David confunde política con campaña.
Gabriel Contreras Velázquez
Tanto en la capital zacatecana como en los 2 mil 547 municipios y 16 alcaldías del país, el grupo que mantiene el control de los votos del cabildo es el que gobierna. No hay una fórmula distinta, es un sistema de toma de decisiones colegiadas que rigen al órgano autónomo, la primera célula política, administrativa y gubernamental de este país.
En los tres meses y medio que ha durado el conflicto de los regidores de Morena (en la corriente monrealista) contra el presidente Ulises Mejía Haro, es inconcebible que los inconformes no alcancen a ver el andamiaje político del cabildo. Queda claro a estas alturas que, además de no comprender la institución en donde dicen gobernar, su falta de talento opaca su protesta.
Por todos los medios posibles, los seguidores de David Monreal Ávila han intentado desvincular al Coordinador Nacional de Ganadería de la reyerta. Incluso insisten en que el fresnillense no perderá más el tiempo con políticos novatos, pues lo suyo es hacer política. ¿Si David se enfocara en hacer política, en realidad existiría un conflicto de esas dimensiones en el ayuntamiento capitalino?
No es lo mismo hacer política que hacer campaña. En esto último, David ha invertido tiempo, decenas de compromisos y la movilización de la estructura del gobierno federal en Zacatecas a su favor, con la finalidad de instituir tempranamente sus aspiraciones políticas. El uso electoral de los servidores de la nación ya le valió una severa advertencia de parte de Andrés Manuel López Obrador.
Hacer política -eso que todavía en fechas recientes le reprocha su hermano Ricardo- es construir las salidas a los conflictos, a través del consenso. Buscar la mayoría, no enardecer a una minoría sin poder. Acuerdos son los que no tiene David en el territorio de Ulises Mejía. Ni con Ulises, ni contra Ulises con los regidores que votan a favor de las propuestas del alcalde.
Podrá quejarse de la novatez del presidente capitalino, empero, al hacerlo demuestra que no es un político a la altura de sus circunstancias. Se deslinda de quienes inician las guerras en los municipios y en contra del gobierno estatal, pero no tiene poder para detener el ritmo de desgaste que le imprimen sus seguidores cuando toman decisiones al libre albedrío pensando que le hacen un favor.
No sabe cuándo iniciar ni cuando detener un conflicto. No sabe cómo enviar un mensaje de tranquilidad a la clase política zacatecana cuando de recorte al presupuesto estatal se trata. Con los pies lejos de la tierra, asegura que el 2020 será el mejor año para Zacatecas en materia financiera, cuando detrás de él hay un recorte del 75% de los recursos del Crédito Ganadero a la Palabra.
Se siente en comodidad con quienes le ofrecen incondicionalidad, pero no sabe cómo hacer política con entes que representan mayor autonomía y de toma de decisiones. Su zona de confort es tal que no comprende las relaciones de poder fuera de la sumisión. No acepta una crítica que no entienda como un ataque a sus aspiraciones. Síntomas claros de inmadurez política.
Por eso Ulises gana las batallas en el cabildo. Y podría ganarlas con una mayor ventaja si no descuidara a quienes se han propuesto hacer alianzas, mismas que no ha honrado en su totalidad. Sólo necesita cambiar el curso de algunas decisiones para enderezar el barco con más votos de los que tiene en estos momentos, y así legitimar su gobernabilidad. Hacer política.
El mensaje y las formas de David se transmiten a sus subalternos. El caso de Julio César Chávez Padilla es un referente. A los informes de Saúl Monreal Ávila y Ulises Mejía Haro envió a sus asesores cercanos para tomar fotografías de asientos y zonas vacías en el Centro de Covenciones de Fresnillo y en el Palacio de Convenciones de Zacatecas, que luego difundieron en sus redes sociales.
En Fresnillo varias personas nos pudimos percatar de cómo la coordinadora de asesores de Julio César, Raquel Ortiz Sifuentes (ex coordinadora de asesores en la Secretaría General de Gobierno), buscaba el tipo de fotografías de sillas vacías que luego reenviaba vía WhatsApp a Julio César, y luego “quemar” a sus adversarios.
Por eso Saúl sube en las apuestas a la candidatura en el 2021. En el equipo de David son expertos en hacerle la campaña a probables adversarios que podrían encontrarse en la boleta, dentro de dos años. El resultado de confundir temas tan distintos, porque, como aquí insisto, no es lo mismo hacer campaña que hacer política.
Qué hace entonces David, encubar un conflicto del que luego se desentiende aludiendo que no perderá el tiempo que no supo invertir en acuerdos. Su única fortaleza es el movimiento inercial del gobierno de López Obrador. Que “es un político que no excluye”, de eso no están convencidas al menos 19 asociaciones ganaderas en Zacatecas con quienes ha tenido desencuentros graves.
#Coincidencias: Sus mensajes tuvieron encuentros y contrastes. Ulises Mejía Haro aprovechó la ocasión para remarcar que la división al interior del cabildo no detendría el ritmo de trabajo, que hasta el día de hoy le ha impreso a la administración municipal.
En Fresnillo, el regidor Heriberto Flores Sánchez, al ritmo pausado de su andadera, pero firme, llegó al atril. Con energía magnetizante hiló un discurso elocuente y de nostalgia histórica para el municipio, en el que reconoció que Saúl también llegó a modificar los tiempos del ayuntamiento.
El mensaje político de Ulises se dejó ver en un salón oscuro y expectante del Palacio de Convenciones, cuando transmitió un breve de Martí Batres Guadarrama, con el que declaró que el ayuntamiento capitalino asumía el conflicto al que le empujan en el cabildo. El video indigestó a más de uno en el Senado de la República.
Saúl, desde su trinchera, no dejó dudas. Hay claridad sobre los ajustes que tiene que hacer a su administración. Entre ellos, los esperados cambios de gabinete. Presumió la cercanía y el trabajo con Alejandro Tello Cristerna, que el gobernador respondió confirmando la alianza entre el Gobierno del Estado y el del municipio de Fresnillo.
Al informe de Ulises faltó David, con lo que confirma que no está deslindado de la lucha de sus regidores. Envió en su lugar a la delegada. En el informe de Saúl faltó Ricardo. El senador paseaba por el zócalo de la Ciudad de México más temprano. Aunque se encontraba en Zacatecas, en ambos eventos omitió su presencia la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre.
Ulises falló en darle la misma condescendencia que Saúl le dedicó unos días antes al escuchar su mensaje. La política va más allá de una lucha de apellidos y el fresnillense lo demostró.
Julio César Chávez Padilla derrochó en imagen pública para hacer brillar a David Monreal. Ningún mensaje trascendió, sólo la obediencia conocida. A la fecha el joven alcalde se mantiene lejos de imponer agenda en cualquier tema municipal.
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