México. Sí, en lo que dura un parto, les repartió 266 millones de pesos en obras para la demarcación.

El Ricardo Monreal señalado por esa organización, “MCCI”, es el mismo quien como Jefe Delegacional irrumpió autoritario y con lujo de violencia en una producción del cineasta Alfonso Cuarón. Mientras en esa demarcación de la capital mexicana se han multiplicado los problemas de inseguridad y de tráfico de drogas.

Es el mismo jefe de aquél director general Jurídico y Gobierno, Pedro Pablo de Antuñano, a quien le hallaron en la cajuela de su automóvil una caja con 600 mil pesos en efectivo de origen inexplicado, por lo cual fue detenido la madrugada del viernes 16 de septiembre de 2016.

Aquella tarde, en rueda de prensa, el mano derecha de Ricardo Monreal adujo que ese dinero eran “donativos”, y que por el puente de los festejos patrios en México, no se pudo depositar en el banco.

Antuñano, circulaba en su Charger negro cuando personal del Estado Mayor Policial le marcó el alto en un punto de revisión en Presidente Masaryk y Mariano Escobedo. Al revisar el auto le hallaron el dinero y, al no poder acreditar la propiedad, fue remitido al Ministerio Público y se abrió el expediente CI-FSP/B/UI-B-3C/D/1761/09-2016, reportó el diario Reforma.

“Si se trata de derechos de vía pública, que se ingrese a la Tesorería; y si se trata de extorsiones a establecimientos, a ambulantes u otros negocios, que vengan y lo reclamen, lo vamos a devolver”, dijo Monreal en rueda de prensa.

En octubre de 2015, Monreal Ávila había declarado que un hombre no identificado llegó a la sede delegacional y entregó a su secretaria particular, Yazmín Yabra Guzmán, una bolsa con un millón 579 mil 500 pesos. Pero hace unas semanas de este 2017, la misma funcionaria fue señalada de ser quien recolecta las cuotas de los vendedores ambulantes que operan en la delegación Cuauhtémoc.

Ricardo Monreal es el mismo exgobernador de Zacatecas sobre quien hubo duras acusaciones de tener vínculos con bandas delictivas, y de malos manejos en su administración. Es la misma persona cuya familia tiene rasgos caciquiles en su natal Fresnillo y que trató de imponer, infructuosamente, a su hermano en la gubernatura que él ocupó dos sexenios antes.

Él es el mismo priísta que era de los firmes integrantes del “Bronx” (aquél espacio ubicado en el Salón de Plenos del Palacio Legislativo de San Lázaro, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari), por su estilo pendenciero y alebrestado a la hora de defender cualquier iniciativa presidencial que llegara a la Cámara de Diputados.

Sí, es el Ricardo Monreal Ávila quien ha sabido brincar, como insuperable saltimbanqui, del PRI al PRD, del PRD al Partido del Trabajo, hacia el Partido Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), y después a su actual instituto político, Morena, franquicia partidista de Andrés Manuel López Obrador. Lo ha sabido hacer de acuerdo a sus conveniencias e intereses personales.

Sí… es el mismo que aspira a ser el próximo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y que hará cualquier cosa para lograrlo. O sea, hacer política en su peor concepción: grillar, conspirar, engañar, traicionar, desviar recursos y luego rasgarse las vestiduras y declararse víctima de alguna conspiración malévola y dolosa.

Ahora, hace unas semanas, en entrevista con Ciro Gómez Leyva para Radio Fórmula, la periodista Dulce Ramos enjuició que a partir de la llegada de Monreal a la demarcación capitalina, por lo menos cuatro empresas y cuatro personas zacatecanas recibieron 14 contratos que suman 266 millones de pesos.

Recordó que Ricardo Monreal fue gobernador de dicho estado entre 1998 y 2004; además, acusó que de las empresas contratadas en la actual administración, solo una tiene experiencia como contratista en la Ciudad de México, y de los beneficiados con contratos, dos son amigos de la hija del delegado, Catalina Monreal.

De acuerdo con MCCI, los 266 millones de pesos se entregaron entre el 22 de diciembre de 2015 y el 30 de septiembre de 2016. De esos contratos, si se toman los 10 más caros, los zacatecanos se han quedado con 64 por ciento del total, 184 millones de pesos. Algunas obras eran para repavimentar las calles de la colonia Roma, pero ninguna de las propuestas ganadoras fue la más económica.

El portal Zócalo, de Coahuila, publicó en abril de 2016 que a través de las redes sociales se difundió una foto del jefe delegacional, Ricardo Monreal Ávila, bebiendo en un restaurante de la colonia Juárez “en horario laboral” con su secretaria particular, Jazmin Yebra Guzmán.

Indica que Jorge Cisneros, usuario que compartió entonces la foto del zacatecano, señaló que el delegado gritó airadamente en varias ocasiones que su secretaria es la que tiene el control de la delegación y no él. “Tú eres la que tiene el poder en la delegación, decía Ricardo Monreal a su secretaria gritando para que todo el restaurante lo escuchara”.

En su mensaje, Cisneros también cuestiona al titular de la demarcación de navegar en su administración con bandera de austeridad, cuando en ese lugar ordenó una cena de más de mil pesos.

“Su secretaria le contestó: ¡eres un cabrón!, ante los gritos de Monreal Ávila en el restaurante, y quien asintió que sí, sí era un cabrón, al tiempo que pedía una orden de Kink Crab, la cual cuesta alrededor de mil pesos”.

Cuestionado después al respecto, el jefe delegacional alegó que la cena que mantuvo con su secretaria fue después de su jornada laboral y que lo único que se busca con estas acciones es desacreditar su trabajo en la demarcación. Que la cena que tuvo con la funcionaria de la demarcación fue en un sitio modesto, donde el platillo que ordenó no costó más de 150 pesos.

“Yo siento que están duros porque no les gusta que estemos trabajando. Es de mala fe, y a la vez se pierde la privacidad con un servidor público con ese tipo de perversidades. Sólo me comí una docenas de ostiones”. Pero consultados por Zócalo, personal del restaurante Sole informó que el platillo que solicitó el jefe delegacional “sí cuesta más de mil pesos”. ¡Valiente honestidad!…

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