ANTONIO VELA GODINA,  UN ELEGIDO DE DIOS

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El pasado 7 de noviembre se llevó a cabo un servicio eclesiástico que conmemoro el treinta y siete aniversario luctuoso del fallecimiento del Canónigo Magistral Antonio Vela Godina, en la Parroquia de los Sagrados Corazones en Guadalupe. Zacatecas.
Antonio Vela Godina.

Fue un sacerdote zacatecano e impulsor de la educación, amado por la gente que, incluso, evitó que le fusilaran en el marco de las secuelas del conflicto cristero.
 
Antonio Vela Godina mació el 6 de septiembre de 1912,  en la calle la Purísima (ahora calle de Jesús), barrio de Mexicapan, en la casa marcada con el número 27, hijo de Feliciano Vela Escobar y Florencia Godina Saucedo.

En la madrugada, a las dos de la mañana, de ese día fue llevado a la pila bautismal, quizá porque vivían frente al Templo de Jesús, o por su cercanía con el párroco de la iglesia, se le bautizo con rapidez tal vez porque hubo dificultades en el parto o por otra razón desconocida.
 
Antonio Vela destacó como sacerdote, fue querido por la gente en Huejuquilla el Alto Jalisco, Trancoso, Ojocaliente, Guadalupe y Zacatecas, entre otros municipios
 
Su vocación, dedicación y reconocimiento le llevaron a ser Juez Eclesiástico, vicario Judicial, cargo que ejerció hasta su muerte,  Canónigo Honorario de la Catedral.

También Canónigo Capitular en el oficio de Magistral en la Catedral de Zacatecas, y fue nombrado Vice-Presidente de la Asociación Mexicana de Canonistas.  

El Canónigo Vela Godina pertenece a una generación de sacerdotes formados en el extranjero entre ellos: José Ma. Varela e Ismael Fernández, con quienes no sólo compartió la estancia en España, fueron sus amigos, y custodios de la Catedral del Estado de Zacatecas.
 
En 1923, a los once años de edad, ingresó al Seminario Conciliar de Zacatecas,  y  en 1926 se trasladó a los Estados de América a continuar sus estudios, esto en el marco de las restricciones legales en materia religiosa durante el gobierno del Gral. Plutarco Elías Calles, en ese país estudio durante un año, porque en 1927 se trasladó a Madrid, España, e Ingresó al Seminario Conciliar San Dámaso, en el que  permaneció tres años.
 
Estudio Derecho Canónico con Monseñor Tomas Muñiz Pablos, obispo de Pamplona,  arzobispo de Santiago de Compostela, y procurador en las Cortes de España.
 
Para 1929 en el Seminario Conciliar San Dámaso, ganó el primer lugar en Filosofía, y 1930, regresó a Zacatecas para continuar sus estudios. 
 
Un año después fue nombrado profesor de latín  y humanidades del Seminario en Zacatecas, e impartió la materia hasta los años 80.
 
La ordenación como sacerdote fue en 1935, y se le nombró prefecto del seminario menor, y en 1936, decano del seminario de Monte Escobedo.
 
Para 1938 fue nombrado Párroco en Huejuquilla el Alto Jalisco, y comenzó a participar en el Tribunal Eclesiástico de Zacatecas.
 
En esa época, años posteriores, en la todavía efervescencia cristera, estuvo a punto de ser fusilado por los militares, pero el pueblo lo salvó  se amotino salvándole la vida.

En esa región persistía el acoso a los religiosos, es zona cristera, se cuenta que el padre Vela se pasaba las madrugadas confesando a los integrantes de los batallones cristeros.
 
En el año de 1944 se le designó como párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón, en Guadalupe, Zacatecas donde ejercicio su ministerio por 24 años. Fue la etapa de construcción y modernización estructural de la parroquia en la primera mitad del Siglo XX.
 
Y en 1945 es nombrado Juez Eclesiástico, diez años después como Vicario Judicial, cargo que ejerció hasta su muerte.
 
En 1957 fue Canónigo Honorario de Catedral y en 1966 Canónigo Capitular en el oficio de Magistral en la Catedral de Zacatecas.
 
Se nombrado Vice-Presidente de la Asociación Mexicana de Canonistas en 1983. E impulsó el único congreso nacional de derecho canónico en Zacatecas, y fue para  implementar el nuevo Código de Derecho Canónico de 1983 que impulsaba Juan Pablo II.
 
Y dos años después, en 1985, celebró sus bodas de oro como sacerdote.
 
Falleció el 7 de noviembre de 1987,  el funeral y el ritual luctuoso fue propio del Estado eclesiástico.  

La ciudad, su gente, y de muchos municipios llegaron a la capital del estado para su última despedida. 
 
Cabe mencionar que se establecieron capillas ardientes en Trancoso, donde fundó el Colegio Villa de Trancoso, en Guadalupe y en Zacatecas.

Por cuestiones de tiempo y distancia ya no se puedo llevar sus restos a otros municipios y parroquias, para  que le rindieran servicios funerarios, que lo habían solictado.  

Fue un recorrido de casi cinco días. Los servicios fúnebres terminaron  con una misa en la Catedral de Zacatecas presidida por el señor Obispo, el cabildo eclesiástico y la Curia de la Diócesis.
 
Entonces se publicó una entrevista, realizada dos años antes, por sus bodas de oro:
 
Antonio  Vela Godina  “Un elegido de Dios”.
Se le  definía:


El curriculum vitae quedó grabado en las montañas, en los lugares más apartados en donde no hay fronteras, en donde la vida comienza en cada huella y por donde se tenía que llegar a pie o en el lomo de una mula, incomunicado con la sociedad pero con cristo en el corazón.

Él fue un cura sin organigramas, sin planeaciones, sin planes ni proyectos estudiados. Como lo dice Juan Pablo I.
Para muchos su obra, su compromiso, su carácter, su trabajo y responsabilidad con la iglesia y el pueblo, lo definen  como un modelo de apóstol.


Nota. El texto y los datos plasmados forma parte del libro biográfico el cual está en elaboración.
Noviembre 7 de 2024.

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