Dirigente Antorchista de Zacatecas
La administración estatal entra ya a la última fase del ejercicio de gobierno, resta año y medio y la cuenta regresiva está en marcha; diversas han sido las opiniones para calificar el ejercicio gubernamental, desde los acérrimos críticos que todo lo descalifican, cuestionan y no proponen nada, hasta los aplaudidores por oficio que elogian y enaltecen todos los actos de gobierno, muchas de las veces sin esgrimir argumento alguno a favor, simplemente debemos estar a favor porque se trata de la autoridad y nada más, dicen.
Cuando alguien ha pedido mi opinión sobre el actual gobierno siempre he manifestado que como todo fenómeno sea del tipo que sea, la actual administración ha tenido aspectos positivos y negativos; programas dignos de elogiar y acciones erradas que deberían ser dignas de un análisis serio y meditado a efecto de aplicar las medidas correctivas.
Por lo que al antorchismo respecta, se ha operado exactamente de la misma manera. A lo largo de cuatro años hemos enfrentado momentos en los que se han suscrito acuerdos precisos para la atención de las demandas y se han materializado en tiempo y forma u otros en los cuales simplemente se incumplen acuerdos una y otra vez, aunque a veces sean asuntos sencillos que no implican grandes inversiones presupuestales, sino simplemente un acto de buena voluntad y seriedad en el compromiso.
De igual manera puedo decir lo que pasa con los funcionarios; a todos los niveles hemos encontrado a quienes se destacan por su sencillez, seriedad y eficacia y los que con gran facilidad hacen compromisos que con la mano en la cintura incumplen, es decir, demagogia pura. Pero en términos generales puedo afirmar que hasta ahora, aunque hemos enfrentado momentos de rispidez o lentitud en la atención de las demandas, se ha impuesto siempre a través del diálogo y la negociación la vía para resolver las peticiones que hemos planteado.
Por nuestra parte no nos hemos limitado a ser simples peticionarios, a través de los diputados antorchistas hemos sido firmes promotores de obras de infraestructura carretera y deportiva, además de acciones de vivienda en beneficio de miles de zacatecanos, sumando tan sólo en los últimos cuatro años, más de 300 millones de pesos que de forma extraordinara han beneficiado no sólo a los militantes de nuestro movimiento, sino a pueblos enteros y comunidades marginadas que antes se encontraban en el abandono y hoy avanzan y progresan sostenidamente, gracias a la labor del antorchismo.
Sin embargo, hoy pareciera que estamos ante uno de esos momentos de obscuridad; durante la segunda mitad de 2014 solicitamos audiencia con el Lic. Miguel Alonso Reyes a efecto de exponerle la necesidad de su intervención en algunas de las peticiones expuestas que no avanzaban sustancialmente y en otros casos que simplemente no se ofertaba alguna alternativa de solución.
Se efectuaron diversas reuniones con el anterior Secretario de Gobierno y se avanzó en algunos de los puntos, pero ante la falta de repuestas más abarcadoras e incidentes en la atención integral del pliego petitorio, solicitamos una y otra vez la intervención directa del Gobernador. La respuesta siempre fue la misma, lo revisaremos en la agenda para proponer fecha y cuando insistíamos en nuestra petición la respuesta era otra vez la misma, «lo estamos consultando».
La llegada del Lic. Jaime Santoyo Castro a la Secretaría de Gobierno, parecía que encaminaría positivamente las cosas, pues el mismo día en que asumió su responsabilidad atendió a la dirigencia antorchista y se comprometió a programar una reunión de trabajo en la cual se hicieran propuestas de solución, fortaleciendo la idea de que las cosas cambiarían; la mencionada reunión se efectuó en un ambiente de cordialidad y firmeza del nuevo encargado de la política interna pidiendo siempre a los funcionarios participantes actuarán con seriedad y establecieran compromisos concretos.
Al término de la reunión acordamos una fecha próxima para revisar propuestas definitivas al pliego petitorio, he de confesar que mis compañeros y yo nos despedimos del Secretario, con la idea de que las cosas avanzarían, eso se derivaba de la tónica de las discusiones.
Pero las cosas no eran tan halagüeñas, días antes de la cita programada esta se suspendió con el compromiso de notificar de la fecha próxima, pero nunca llegó el aviso. No quedó otro camino que acudir con una nutrida comisión a recibir las respuestas y nuevamente nos esperaban funcionarios de diversas dependencias, es seguro que con las mismas respuestas negativas de siempre, por lo que ante nuestra inconformidad, sólo hubo lugar a exponer la necesidad de efectuar otra reunión donde se ofrecieran alternativas más abarcadoras y de ser necesario debían encabezarla los titulares de las dependencias.
Tal reunión se efectuará el próximo 4 de marzo, acudiremos puntualmente y con la mejor intención de suscribir acuerdos precisos para la atención de las peticiones que como ya lo he señalado constituyen un acto de justicia social, no son un exceso, ni lesionan el erario estatal, además de que encajan perfectamente con la estrategia planteada por el gobierno para combatir la pobreza, pero desde ahora anunciamos que en caso de encontrarnos con más excusas y subterfugios, no quedará otro camino que salir a las calles a denunciar tal situación y esto será de inmediato, pues hemos sido prudentes y racionales, sin encontrar en contra parte la misma actitud de algunos funcionarios.
Ojalá no sea necesario llegar a tal circunstancia, de ser así, la culpa no será nuestra, sino de quienes obran con ineficacia, irresponsabilidad y burocratismo.
Desde ahora decimos también que no busquen ninguna otra explicación a nuestras protestas y que sí quieren evitarlas la solución es muy simple: que se atiendan favorablemente las demandas en los plazos que convengamos de manera conjunta, pues está claro que no basta con diálogo cordial con la autoridad, sino que debe operar también un avance progresivo en la atención de las peticiones y si ello no es así, no quedará otro camino que luchar firme, valiente y decididamente hasta obtener respuestas favorables, pues aunque altos funcionarios han hablado de coincidencia, identidad de metas y visión de progreso entre la actual administración y el antorchismo, esto no puede ser sólo discurso de ocasión, debe materializares en acciones concretas a favor de los zacatecanos. Que conste.