Marco Antonio Flores Zavala
En febrero de 2015, días antes de una sentida huelga universitaria, fue presentado el libro Antes de la batalla (Conaculta, gobierno del estado de Zacatecas, 2014). Viene a colación, ocho años después, para reiterar algunas ideas que subyacen en el texto y proponer apuntes sobre el porvenir inmediato.
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El libro se armó con notas de información recompiladas para una investigación sobre la política decimonónica estatal (El grupo masón en la política zacatecana, 1880-1914). Las notas, o historia por fragmentos, circularon en periódicos impresos regionales –con páginas en red-, artículos, libros y como plus, diariamente se difundieron en radio en el primer semestre de 2014. El fin era indicar, de indicios, el acontecer de la Revolución, en el estado de Zacatecas. En el ir público, se tuvieron en cuenta los eventos, evitar las explicaciones generales, reducir el bronce de los héroes y dimensionar los campos de acción de los sujetos de aquellos lares.
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Se congenia con la idea: la Revolución comprendió diferentes expresiones regionales (Chihuahua, Sonora, Coahuila, San Luis Potosí, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca, Chiapas), diferentes formas de procurar cambios al status conformado en el dominio del liberalismo decimonónico.
En Zacatecas, la Revolución (1908-1917) fue encabezada inicialmente por católicos antirreeleccionistas (Juchipila-San Juan Bautista del Teul). Las propuestas agrarias fueron tardías y foráneas (adopción del Plan de Ayala en 1914-1915; reforma agraria de los años de 1920 y 1930). Las propuestas obreras y de sectores urbanos estuvieron ligadas a las demandas democráticas que el liberalismo no cumplió o impedían dinámicas de circulación de grupos (catolicismo social, sociabilidades de lectura y mutualistas). Los liberales en-vueltos oposición no levantaron armas ni erigieron liderazgos, aunque sí se hicieron de esferas políticas y del poder (constitucionalismo y recurrir al electoralismo).
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Precisando: Los antirreeleccionistas fueron una red de relaciones políticas con alcance nacional. En la red participaron clubes políticos, sociedades de lectura, mutualistas de trabajadores urbanos, juntas patrióticas y redactores de periódicos con influencia local. También estuvieron presentes los excluidos de la política regional: los liberales opuestos a la conciliación con la Iglesia católica; los republicanos de pueblos que reivindicaban sus derechos ancestrales; católicos que demandaban su derecho a ejercer una ciudadanía activa; los pequeños propietarios, los trabajadores y clasemedieros de las ciudades, como los profesores, estudiantes, protestantes y masones.
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Los hilos del relato, para hacer giro y contrapunto a los hechos de armas en la región y la política capitalina, fueron el parsimonioso trabajo legislativo –no se obvio a los gobernadores- y la imperceptible labor artística de tres anónimos de entonces: Ramón López Velarde, Manuel M. Ponce y Francisco Goytia. Se dio lugar a las novedosas máquinas de escribir, los automóviles, las sociabilidades populares, los contenidos de libros, lecturas y transeúntes de calles empedradas. No entramos a las residencias, aunque lo intentamos con los indicios conseguidos.
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Entre 1911 y 1916 hubo una cruenta guerra civil. Esto fue parte de la Revolución, aunque todavía existen narrativas que convierten en revolución los simples hechos de armas.
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En Antes de la batalla se expresó: El triunfo del constitucionalismo sobre el general Huerta y sobre los líderes revolucionarios regionales (Francisco Villa y Emiliano Zapata), permitió formular un nuevo pacto en México: la Constitución de 1917. En ella fueron asentadas las reivindicaciones de los grupos sociales y políticos insatisfechos con el régimen porfirista: nuevo reparto agrario, nuevos derechos para los trabajadores asalariados, la permanencia del Estado laico y una educación pública gratuita para todos.
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Ahora es posible seguir el después de la batalla de junio de 1914. En entregas, publicaremos una historia en fragmentos sobre el después de aquel acontecimiento; miremos el panorama regional, de 1913 a 1920. Un sexenio y algo más, de vivir el mundo de la primera guerra mundial, los cambios de vestuario, la influenza española, los primeros vuelos y los tremendos desplazamientos humanos, los dramas de las mujeres enlutadas y los jóvenes con horizontes múltiples. Es la temporada del fin de las haciendas, la conversión de peones a trabajadores más precarios, de otras formas de organización…
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Cada semana, a través de este medio seguiremos con “Los rumbos, luego de aquella hecatombe. Apuntes sobre el acontecer del centenario y década pasado”.