Estamos cerca de cumplir dos años del cambio de partido gobernante en nuestro país, como todos sabemos en julio de 2018 se registró una copiosa votación que llevó a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador, obtuvieron la mayoría en ambas cámaras y generó que arribaran a espacios de representación popular varios personajes que carecían de base social y trayectoria política, pero la ola los arrastró y obtuvieron responsabilidades públicas de gran trascendencia.
Tal situación no aconteció en Puebla y los resultados favorecieron al Partido Acción Nacional, pero un lamentable accidente le costó la vida a Martha Erika Alonso la Gobernadora en funciones y se hizo necesario repetir la elección, en un proceso poco concurrido y lleno de sospechas llegó al poder el morenista Miguel Barbosa Huerta.
Un escenario tan convulso y lleno de irritación social obligaría a cualquiera con mínima modestia y capacidad de raciocinio a conducirse con serenidad y mesura, pero pareciera que tales virtudes son desconocidas para la mayoría de los morenistas, (pocas son las excepciones) y el gobernador poblano se comportó desde el inicio de su mandato como un auténtico chivo en cristalería.
Diversas fueron las acciones de soberbia, así afirmó que a su antecesora la había castigado Dios y por ello había perdido la vida en un trágico accidente, luego vino su confrontación con los directivos de la universidad, sus ocurrencias sobre el covid-19 y cosas similares.
Pero en el centro de sus pensamientos, con una fijación enfermiza y obsesiva vino con la cruzada desatada contra el antorchismo dando el banderazo con el estribillo de que no dialogaría con intermediarios y luego acciones represivas contra la casa de cultura de Tecomatlán. Así se fueron incrementando las acciones siendo el acto más arbitrario la complicidad de las instancias electorales a efecto de que negaran el registro como partido político local a nuestro movimiento.
Ante tal abuso crecieron las acciones de protesta y con ello nuevos actos represivos, amenazas de secuestro e incluso actos violentos como el acontecido en marzo a quien esto escribe, pero la escalada continuó sin ningún rubor y como parte de ello vinieron carretadas de injurias y calumnias reiteradas en los medios de comunicación reiterando una y otra vez acusaciones sobre corrupción y cosas por el estilo.
Recientemente se han arreciado los actos represivos y pesa la amenaza de encarcelamiento sobre destacados líderes como el Ing. Juan Manuel Celis, la Dra. Soraya Córdova Moran, la compañera Rosario Hernández, tales acciones sobre presuntos delitos inexistentes, mostrando la ausencia total de ética y absoluto abuso de poder poniendo a capricho las instancias legales para usarlas como un garrote represivo para golpear adversarios.
Y para cerrar la pinza vino la complicidad de Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), quien violentando todos los derechos constitucionales confiscaron cuentas de algunos negocios y dirigentes antorchistas, incluso del Diputado Federal Brasil Acosta Peña que no fue notificado de tal acción e incluso para llevarla a cabo requerirían un proceso de desafuero que nunca se ha efectuado y se acompañan las acciones con carretadas de estiércol para desprestigiar a nuestro movimiento.
Lo anterior pareciera un cuento de terror o un capítulo de la época del fascismo hitleriano, pero nada de eso, tal acción acontece en la época en la que se ha hondeado la bandera de la democracia repitiéndose hasta el cansancio que se respetan los derechos humanos y las libertades individuales, pero la esencia y práctica del gobierno actual es el abuso de poder.
Nada de lo que han ensayado les ha resultado a los aprendices de dictadores, por el contario ha generado coraje y convicción profunda entre los antorchistas para llevarnos a la conclusión de que el único camino es la lucha enérgica y decisiva para lograr quitar el poder a los personajes de la 4T que hacen gala de prepotencia y abuso de poder. Hago por tanto a través de este medio un enérgico llamado a los antorchistas de Zacatecas para disponernos a ser partícipes de las próximas jornadas de lucha en defensa de nuestro derecho a existir como organización, pues cada agravio deberá cobrarse en las urnas llamando a todos los mexicanos a repudiar esta política fascitoide.