Por Manuel Ibarra Santos

Los maestros no solamente se constituyen en un baluarte ético de la educación, sino que además como profesionales ayudan a construir la cohesión de la Nación y la identidad de la Patria. En el 2018, el voto de los educadores, más de un millón 800 mil en todos los niveles en el país, que laboran en más de 240 mil escuelas y universidades, será determinante para definir el triunfo en las elecciones próximas.

En Zacatecas, los partidos se disputarán el sufragio de casi 27 mil trabajadores de la educación, entre docentes y personal de apoyo, que laboran en enseñanza básica, sin contabilizar aquí los que trabajan en bachillerato y el nivel superior.

Si consideramos que los trabajadores de la educación por su trascendencia social, bien pueden influir en el ánimo electoral en por lo menos una o dos personas adicionales, entonces el magisterio movilizará conservadoramente en conjunto una fuerza superior a los 75 mil votantes, cantidad suficiente para definir el triunfo de cualquiera de los institutos políticos contendientes en los comicios del próximo año.

La pregunta que los actores políticos deben hacerse, es cuál de todos los partidos participantes en las elecciones del 2018 habrá de conquistar la simpatía mayoritaria del magisterio, cuando es un hecho que la reforma educativa nacional erosionó ya los viejos y tradicionales mecanismos de control corporativo de los profesores de México.

Junto a esto se tendrá que revisar cuál es el ánimo profesional, cultural y político que existe actualmente entre los educadores en Zacatecas. Y eso dependerá del trato sensible y digno que se haya otorgado a los profesores en la entidad, en términos de la aplicación de políticas públicas de atención eficiente a los asuntos fundamentales de la educación y que hayan trascendido todo tipo de conductas de autoritarismo y soberbia.

A eso estará supeditado no sólo el triunfo de los proyectos políticos en el 2018, sino también la legitimidad en la primera etapa del gobierno estatal en funciones.

Por eso, no está demás que el gobernador Alejandro Tello inicie con absoluta racionalidad administrativa la evaluación rigurosa de los avances educativos, sector fundamental para el desarrollo de Zacatecas.

Ha mostrado Alejandro Tello, sí, sensibilidad y apertura en su relación con los trabajadores de la educación. Pero ese ejemplo lo habrán secundado sus colaboradores.

 

EL SISMO POLÍTICO DEL 2018 Y EL NUEVO ROSTRO DEL MAGISTERIO.

 

Por el impacto de la reforma educativa nacional y la influencia del contexto global, la función del magisterio experimenta en el presente una resignificación simbólica de fondo en lo profesional, ético, cultural, político y social.

Se equivocan terriblemente aquellos que dicen sin visión prospectiva, que la reforma educativa tendrá repercusiones sólo a mediano y largo plazo.

No, las consecuencias de carácter política, se observarán como un sismo en el 2018, propiciando reacomodos y ajustes estructurales.

Al menos tres efectos inmediatos ha generado la aplicación de la reforma educativa en este sector, de cara a las próximas elecciones: 1).-se debilitaron en la coyuntura los espacios de control corporativo de los profesores; 2).-las escuelas normales perdieron el protagonismo histórico en la formación de los maestros; y 3).-se ha iniciado todo un proceso de transformación radical del rostro profesional de los docentes en México.

 

JOSÉ VANSCONCELOS, LOS MAESTROS Y LA PATRIA:

 

El Maestro de América, José Vasconcelos afirmó que el trabajo de los profesores siempre será determinante para dar rumbo e identidad a la Nación. Ahora no será la excepción.

Y el voto de los docentes será determinante de quien pretenda el triunfo en las elecciones del 2018.