Por David Monreal
Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump han sido los personajes más importantes de México y Estados Unidos, respectivamente, en los últimos años. Ambos han generado una gran expectativa y comentarios tanto a favor como en contra ¿Cómo serán sus relaciones cuando AMLO sea presidente constitucional? Esa es la pregunta que poco a poco se irá respondiendo.
¿Confrontación o alianza? Es importante aclarar que Obrador ha dejado claro que las relaciones internacionales con todas las naciones serán con base en el respeto mutuo y la libre determinación, sin embargo, ha manifestado que el muro que Estados Unidos pretende construir en su frontera sur no la pagará el Estado Mexicano, y que dicha política va en contra de la buena amistad en existe entre ambas naciones.
Esta actitud periodística de querer generar una u otra imagen de nuestro presidente electo es simple propaganda, pues las alianzas siempre se hacen tomando como eje los puntos comunes para reconciliar las diferencias, siempre apegados a los principios generales del derecho internacional.
Andrés Manuel no comparte la idea de abandonar alianzas, tratados cumbres o acuerdos, por el contrario, aspiramos como nación ha diversificar nuestras relaciones diplomáticas y comerciales con otras naciones para reducir la dependencia que existe por nuestra parte en la balanza comercial.
En materia migratoria, Obrador pretende fungir como un puente de contacto entre Norteamérica y Centroamérica, como lo expresa textualmente en la carta que el día 13 de este mes dirigió al presidente Dunald Trump:
“…considero que debe atenderse de manera integral y de fondo el problema migratorio, mediante un plan de desarrollo que incluya a los países centroamericanos, donde millones de habitantes no tienen oportunidades de trabajo y se ven obligados a salir de sus pueblos para buscarse la vida y mitigar su hambre y su pobreza…”
En la carta también esbozó algunas características de un plan regional, en el los países puedan aportar cada uno de acuerdo a la dimensión de su economía para poder “reunir una considerable cantidad de recursos para el desarrollo de la región, los cuales se destinarán en un 75% a financiar proyectos para crear empleados y combatir la pobreza, y el restante 25%, al control fronterizo y a la seguridad.
Además, se informó que en la frontera se creará una zona comercial libre o franca, así como el aumento al doble del salario mínimo en dicha zona y la reducción de impuestos especiales y del IVA hasta en un 50%, con lo que se espera generar condiciones de igualdad para la iniciativa privada.
La carta termina con una frase que vaticina una política exterior firme y clara: “ambos sabemos cumplir lo que decimos y hemos enfrentado la adversidad con éxito”.
El cambio que todos queremos está por comenzar. Juntos Haremos Historia