Al Filo del Mañana

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al filoPor: Sergio Bustamante.

 

Cuando el recién fallecido Harold Ramis escribió (junto con Danny Rubin) y dirigió uno de los filmes más perfectos de los noventa en Groundhog Day (1993), trataba no sólo de hacer una película cómicamente trágica, sino también retratar la reacción humana en circunstancias aparentemente utópicas (la inmortalidad) y derrumbar, a partir de la consolidación de un sueño imposible, y de la forma más insulsa, las expectativas de lo que todo ello implica. El destino y su deconstrucción como eje. Groundhog Day fue, al final del día, una lección más. Con todo y sus bemoles morales, pero significativa en sentido didáctico tanto en acción como realidad.

Curioso que veintiún años después Christopher McQuarrie tome exactamente la misma premisa para realizar un retrato similar, pero en esta ocasión uno disfrazado de tópicos serios como el fin del mundo, la guerra, etc., aunque con el mismo humor, más presupuesto y unas cuantas celebridades en el reparto. Basada en el manga “All You Need Is Kill” de Hiroshi Sakurazaka, Al Filo del Mañana posee, aparte, un tono muy similar al de Groundhog Day. Es decir, un pequeño retrato social que incluso coquetea con teorías de género en figuras que en el filme poseen —en apariencia— un papel detonador.

Edge of Tomorrow (Al Filo del Mañana), ubicada en un futuro donde una raza alienígena tiene casi sometida a la humanidad, cuenta la historia del Mayor William Cage (Tom Cruise) un cínico publicista que es engañado y enrolado en el ejército con fines de relaciones públicas (o como castigo) a pesar de que no cuenta con entrenamiento alguno y ni siquiera sepa disparar una pistola. Naturalmente, para alguien como él y en un futuro donde las armas y combates deben actualizarse constantemente para pelear contra una raza superior, Cage cae muerto rápidamente. Sin embargo, en la acción adquiere un don alienígena que lo hace volver al pasado y poder revivir, cuantas veces quiera después de su muerte, el mismo día. Lo que en el filme de Ramis era un despertar laberíntico, aquí se convierte en una batalla interminable hasta que Cage se topa con Rita Vrataski (Emily Blunt), la militar más respetada y hábil y quien, al igual que Cage, algún día tuvo el mismo poder de trasladarse en el tiempo. Al descubrir esta nueva oportunidad, Rita, junto con otro científico (un cómico Noah Taylor) entrenaran a Cage en orden de aprovechar ahora sí ésa cualidad antes de que la pierda y así poder vencer a los extraterrestres.

En este desvío de la comicidad ligera propuesta por Ramis, Edge of Tomorrow entra de lleno en la ciencia ficción, pero con una interesante teoría a lo que se supone es el destino, su significado, la amistad y las políticas futuristas y la forma en que la sociedad participa (o no, en este caso) en ellas.

Son dos elementos los que llaman primeramente la atención: que una guerra que el mundo entero va perdiendo aún sea moneda de cambio para intereses privados y que la figura más heroica y emblemática sea una mujer. Antes de que Cage sea enrolado en batalla sabemos que va con los altos mandos a realizar una propuesta de publicidad a partir de una mentira. El hecho de que los papeles se le volteen y sea engañado e introducido a la guerra nos hace incluso suponer que él mismo, con todo y su rango, también es necesariamente reemplazable. Ya en el ejército y través de la perspectiva de Cage conocemos otras dos cosas: Que la sociedad está apática e incrédula ante una posible victoria y que ni siquiera el heroísmo de Rita Vrataski, esa mujer casi invencible, es capaz de despertar esperanza o compromiso.

Si es la política o sensación de derrota generalizada lo que tiene a la gente en este estado nos es desconocido, pero le da absoluta coherencia a la acción central en la Cage y Rita forman un equipo aparte del resto del ejército. El poder de Cage tiene caducidad. Una muerte en la que su sangre sea contaminada lo volvería a su estado “mortal” y, por otro lado, el hecho de usarlo repetidamente le da pistas a la vida alienígena sobre sus planes y paradero. A eso se suma que el gobierno no desea darle el uso adecuado sino en la incredulidad, retenerlo.

Esta lucha de Rita y Cage es el pretexto ideal para un desarrollo que, nuevamente, emula al filme de Ramis en su constante corte y rewind a la narración, pero sustituyendo algunas situaciones cómicas por secuencias de batallas, explosiones y en general los elementos primordiales de un filme de acción. Siguiendo con la comparación cabe mencionar la referencia directa a Starship Troopers (Paul Verhoeven, 1997), película de la que también se retoma el aspecto de alienígenas insectos con poderes e inteligencia superior. Sin embargo, en esta doble emulación hay que darle su crédito al director Doug Liman.

Edge of Tomorrow es una nueva muestra del gran ritmo que este cineasta ya había perfeccionado en la primera parte de la saga Bourne (The Bourne Identity, 2002). El plus es que ahora decide escoltar al héroe con una auténtica “wing girl” que en realidad es la verdadera protagonista. Narrativamente el personaje de Rita tiene el mismo peso sobre la trama y convierte, contradictoriamente, a Cage en su soldado. Se agradece que este empoderamiento no sea gratuito, sino derivado de la historia y que en el proceso Tom Cruise no deje de ser el salvador del mundo por antonomasia que el cine de los EU ha construido. Finalmente buena parte del atractivo del filme, aceptémoslo, es él. Y aunque la historia y el conjunto de decisiones que propone (la mayoría de ellas trascendentales) se dirija hacia el lugar común, la conclusión es por demás interesante y satisfactoria a nivel cinematográfico.

Edge of Tomorrow tiene buena personalidad sin dejar de ser cine de verano. En un descuido y bien podría ser el Blockbuster del año. Y si no, al menos es la propuesta más original en lo que va de la temporada.

 

 

 

 

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