A DOS AÑOS DEL SISMO, LOS NÚMEROS DEL IMCO

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A 24 meses de los sismos de septiembre de 2017, la reconstrucción de escuelas afectadas no ha concluido y avanza de manera lenta. En la información oficial persisten inconsistencias y falta de datos que dificultan conocer con certeza cuándo se terminará de rehabilitar a los casi 20 mil planteles dañados que atienden a cinco millones de estudiantes. 

La plataforma Mapa de reconstrucción escolar elaborada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Fundación Kaluz identifica que de las 19 mil 139 escuelas afectadas:

  • El 62% ha terminado de ejercer los recursos que se le asignaron. 
  • Mil 48 planteles (6%), con una matrícula total de 404 mil alumnos, nunca han sido atendidos. 
  • El 32% restante son escuelas cuya reconstrucción sigue en curso y atienden a 853 mil estudiantes. De ellas, no se conoce el avance de las obras en un tercio. 

El listado oficial de los planteles afectados no es completo ni certero

En dos años no ha sido posible tener un listado oficial que incluya todas las escuelas afectadas y que coincida en la catalogación del nivel de daño y los recursos asignados a cada una. La falta de un diagnóstico certero de los daños dificultó asignar de manera eficiente los recursos para todos los planteles. Sin datos confiables de avance, no se han podido reforzar los esfuerzos donde se necesitan para que los alumnos regresen a sus aulas 24 meses después de los desastres. 

El responsable del listado oficial de escuelas dañadas es el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed), al ser la autoridad encargada de coordinar la reconstrucción del sector educativo. Sin embargo, el Inifed depende de los datos que recibe de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de las autoridades estatales. 

Las discrepancias más alarmantes en la información pública ocurren entre los datos de las autoridades federales y los gobiernos estatales. Estas inconsistencias reflejan los obstáculos para la coordinación entre los responsables. La falta de un diagnóstico inicial confiable y de datos de seguimiento a las obras son factores que pueden explicar el insuficiente avance en atender a todas las escuelas afectadas. 

Falta de avance y discrepancias en información oficial

  • Existen 110 planteles, con una matrícula de casi 19 mil alumnos, que los gobiernos estatales reportan como dañados, pero que no están incluidos en el censo federal.      
  • Ejemplo: el Gobierno de Oaxaca asignó a la primaria Justo Sierra, ubicada en San Francisco Telixtlahuaca, 3.3 millones de pesos para su reconstrucción. Sin embargo, el plantel no aparece en el listado del Inifed.
  • Hay 437 inmuebles cuya catalogación de daño no coincide entre fuentes federales y estatales. Además, algunas escuelas se reportan con más de un nivel de daño.
  • Ejemplo: en el listado del Inifed, la escuela México Tenochtitlán en Iztapalapa, CDMX, tiene en el turno matutino la categoría de daño grave, pero el mismo inmueble está catalogado con daño menor en su turno vespertino.
  • 65 escuelas reconstruidas por organizaciones privadas, a petición de las autoridades gubernamentales, no han sido incluidas en el listado de planteles dañados. 
  • Hay 316 millones de pesos del sector público asignados a escuelas que fueron reconstruidas por organizaciones privadas, sobre los cuales no se conoce su destino.

 Algunos de los programas encargados de reconstruir planteles escolares reportan pocos avances: 394 de las escuelas atendidas por el componente de reconstrucción del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) reporta 0% de avance de obras. En 50% de los 5 mil 411 inmuebles asignados al programa Escuelas al CIEN no se tiene información sobre el ejercicio de los 2 mil 318 millones que les fueron programados. 

Datos para la planificación

El Inifed tuvo un rol central en la generación de datos y la coordinación de la estrategia de atención a escuelas. Su inminente desaparición genera incertidumbre sobre el desarrollo de capacidades gubernamentales para responder a catástrofes de la magnitud de los sismos de 2017.

El Gobierno federal y algunos estados heredaron el reto de concluir la reconstrucción escolar sin información certera. Para que esta situación no se repita en el futuro, la SEP necesita un sistema de datos que simplifique y consolide los procesos de generación de información que empiezan en las escuelas, pasan por los gobiernos estatales y llegan hasta las autoridades federales. 

Con esta coordinación se puede contribuir a una mayor disponibilidad de información confiable y oportuna para incrementar la eficiencia y la transparencia de sus procesos y minimizar las posibilidades de corrupción, en previsión del inevitable riesgo de desastres naturales al que México se encuentra expuesto. 

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