¿Aislamiento presidencial o fortalecimiento de la unidad nacional?

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Jacobo Cruz
Tratando de informarme de los acontecimientos recientes en el país, me encontré con la noticia que el Palacio Nacional, sede del gobierno federal y dormitorio de la mandataria Claudia Sheimbaum Pardo, fue cercado y reforzado con vallas metálicas de mayor altura como medida para controlar los accesos al inmueble, esto pasó en el marco del informe de los primeros 100 días de su administración el lunes 13 del presente mes en el Zócalo de la Ciudad de México donde se colocaron las sillas para los acarreados al evento oficial.
El actuar de la presidenta es parte de la forma de gobernar del ex mandatario Andrés Manuel López Obrador, que a pesar del discurso de “primero los pobres”, mantuvo cerrado el acceso a sus oficinas. La cosa no ha cambiado, al Palacio Nacional pueden entrar los funcionarios que asisten a reuniones con la mandataria o participan en las conferencias matutinas: secretarios de Estado, directivos e invitados especiales, el resto de mexicanos no tiene cabida en la residencia digna de reyes, esos seres despreciables que tanto critican los creadores y defensores de la “transformación”.
La burbuja en la que vive la presidenta la está aislando de los mexicanos, cuando pesan sobre el país las amenazas del futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump en materia de seguridad, específicamente su declaración de una intervención militar para acabar con los cárteles de la droga que surten del veneno a los estadounidenses.
Pero no solamente eso, también hay amenazas de repatriar a millones de mexicanos a su tierra natal por su calidad de ilegales en aquella nación, también anunció que subirán los aranceles a los productos que se exportan al vecino del norte, para que los gringos tengan mejores condiciones comerciales con México.
Además el futuro mandatario norteamericano ha bromeado que Canadá sería el estado 51 de la unión americana en una eventual anexión territorial, y Justin Trudeau tuvo que renunciar a su cargo al frente de su país pocos días después; mientras que México sufre la misma broma. Pero estos tipos no son de fiar, es decir, Trump refleja lo que piensan verdaderamente los hombres de poder de su país, el capitalismo está en una etapa de guerra abierta con distintas naciones para apoderarse de sus recursos y no escatima ningún medio para vencer a quienes oponen resistencia a su dominio.
Ante esto, la  presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que “México es un país libre, soberano e independiente”, pero esto realmente no intimida a Trump, representante de los intereses de la burguesía expansionista de Estados Unidos, por lo que es imperioso que cambie la política que heredó de López Obrador (de dividir, polarizar y enfrentar a los mexicanos) y llame a la unidad nacional para juntos diseñar verdaderas acciones que fortalezcan el patriotismo, pero basado en acciones como la creación de empleos bien pagados, no simulados; con el fortalecimiento del consumo interno, que al mismo tiempo creen mejores condiciones de vida de las mayorías, así mismo, obligar a los ricos de México a que aporten lo correspondiente de sus impuestos para recuperar autonomía económica.
Por otra parte, se debe regresar al Ejército Mexicano a sus tareas originales que son salvaguardar la integridad nacional ante un enemigo externo, y que dejen las tareas de carácter civil para enfocarse a planear estrategias defensivas ante una eventual incursión de los gringos al país, porque además del valor que decimos tener todos los mexicanos y de estar dispuestos a defender nuestra bandera, se requieren de acciones planificadas con las que se defienda al país y no sólo declaraciones como las que se han emitido.
En México, ya es tiempo de poner en práctica lo hecho por otros que se niegan a vivir con la bota imperialista en el cuello, porque mucho se habla de la libre determinación de los pueblos, de su soberanía y libertad, pero quienes se han confiado hoy están destruidos por los tanques y bombas de la democracia de Estados Unidos.
En ese sentido cobra gran importancia la decisión del pueblo heroico de Cuba, que a más de 50 años de bloqueo comercial, de sabotajes y ataques directos, siguen resistiendo con valentía y aunque sus ciudadanos viven en condiciones difíciles, prefieren eso que levantar incontable número de muertos como ha pasado en todos las naciones donde el capital ha entrado a llevar progreso, paz y democracia. Este es sin duda un tema difícil, pero vale reflexionarlo.

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