La muerte de Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal y la aprehensión de uno de sus escoltas pertenecientes  al Cártel de Sinaloa, por parte de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional durante un operativo desplegado en Zapopán, Jalisco, constituye un importante golpe al narcotráfico asestado durante este sexenio por las autoridades castrenses de nuestro país.

Aplaudimos los esfuerzos llevados a cabo por las fuerzas militares y las organizaciones de inteligencia involucradas para someter a quien muchas de las corporaciones policiacas internacionales consideraban uno de los capos mexicanos de mayor importancia dentro de la estructura criminal de uno de los cárteles más importantes dedicados al trasiego de drogas y estupefacientes a nivel mundial.

Una vez que ha fallecido el también llamado “Rey del Cristal”, el siguiente paso deberá ser desmantelar por completo las redes creadas por la organización criminal por él liderada, pues aunque ha caído uno de los cabecillas principales, quedan subordinados que estamos seguros continuarán con el millonario negocio de la exportación de estupefacientes a Estados Unidos y otras partes del mundo.

Este es apenas el primero de muchos de los objetivos marcados por el actual gobierno en la lucha contra el narcotráfico, por lo que los esfuerzos para abatir la criminalidad no deben parar hasta terminar por completo con este flagelo que mantiene en vilo a la sociedad mexicana, y el primer paso, reiteramos, es desarticular los hilos financieros que sostienen al tan poderoso imperio de las drogas.