AMLO vs El Bronco

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logo direccionesPor: Manuel Narváez Narváez

A tres años de distancia del relevo de Peña Nieto, se calienta el ambiente para sucederlo. Dos de los 4 punteros según una encuesta de uno de los diarios impresos más importantes de la capital del país, cruzaron acusaciones y se lanzaron retos.

Primero que nada les hago un breve recuento de la encuesta que el Diario Reforma publicó la semana pasada, en la que otorga una intención de votos del 42%, si en estos momentos fueran las elecciones presidenciales, a Andrés Manuel López Obrador. Muy atrás, con 28%, coloca a Margarita Zavala, con una leve variación si va por su cuenta o bajo las siglas del PAN; el jefe de gobierno del D.F. Miguel Mancera alcanza un 25%; el gobernador electo de Nuevo León, Jaime El Bronco Rodríguez obtiene un 19% y el secretario de gobernación, Miguel Osorio Chong, apenas si llega al 18%.

Ahora sí,  voy a explayarme. Resulta que AMLO acusó a El Bronco de usar el avión privado de un contratista de Nuevo león, para trasladarse a una ciudad colombiana; el gobernador que recién ganó las elecciones en el norteño estado no se quedó con la daga ensartada y le reviro: “renuncia al financiamiento que recibe MORENA”.

Independientemente de que los dos ´zainos´ ya se ven en las boletas del 2018 y al margen de las posiciones en que puedan llegar para entonces, porque aún falta mucho trecho por recorrer, ambos se sienten finalistas. En efecto, López Obrador ya dijo que aspira a ser candidato presidencial por tercera vez consecutiva, de hecho tiene 15 años en campaña permanente, pero El Bronco ni siquiera ha tomado protesta y no he leído o escuchado que pretenda ser candidato independiente por la grande, por lo que considero que la empresa periodística podría tener un interés particular de incluirlo en el cuestionario de la encuesta para subirlo directamente a la terna de los suspirantes.

Pero por lo pronto voy a bordear los tópicos que merodean esta singular competencia, porque seguro se harán más frecuentes e intensas en la medida que se debilita la administración de Peña Nieto. Prefiero centrarme en los dos temas que tanto AMLO como El Bronco tocaron al lanzarse las primeras coces.

El primer tema es el combate a la impunidad, en serio, no como la vacilada promovida por el titular del ejecutivo federal y avalada por la ´histórica´ legislatura federal que concluye; que será una oportunidad única para que el gobernador Rodríguez predique con el ejemplo y le restituya credibilidad al gobernante en caso de demostrarlo; sin embargo, aceptar favores de empresarios antes de tomar las riendas del poder, no necesariamente generan confianza.

El segundo tema, no menos importante, y a propósito del revire del neoleonés al tumbapato, es el de derogar el financiamiento público a los partidos políticos. A estas alturas del México hecho jirones es irrefutable la exigencia ciudadana de eliminar las multimillonarias partidas presupuestales para que un puñado de vividores continúe haciendo “política”. Desde 1997, año en que comenzó a entregarse dinero público a carretadas a la partidocracia mexicana, hasta el día de hoy se han gastado más de cien mil millones de pesos de los contribuyentes para mantener sus burocracias partidistas, sus campañas electorales y a un puñado de semidioses que actúan de funcionarios electorales.

Yo estoy plenamente convencido de que el financiamiento público para cuestiones electorales no tiene fundamento técnico, referencial, ni sustento creíble que lo haga sostenible. Por supuesto que quienes lo defienden son los mismos beneficiarios de tan monumental fraude a la inteligencia de los mexicanos.

Eso de que se legisló para evitar que el dinero sucio entrará a las campañas políticas, o los intereses de los pudientes no incidieran en las urnas, en los dictámenes de los legisladores y en los contratos del gobierno con particulares, son excusas baratas y fuera de toda ética política, porque está demostrado que con todo y el monstruoso recurso que se les entrega sin una fiscalización real a cambio, reciben dinero del crimen organizado, se crean bancadas afines a grupos económicos preponderantes y se enriquecen en contubernio con contratistas.

Son tiempos para construir un andamiaje que restablezca la confianza, y lo son para El Bronco y el Peje. El primero para que demuestre que no es demagogo, transa ni mentiroso como los demás, y chance para que envíe al congreso local una  iniciativa que elimine el financiamiento público a los partidos. El segundo, a poner en papel lo que tanto pregona en sus discursos, es decir, frenar  el dispendio público que se reparten a manos llenas funcionarios desde primero hasta tercer nivel, en  los tres poderes y de los tres órdenes de gobierno, comenzando, también, con la eliminación del financiamiento público a partidos políticos, y el recorte al voluptuoso presupuesto del congreso federal. Que sean éstas las primeras iniciativas que promueva la nueva bancada de MORENA que rendirá protesta en la nueva legislatura.

No quisiera encontrarme con los tiempos legales de la sucesión presidencial ya encima, o sea, a finales del 2017,  con que estos personajes todavía andan discutiendo los qués y no los cómos de su pliego petitorio. Remember, “obras son amores y no buenas razones”.

P.D. A Manlio Fabio Beltrones el presidente lo quiere en un lugar visible y con poco presupuesto, para que no haga travesuras, y es muy probable que cene pichón de cabeza plana y pelaje azul antes de la asunción el domingo 17. Carlos Navarrete anticipa su relevo, esto, por los malos resultados el pasado 7 de junio, donde perdieron más de la mitad de los diputados federales que tenían y prácticamente están entregando su mejor plaza (D.F.) para el 2018. Creí que se habían extinguido los hombres sensatos en la política; bien por él.

Gracias por leerme. Puedes escribirme a:

Email: mnarvaez2008@hotmail.com

Twitter: @manuelnarvaez65

 

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