ADELANTE CON LA GUARDIA NACIONAL

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Por: Manuel Narváez Narváez

Email: mnarvaez2008@hotmail.com

Reacciones encontradas ha generado la propuesta de restablecer la Guardia Nacional en México.

La bancada de MORENA ya presentó la iniciativa ante el Congreso de la Unión. De entrada, las fuerzas opositores, Ongs, especialistas en seguridad y algunos gobernadores han expresado abiertamente su rechazo.

¿CÓMO SURGE?

La Guardia Nacional fue creada en 1846 por el general José Mariano Salas, quien fue presidente de México durante 4 meses (agosto-diciembre de 1846), porque pensó que era necesario defender al país de la invasión de Estados Unidos.

El entonces presidente creía que las Fuerzas Armadas no eran capaces de ganarle a las tropas extranjeras. En otras palabras, la Guardia Nacional no sustituye al Ejército, solo lo complementa.

La Guardia Nacional tenía la tarea de defender al país de amenazas exteriores e interiores; así como conservar el orden público, de acuerdo con la investigación realizada por Jesús Solano García en su publicación La Guardia Nacional que se encuentra en la Biblioteca Jurídica Virtual de la UNAM. (Tomado de Nación321).

En España la Guardia Civil es un Cuerpo de Seguridad Pública de naturaleza militar y ámbito nacional que forma parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Depende del Ministerio del Interior en cuanto a servicios, retribuciones, destinos y medios, y del Ministerio de Defensa en cuanto a ascensos y misiones de carácter militar.

Con estas referencias y con el debido respeto y admiración que le debo a amigos entrañables que han pertenecido a las fuerzas de seguridad, así como a los que han formado parte de algunas áreas de inteligencia, celebro que haya debate sobre este tema, y digo celebro porque así es la libertad de expresión en un país democrático, donde nadie es dueño de la verdad absoluta.

Personalmente estoy a favor de la creación de la Guardia Nacional. En mi opinión, sin menoscabo de los argumentos de quienes opinan lo contrario, creo debemos colocarnos en la realidad actual y en los desafíos del XXI.

Entiendo el significado de fuerzas armadas y del ejército en particular. Hoy se puede acceder gratuitamente a mucha literatura sobre la materia. En ese contexto, para mí, fuerzas armadas en su máxima expresión, análogamente son de países como Estado Unidos, Rusia, China, Francia, Inglaterra, Italia, España, Irán, India, Israel, entre muchas otras naciones.

¿Porque menciono a esos Estados?, porque cumplen con funciones estrictamente de defensa y contrataque. Son países en alerta constante por las amenazas a su soberanía por otros ejércitos y el terrorismo.  En España, la Guardia Nacional tiene funciones distintas a la de su ejército. La ONU tiene el propio, los cascos azules, que está conformado por efectivos de diversas fuerzas amadas del orbe.

En México, las fuerzas armadas tienen una historia gloriosa, pero también oscura, ¿cual no?. No solo han defendido la soberanía de los estadounidenses y franceses, sino que también participaron en la II guerra mundial con el famoso Escuadrón 201 de pilotos aviadores.

En las últimas décadas, tras los vergonzosos hechos del 68 y 71, las fuerzas armadas (ejército, marina y fuerza aérea) destacan por el apoyo a la población civil en caso de desastres naturales (PLAN DN III). No olvidemos que han acudido a apoyar a otras naciones por las mismas causas, como el navío Zapoteco.

Adicionalmente, en los últimos doce años han sido llamados para realizar tareas que competen exclusivamente a las fuerzas del orden civil. Cuando Felipe Calderón decide enfrentar al crimen organizado, jamás pensó, o no tuvo un diagnóstico real de la situación, que la capacidad de fuego de los cárteles de la droga es equivalente al de las fuerzas armadas.

Como en el sexenio de Calderón, en el de EPN las fuerzas del orden civiles están rebasadas por la delincuencia organizada, la que es equiparable con grupos terroristas, según analistas de seguridad europeos y agencias de inteligencia como  la DEA, CIA, el M16 y el Mosad. La infiltración de grupos criminales y los bajos salarios las han debilitado.

Venir con el argumento de que debe fortalecerse a la policía federal, a las estatales y municipales; capacitarlos, dotarlos de mejor armamento y aumentarles el salario es mera retórica. Tienen doce años con la misma cantaleta. Los únicos que gozan de seguridad en este país en cuanto a los elevados ingresos y guardia personal, son los funcionarios y los legisladores, muchos de los que hoy se oponen vehementemente a la propuesta. Incongruencia suma incongruencia.

Ante este panorama, estoy convencido que existe desinformación, ignorancia y hasta mala fe en algunos de los que satanizan la creación de la Guardia Nacional. En serio, se creen eso de que las fuerzas armadas de este país podrían contener una embestida del ejército más poderoso del planeta?. No se trata de menospreciarnos sino de comprender que somos complemento de la defensa estratégica territorial para América del Norte. Los más de 250 mil efectivos mexicanos lo saben y entienden ese papel.

De prosperar la iniciativa es otorgar certeza jurídica a una situación que de hecho existe. Lo quieran o no, solo las fuerzas armadas tienen la capacidad y el entrenamiento para encarar a la sofisticada delincuencia organizada del país. Eso de detener capos y capitos solo sirve para que los gobernantes festinen exhibiendo sus trofeos de caza, por lo demás, las estructuras financieras siguen intactas.

Si llegase a fallar la Guardia Nacional, el presidente electo dice, aunque también se desdice seguido, de eso tampoco hay duda, que a la mitad del sexenio revisaría su actuación. Además, la CNDH, la oposición y grupos de la sociedad civil estaremos atentos a que se cumpla con los lineamientos de la propuesta.

No se trata de que le creerle a AMLO, de hecho no le creo a los políticos, se trata de reconocer que las estrategias probadas hasta ahora han fallado. Tampoco puedo otorgar razón a los que usan como camisa de fuerza las doctrinas y se aferran a mandatos dogmáticos infecundos. Eso ayuda en nada. Lo que importa es actuar contra la inseguridad. Si no funciona, entonces que traigan a los cascos azules o encomendémonos al creador.

Bienvenidas todas las opiniones, el congreso federal tiene la obligación de escucharlas. Lo que no podemos permitirnos es patear el bote ni continuar aplicando las mismas estrategias porque seguiremos pagando por los mismos errores.

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