Por Marco Antonio Flores Zavala
Llegó y ya transcurre el mes de noviembre, de este 2022. Ya primer finde del 11º mes. Cada quien gusta de su canción con el sustantivo noviembre. A mí me va Reik, más con el vídeo oficial, donde señala una vía para ir o venir a Zacatecas.
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El día “de muertos” invadió toda la semana. En uno de esos días estuve en la vetusta ciudad de Zacatecas. Varios edificios públicos y privados –para servicios entre particulares- fueron “arreglados” para conmemorar o celebrar la festiva muerte (mezcolanza de calavera pirata con la huesuda de Posada; altares de las zonas mestizas del centro del país e instalaciones kish).
Esa tradición mestiza y mercantilizada no me va. Aunque distraiga a las “gentes” o atraiga turismo o permita hacer convivencias. Hay tantos muertos cada día, tantas violencias físicas y simbólicas que redundar en eso, es normalizar la convivencia con las trasgresiones…
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Noviembre será el mes del fútbol global. Viviremos los tiempos de Qatar y los horarios de transmisión. Quién sabe hasta dónde llegue el equipo de mexicanos y cuánto ayude a distraer la agenda pública del país.
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Hace horas miré el llanto de Piqué. Se despidió del Barça diciendo en catalá: “En la vida, cuando te vuelves mayor te das cuenta de que a veces amar es soltar. Volveré en el futuro… Me encanta el Barça. Considero que es el momento adecuado para irme. No es un adiós. Aquí nací, aquí moriré.”
Obvio, los asistentes aplaudieron y aplaudieron y gritaron, le vitorearon. Al verlo llorar, me recordó a Shakira y su Monotonía: “No fue culpa tuya, ni tampoco mía. Fue culpa de la monotonía.”
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El evento de la semana, incluso sobre el desaguisado con don Adán Augusto López, es el aniversario 190 de la apertura de la Casa de Estudios de Jerez, el antecedente secular de la actual Universidad Autónoma de Zacatecas.
En el conjunto de actos conmemorativos el más destacable fue la entrega de reconocimientos a 66 trabajadores universitarios. Se entregó la Medalla “Nobleza, historia y liderazgo”, de acuerdo con una convocatoria emitida por la Comisión de Honor y Mérito del Consejo Universitario. Fueron 30 medallas para docentes con más de 25 años y fungieron en algún momento como directores de sus escuelas y tuviesen liderazgo entre sus colegas. Para integrantes del STUAZ fueron 11; tres galardones post mortem; a los exrectores, desde el abogado Magdaleno Varela hasta el doctor Antonio Guzmán Fernández; y otras 11 para “docentes universitarios destacados por su trayectoria a nivel estatal, nacional e internacional.”
En redes miré gusto, disgusto, reconocimiento y tal por los galardonados, la acción y la conmemoración.
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El 5 de noviembre de 1832 fue “inaugurada” la Casa de Estudios de Jerez. El Congreso, no el gobernador, el Congreso –así era designado el Poder Legislativo- nombró director a Gerardo García Rojas –de los García Rojas de Pinos y Aguascalientes-.
Antes de la apertura, el mismo colectivo ordenó –fue el Congreso, no el gobernador-, la creación de cuatro cátedras “de facultad mayor” (jurisprudencia, filosofía, gramática, latín). Los primeros catedráticos fueron Manuel Esparza, latín; García Rojas, derecho civil; Roque Jacinto González, derecho canónico; y Mariano Darío Fernández de Sansalvador, filosofía. Se agregaron José Ignacio Zaldúa –economía política y estadística-; Juan José Pérez –francés-; Gregorio Llamas –derecho civil-…
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Para situar la importancia de la Casa de Estudios de Jerez, como precuela en la educación superior de Zacatecas, su lugar en las instituciones dentro de la formación del estado nacional, los diferentes actores participantes, los contenidos de las lecciones, les sugiero, amable lector, el ojeo de Rosalina Ríos Zúñiga (“Los institutos científicos y literarios de México, siglos XIX y XX: el trayecto historiográfico”; La educación de la colonia a la República. El Colegio de San Luis Gonzaga y el Instituto Literario de Zacatecas; “¿Nuevas instituciones, nuevos saberes? Los estudios en los primeros institutos literarios (1826-1854)”); Cristian Rosas Iñiguez (“La modernidad reflejada en la tradición. La formación de abogados y su inserción en los grupos de poder en dos ciudades: Zacatecas y Mérida-Yucatán 1812-1848”); José Enciso Contreras (Informes administrativos de los directores del Instituto Literario de Zacatecas (1845, 1848, 1849, 1850 y 1852); Diccionario biográfico universitario de zacatecas (siglos XVIII-XXI)); Rocío del Consuelo Delgado Rodríguez (“La experiencia legislativa de Zacatecas, 1823- 1832”); José Luis Acevedo Hurtado (Teodosio Lares en el Instituto Literario de Zacatecas (1837- 1848); Educación Pública en la Máxima Casa de Estudios de Jerez (1832-1834); “La formación de abogados en el Instituto Literario de Zacatecas (1843-1852)”; La Casa de estudios de Jerez: dos investigaciones (1832- 1837)); Roberto Ramos Dávila (Apuntes históricos sobre educación superior); Martín Ornelas (Vida y desarrollo de dos instituciones: Colegio de San Luis Gonzaga y Universidad Autónoma de Zacatecas 1754-1980).