Intervención de la diputada Lorena Esperanza Oropeza Muñoz, en la sesión de este jueves 17 de noviembre.
En tiempos de una transformación política, lo conveniente es reivindicarla; tenemos una sociedad cansada, molesta, indignada, de ver los excesos y despilfarro de los recursos públicos.
Debemos dar mayor importancia y manifestar nuestra voluntad de que realmente se pretenden hacer las cosas de manera diferente, honesta y transparente, con una visión más responsable en la programación y ejecución del presupuesto.
Todo presupuesto debe regirse bajo los principios de racionalidad, de eficiencia, pero sobre todo de austeridad, en la aplicación de los recursos públicos, esto sin mermar las acciones propias de esta Legislatura.
En la sesión para la discusión y aprobación de los recursos que habremos de ejercer en el 2017 quedó manifiesta la falta de procedimientos legislativos para llevar acabo la sesión, dándose un ejercicio muy desaseado en la que imperó el mayoriteo, en lugar del acuerdo. Ante lo complicado de la situación económica, que vive Zacatecas, el presupuesto de este poder sigue alejado de un espíritu de austeridad.
No se privilegian las acciones responsables para hacer frente al contexto tan complejo que vive el Estado.
Hablar de austeridad implica necesariamente renunciar por convicción a aquellos recursos económicos y materiales que resultan innecesarios para que, en este caso, el Poder Legislativo cumpla plenamente con las funciones que institucional y socialmente le corresponden.
No se trata sólo de apretarnos el cinturón, sino de hacer un uso responsable y digno de los recursos que nos han sido encomendados. Hoy por hoy se impone el reto de hacer más con menos. Es innegable que se pudiera haber hecho una reducción mayor en algunas partidas.
Entiendo la indignación de los ciudadanos cuando ven dilapidados sus recursos. Por tal motivo y frente a un compromiso con la ciudadanía a hacer todo lo que esté en nuestras manos para transparentar y hacer eficiente el gasto. Con plena convicción vote en contra de un presupuesto que vive alejado de la realidad Zacatecana
El tiempo de los gobiernos, de lujos, de dispendio, debe terminar porque no sólo es inaceptable sino que resulta a estas alturas insostenible. La austeridad es la única política viable, el único camino responsable que puede seguir ante las circunstancias actuales.
Con la aprobación del presupuesto que ejercerá esta sexagésima segunda legislatura perdimos la gran oportunidad de manifestar una real voluntad de cambio; porque la imagen y percepción que se ha ganado la clase política, mayor aun, los legisladores es sumamente negativa y tuvimos la gran oportunidad de revertirla.
Se presentan grandes desafíos para todos, comenzando por aceptar la parte de responsabilidad que nos toca, debemos asumir el reto en conjunto y de manera coordinada, ejecutando el gasto de manera responsable, atendiendo a las necesidades y exigencias de los ciudadanos que representamos.
Si bien, dentro de la historia de incrementos y excesos de este Poder es la primera ocasión en la que se dio un presupuesto a la baja, un 5% esto no representa gran ayuda para la situación económica que vive el Estado.
Estamos frente a una política gatopardista que todo cambie para que todo siga igual.
Sin embargo no está dicha la última palabra. Todavía tenemos una oportunidad cuando discutamos el presupuesto que envía el ejecutivo y donde está integrado el presupuesto de esta legislatura.
Ahí es donde verdaderamente podremos demostrar si nos importa Zacatecas y las necesidades de su gente.