Marco Antonio Flores Zavala

Diciembre de 1914. La vieja calle de Tacuba, una de las rúas antiguas de la vetusta ciudad de Zacatecas, era denominada avenida González Ortega.

La muda de nombre ocurrió en mayo de 1898. El día del cambio, los liberales organizados en un club político develaron la escultura ecuestre del general Jesús González Ortega. La obra era para señalar quién era el héroe de la Reforma en el estado.

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La base del complejo estaba sobre una jardinera que la familia del homenajeado procuraba conservar con dignidad.

La escultura está, en nuestros días, en el parque Enrique Estrada. Ahora le llaman “El caballito de Ortega”.

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En la avenida González Ortega estaban parte de las casas comerciales que referían la pujanza económica de los inversionistas y de los compradores. 

Las tiendas ocupaban los primeros pisos de edificios que eran horizontales, a diferencia de las enjutas y verticales construcciones de la actual avenida Hidalgo.

Allí se comerciaba pan; corambrería, zapatería; diversión en la sala de cine; descanso en un antiquísimo mesón popular y otro que recibía diligencias foráneas.

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La familia potosina Ramírez, la dueña de la corambrería, varias veces se quejó ante las autoridades. Denunció que las meretrices nocturnas ejercían su oficio en las puertas de sus empresas. Sita entonces en los lotes 37 y 38, y en la calle Reforma.

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La empresa colindante con la corambrería era la sala de cine Salón Azul. Ésta mantuvo la ronda de exhibiciones, por tanto era contemporánea de las diferentes plazas mexicanas.

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Las familias residentes, en los segundos pisos y del zaguán para dentro, dan un rasgo étnico: la avenida González Ortega era una calle sin mestizaje.

En las habitaciones hicieron vida íntima, conspiración privada y modernización burguesa los Gómez Gordoa, los Zárate, los Ramírez, los Buenrostro.

Otra seña es la notoria ausencia de la piedra diseñada en las fachadas de la avenida. Nótese en la casa mochada que hace esquina con el callejón de Rosales y la avenida multicitada. La piedra es lisa y neoclásica. Es una construcción de la segunda mitad del siglo XIX.

Frente a ella está la casona que concluye la avenida y linda con la calle Guerrero. Es hermosa por ser una de las primeras construcciones que en Zacatecas uso el ladrillo rojo como objeto de decoración.

La casona es un balbuceo del modernismo geométrico, el que indica cómo iba la revolución cultural en la vetusta ciudad de Zacatecas.

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Otro dato de cómo iba el progreso, junto con la vendimia informal tendida en la empedrada rúa, eran los postes de cables eléctricos.

No sobra señalar: la avenida González Ortega fue la primera con esa denominación. La otra era la avenida Juárez…