Combatir la pobreza es la más alta prioridad, ya que en México abarca a más de la mitad de la población, 60 millones de personas, sostuvo el candidato a diputado federal del PRD y PT, en el segundo distrito electoral, Antonio Mejía.
Este lunes se reunió con agricultores, ganaderos y comerciantes de Tabasco y Jalpa, se comprometió a impulsar la construcción de presas, como las que apoyó en Tabasco «El Nopal» y la de «Tenayuca», en Jalpa, o la de «Moraleños», que beneficia a Jalpa y Huanusco.
La economía informal, desempleo, bajos salarios, inflación, cierre de pequeñas empresas y comercios, el abandono del campo, han hecho que más de 25 millones de personas sufran de pobreza extrema y padecen hambre.
Por eso dijo que es impostergable terminar el modelo económico neoliberal y privatizador que impulsaron los regímenes priistas y panistas Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y ahora Enrique Peña Nieto.
Ese modelo económico es fábrica de pobres, y está al servicio de los grandes capitales, monopolios y trasnacionales, en menoscabo de los sectores productivos nacionales y del bienestar de los mexicanos, se requiere de un modelo económico nacionalista y no privatizador de la educación, salud, campo, agua y energía.
La inversión productiva generadora de empleos es más eficiente para combatir la pobreza que el asistencialismo y la dádiva, prueba de ello, es el fracaso de en el combate de la pobreza, con programas que cambian de nombre como «Progresa» con el cual la gente no progresó, y por ello le cambiaron el nombre a «Oportunidades», pero también como la gente tampoco tuvo más Oportunidades, ahora le llaman «Prospera».
Propone reactivar el campo con agroindustrias, presas, proyectos regionales integrales y sustentables, el fortalecimiento del comercio local, de la pequeña y mediana empresa, el turismo y ecoturismo, la pequeña minería, entre otras acciones.