CUALQUIER plaza pública donde se concentren ciudadanos, y más, si estos consumen alguna bebida embriagante, es el mejor (o el peor indicador), respecto a la popularidad, el rechazo y también el afecto hacia los políticos, especialmente los gobernadores en turno; de modo que es muy interesante observar este fenómeno.
TUVE AYER la oportunidad de hacerlo, en la muy bonita plaza de toros de la ciudad de Jerez, y me impresionó –debo reconocerlo- la manera en que la gente reacciona ante el gobernador del estado Miguel Alonso Reyes, que igual que al principio, sigue arrastrando en la ola de su carisma a colaboradores y a uno que otro agregado que suelen acompañarlo a eventos masivos.
LO QUE COMENTO no es asunto menor. Estamos a casi tres años de un sexenio que no ha sido precisamente fácil, por el contrario, ha debido afrontar toda clase de circunstancias complicadas y coyunturas desafiantes, que explicarían –de ser el caso- el desahogo colectivo en contra de quien manda en Zacatecas.
¡PERO NO! Jerez recibió con respetuosa actitud a Miguel Alonso Reyes y, reitero, a la comitiva que lo acompañaba, entre otros, Ismael Murillo Mares y Ramiro Rosales Acevedo, políticos jerezanos con aspiraciones que pudieran, eventualmente, recibir alguna muestra de rechazo que tampoco ocurrió en la reunión multitudinaria de la fiesta brava.
ASUMO como válidas las opiniones favorables a la popularidad y la buena impresión ciudadana respecto a Miguel Alonso Reyes.
LOS BONOS del mandatario están en buen nivel y esto no ha sido, no es, ni será sencillo para un mandatario. El desgaste suele venir de la mano del transcurrir del tiempo y muy pocos salen airosos del reto y vuelvo a decir, particularmente en los tiempos que corren cuando ciertos problemas siguen afectando la tranquilidad del estado.
ES MÁS, ni aun sobrevolando momentáneamente un helicóptero sobre la misma plaza de toros se produjo –como yo esperaba- alguna reacción expresada al estilo tan peculiar de los masivos.
DE SUYO valioso este indicador positivo, resulta más relevante en vísperas del proceso electoral 2013 ante el cual los augurios negativos –o basados en cierta lógica política, que nunca es lógica, por cierto- sugieren que pudiera ser una contienda complicada para el partido en el poder, obviamente el Revolucionario Institucional.
SI ME BASARA solamente en el grado de aceptación de la persona de Miguel Alonso diría, con un buen margen de seguridad que la plaza (y no me refiero a la de toros) sigue siendo suya y está en alto la ola a la que pueden seguir subiéndose muchos con aspiraciones y aún en pleno desempeño en diversas áreas gubernamentales.
VUELVO y repito ¡Que interesante! Y que comprometedor para el Jefe del Ejecutivo mantener este indicador que, veremos, si también se refleja en los votos de julio próximo. Supongo que elementos de esta naturaleza fueron seriamente valorados al decidir que el PRI iría sin coaliciones a la elección 2013.
MI CONCLUSIÓN después de observar esto que les comparto es que el carisma del gobernador y su tan sencillo carácter y fino trato personal, han sido factores de mucho peso para mantener sus bonos a la alza. En política la forma es fondo y la forma en que Alonso Reyes se conduce, sin hacer excepciones ni incurrir en desplantes ociosos, es una manera de cumplir la regla.
POR CIERTO y bien vale comentarlo, José Narro Céspedes, el tigre de la izquierda zacatecana conversó breve y cordialmente con el gobernador casi al término de la corrida ¿El tema? Fue su compromiso comentarlo en el próximo programa “Diálogos” que podamos agendar en próximos días.
MIS RESPETOS, de plano, a la fina política de Miguel Alonso Reyes que, en el termómetro político que pude constatar ayer, presenta una buena temperatura.
pura gorra