- En el Punto Final, la marcha del Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad exige: “No más muertes, no más odios” y la renuncia del Secretario de Seguridad, Genaro García Luna.
Gracias a mis amigos: Silvia Montes, Francisco Esparza y Mario Padilla por los comentarios sobre mi anterior artículo en sus respectivos medios de comunicación.
El jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon se tomó el tiempo para acudir a la celebración del 22 aniversario de la fundación del Partido de la Revolución Democrática, el pasado miércoles 5 de mayo en el monumento a la Revolución, ahí lanzó un llamado a los dirigentes de ese partido a definir el método y las reglas para seleccionar a quien abandere a ese instituto político en la elección presidencial del próximo año, también el exhorto lo hizo para que se busquen los acuerdos necesarios a fin de que la izquierda mexicana compita con un solo candidato, es decir, una alianza entre el PRD, PT y Convergencia.
Para ello, Marcelo Ebrard propuso la realización de dos debates en el mes de octubre entre los aspirantes a Presidencia de la República –hasta el momento solo él y Andrés Manuel López Obrador- en el que se expongan los proyectos de nación de cada uno y una consulta nacional en noviembre próximo, que determine cuál de los dos será el candidato a ocupar la residencia oficial de Los Pinos.
Más tardó Marcelo en proponer la ruta presidencial del PRD, que Andrés Manuel López Obrador y su MORENA, en aceptar que está de acuerdo en participar en los debates y en que se realice la consulta nacional que defina al candidato de la izquierda. Contrario a lo que ocurrió en el 2006, AMLO dijo que ahora sí le entra a los debates y Ebrard Casaubon dijo que era “esplendida” la respuesta del tabasqueño porque “lo importante es que tanto Andrés como un servidor estamos en la posición de que haya un solo candidato, que no habrá ruptura”
Ambos aspirantes buscan enviar un mensaje de unidad y certeza a los militantes de la izquierda mexicana, pero sobre todo a la ciudadanía, los dos declararon que apoyarán al otro en caso de resultar derrotado, han coincidido en que respetarán los resultados de la consulta nacional y en pugnar por que haya un candidato de unidad, a decir de AMLO «No habrá diferencias, la unidad va a ganar de nuevo la Presidencia de la República», mientras Ebrard señaló que “la izquierda tiene que dar una lección de respeto y de que somos capaces de tener unidad, nuevas ideas y de luchar por el futuro de México».
La impresión que dejan estos pronunciamientos es que, no sólo han decidido caminar juntos, sino que la que la ruta planteada por Marcelo fue acordada por ambos personajes antes de ser dada a conocer por el jefe de gobierno, en un intento de lograr lo que históricamente ha sido tan difícil en la izquierda: la unidad entres sus militantes.
Tanto Andrés Manuel López Obrador como Marcelo Ebrard deben entender que sólo con la participación de toda la izquierda mexicana y gran parte de la sociedad civil es como pueden tener una oportunidad de pelear por la Presidencia de la República, es requisito indispensable mantener la unidad, que sus principales líderes hagan a un lado sus irreconciliables diferencias, para crear un pacto de no agresión entre los sectores que están más que distanciados; los pleitos intestinos sólo han acarreado desprestigio social y derrotas electorales al PRD. Si en la contienda por el Gobierno Federal va cada uno por su lado, no podrán ante el fortalecido Partido Revolucionario Institucional y el aún gobernante Partido Acción Nacional.
En el 2012 la izquierda tendrá que remar contra la corriente, pues el candidato mejor posicionado en todas las encuestas dadas a conocer hasta el momento, es Enrique Peña Nieto del PRI, en esta ocasión, ninguno de los dos aspirantes perredistas goza de la popularidad que tenía AMLO hace seis años, pero que le fue insuficiente para ganar la Presidencia de la República, por ello, los izquierdistas tendrán que fortalecer su estructura electoral, motivar a la sociedad para que participe a su favor, movilizar a sectores que habitualmente no votan, convencer con propuestas y proyectos viables para la sociedad, es decir, no con descalificaciones ni “cállate chachalaca”, tampoco siendo timoratos ni pasalones cuando se trate de responder las agresiones del adversario.
Un asunto indispensable que deberá revisar el ganador de la candidatura presidencial, es la lealtad de varios dirigentes, no permitir traiciones ni dobles juegos. Es de todos conocido que algunos liderazgos tienen cuadros políticos en otros partidos, a quienes buscarán colocar como candidatos para tener por lo menos dos o tres opciones a donde mover los votos, si el competidor de la izquierda no es de su grupo, no importando si el favorecido compite por el PRI, PAN, PANAL o PVEM, como ya lo han hecho.
Las grandes preguntas son: ¿Lograrán los partidos de izquierda la unidad de los tres partidos, tomando en cuenta que en las elecciones intermedias celebradas en el 2009, el PRD fue separado del PT y Convergencia?, ¿Respetarán López Obrador o Marcelo Ebrard la palabra empeñada cuando declararon que apoyarán a quien resulte ganador de la contienda interna?, ¿La izquierda dejará de estar ensimismada y se abrirá a la ciudadanía tomando en cuenta la opinión la sociedad?, ¿Conseguirán las corrientes internas de los tres partidos, por lo menos un pacto de no agresión y trabajar en conjunto en las elecciones del 2012?, ¿Alcanzará la aparente unidad también para definir las candidaturas a las Senadurías, Diputaciones Federales y la jefatura de Gobierno del DF?, ¿Los que se dicen de izquierda, pero que ahora gozan de la comodidad de trabajar en un gobierno priista dejarán sus cargos o seguirán en el doble juego?.
En las tendencias y prospectivas, la izquierda unida con la ciudadanía y sus organizaciones civiles, se colocan de nueva cuenta en la puerta de Los Pinos. Ahí el gran reto del comportamiento de los dos aspirantes y sus respectivos seguidores. En el plano estatal, hay una gran oportunidad de mantener las posiciones que hoy se ocupan, ante la decepción ciudadana del actual gobierno, pero se requiere mantener la unidad y la lealtad, no la simulación o el cambio de votos.
PUNTO FINAL.
Las exigencias hechas al Estado Mexicano por el Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por Javier Sicilia son: Verdad y justicia, detención de autores materiales e intelectuales de crímenes; poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana; combatir la corrupción y la impunidad; combatir la raíz económica y las ganancias del crimen; la atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas de recuperación del tejido social; democracia participativa, mejor democracia representativa y democratización en los medios de comunicación; la renuncia del Secretario de Seguridad, Genaro García Luna, este último punto podría significar una salida política para el Presidente Felipe Calderón, tomando en cuenta la situación del país, la ineficacia de su funcionario, las acusaciones de corrupción que pesan sobre él y los tiempos electorales que se viven en México, si aún le queda cordura al inquilino de Los Pinos, anunciará el relevo en las próximas horas.