Argonmexico ODILÓN GARCÍA/ TIJUANA, B.C.- No hubo en las bocinas el estridente: “Con usssteeedes!!!… el señor Juan Gabrieeeeeel!!!”. Tampoco el estruendo de la pirotecnia y luces de colores, para dar paso a la aparición del divo. Simplemente, al término de un video en el que se escuchaba su voz, salió al escenario. Uno muy similar a los que ha pisado por 44 años, desde que nacieron sus éxitos como “no tengo dinero”, “mi guitarra” y muchos más que abrirían paso a sus mil 800 canciones; por cierto, la más reciente: “La Mera Mera” dedicada a “…lo más bonito de San Diego que es Tijuana”.
Alberto Aguilera Valadez cumplió en enero 65 años de edad, pero para los 45 mil asistentes al concierto gratuito que regaló a Tijuana, por Juan Gabriel no ha pasado el tiempo, nada más los éxitos. Es un hombre grande, porque en su voz de tenor ligero tiene una serie de tonalidades que están grabadas en nuestra cabeza. “Queeeeriiidaaa, por quien más quieras veeen… Ven a mi soledad, ven a mi soledad… (siga usted).
Tonalidades que misteriosamente son un reflejo de pequeños momentos de la vida, del amor profundo, del desamor, la vida, la guitarra, la rosa roja, el baile del Noa Noa, Y (uno, dos, tres) ya lo seeé, que tú te vaaaaas (y que quizá su mente sigue cantando) . Le cantó incluso hasta a la muerte en sus universales copias del inmortal “amor eterno” (se vale llorar).
Juan Gabriel es un entrometido, entró y salió del corazón de los mexicanos una y otra vez hasta vender como oro molido un total de 150 millones de álbumes que se escuchan en todo el mundo. Desde la Argentina, donde le dieron las llaves de Buenos Aires, hasta Los Ángeles, California, que declaró el 5 de octubre como el Día de Juan Gabriel.
Roma también lo ha reconocido con las llaves de El Vaticano, en tanto que Madrid también ha reconocido su Don para comunicarse con los sentimientos del hombre, sin importar los tiempos.
Este fin de semana (sábado 21 de marzo) en Tijuana, en el XXI Ayuntamiento del Doctor Jorge Astiazarán, en el estadio Caliente, en esta primavera fue nuestro regalo una intención, más que unas letras melodiosas.
En esta primavera, éxito de 1971, fue nuestro regalo una canción “La Mera Mera” que es más que eso… Ah! Que Juan Gabriel!!! Nos regaló a los tijuanenses un himno, que es más que eso… nos regaló una esperanza en nosotros mismos, nos abrió los ojos desde esta melodía, por cierto de múltiples ritmos a reconocer la grandeza.
Eso es, un himno a la grandeza y algo que hasta hoy es una aspiración: el arraigo. Amar la ciudad para vivir en ella, reconociendo lo hermosa que es.
El joven Juan Gabriel estuvo en Tijuana en sus inicios como cantante. Como adolescente viajó precisamente a nuestra ciudad para trabajar en el bar nocturno “Nic Tehá”. También estuvo en Playas de Rosarito, así como en Ensenada. De ahí nacieron en sus vivencias las memorias que hoy le hacen amar con facilidad nuestra tierra de migrantes.
En esta primavera, 21 de marzo fue nuestro regalo entender que hemos desperdiciado muchos años lamentándonos. Muchos años criticando, que se nos ha ido la oportunidad de vernos como tijuanenses de éxito.
En su letra nos dijo que: “Tijuana es la frontera, la más guapa, la primera de la alta y de la Baja Californa, Lo sabe Copenhague. Se extraña hasta en Polonia. Tijuana es una Jefa, Tijuana es una Doña, Tijuana es una reina, Tijuana es La Madona. Nació provocativa, Muy coqueta, Muy Activa, Muy Risueña, Muy Norteña, Muy Valiente y muy Sensual… Fiu, Fiu..!”
En gradas, en el campo, en la sección VIP, y hasta en las redes sociales, todos vivimos la Mera Mera. Cientos de teléfonos inteligentes reportearon al instante, subieron fotos, videos todos se tomaron “selfish” en ese estadio prestado por el ingeniero Jorge Hank quien se encontraba en primera fila.
De las colonias de la ciudad, algunas mujeres lloraron al estar ahí en una masa inmensa de fronterizos y uno que otro californiano que, en las estaciones de radio obtuvo boleto para también estar presente.
Niños que tarareaban sus canciones, educados por el oído musical de sus padres que “todas las mañanas que entra por la ventana el señor sol” se acompañan con la música del divo; que ayer volvimos a confirmar, no solo canta, sino grita los dolores y amores de su corazón, para ser escuchados mágicamente por otros corazones.
Por eso el llanto. Por eso el grito de todos al inicio de las canciones. Por eso el cariño a Juanga, por eso fueron felices y se emocionaron miles cuando comenzó a cantar Ti, Ti, Tijuana… Ti, Ti, Tijuana… Ti, Ti, Tijuana y lo acompañó con un movimiento sexi de sus caderas.
Juan Gabriel ha cumplido con su conciencia. Nos regaló La Mera Mera a los tijuanenses, pero también cumplió con su sentido compasivo, puesto que ha realizado múltiples acciones en favor de los niños necesitados.
Este concierto no es la excepción, reunió miles de piezas escolares para ser donados al DIF, en particular a la comunicóloga Elia Manjarrez de Astiazarán, primera dama de Tijuana y presidenta del DIF.
“No hay discursos”, dijo Elia ante los miles ahí reunidos y desesperados por ver a Juan Gabriel en un rico vientecillo frío (14 grados centígrados), que se despejó con un buen vino tinto. Sobre todo cuando Alberto Aguilera Valadez (Adán Luna), (Juan Gabriel), tomó el micrófono para rapear con un grupo Colombiano algunas de sus canciones para dejar en claro que la letra de sus himnos sí traspasan generaciones.
Gracias Juanga. Gracias señor Juan Gabriel. Gracias Alberto y nos vemos pronto, dijo Javier Bátiz, quien apareció melena selvática tocando guitarra eléctrica, color blanco hueso, para acompañar al divo, a mitad del concierto.
El show hizo una pausa para que el Divo de Juárez recibiera de manos del Alcalde de Tijuana las llaves de la ciudad, y su estrella en el paseo de la avenida Revolución. «En nombre de los más de 45 mil tijuanenses y de todos los habitantes de la ciudad, ya eres un visitante honorario de esta ciudad», dijo Jorge Astiazarán Orcí.
Posterior a recibir las llaves de la ciudad, el exalcalde Jorge Hank subió al escenario, invitado por el Presidente del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana (Cotuco), y puso la camisa de los Xolos de Tijuana al cantautor, con el número 2015 en la espalda.
Sí, 45 mil almas llegaron y así se fueron, sin problema alguno. Unos llegarían mucho antes: cuatro, tres, una hora antes del concierto (7 pm). Y así como llegaron, se fueron en total orden, para salir del Estadio Caliente de los poderosos Xolos, que prestaron su estadio para hacer posible este evento promovido por el Cotuco, por su presidente Miguel Ángel Badiola, para quien quedó demostrado: “…no hay nada imposible con la bendición de Dios”.
En esta primavera será tu regalo “La Mera Mera”, Te llevaré a Playa de Tijuana, te besaré en el mar, y muchas otras cosas más…