Que Siempre Sí: Presupuesto Austero.

Gabriel Contreras Velázquez

En menos de una semana el criterio cambió. Primero aseguraron que la oportunidad estaba en ciernes para que el presupuesto del Crédito Ganadero a la Palabra en 2020, se incrementara con el apoyo de la gestión de los legisladores federales. David Monreal Ávila concentraría el respaldo de algunos diputados y se daría la lucha por los recursos.

Hace un par de días, sin embargo, el discurso se trasladó al lado contrario. En la reunión del “frente común” los legisladores federales reconocieron que el escenario financiero era de la mayor complejidad posible y que, al presupuesto local, como Andrés Manuel López Obrador lo afirmó en noviembre del 2018, no se lo cambiaba “ni una coma”.

En eso tenían razón, pero no dijeron lo mismo cuando se trató de los recursos al campo. Quienes han buscado el acercamiento con el Coordinador Nacional, en los salones del Hotel Sevilla no tomaron la palabra para contradecir a los oradores, como lo hizo David el 14 de septiembre.

No defendieron la postura vacilante del fresnillense, aquella en la que condenaba a gobernadores y funcionarios estatales por provocar una andanada de mentiras, pues el presupuesto del próximo año, según David, era el más sólido que Zacatecas había conocido. ¿Un presupuesto malo para el estado pero bueno para la federación? ¿Los recortes presupuestales son buenos?

Luego David dijo que el gobierno estatal siempre sí tendría que entrar en fase de austeridad porque era cierto que recibiría menos dinero. Una medida que también pondrá en práctica el fresnillense a partir de enero con un presupuesto 76% menor del que recibió este año, y acatará sin chistar (una de sus virtudes). Además, según su lógica, un presupuesto menor no hace en general un mal presupuesto.

De los mil 500 millones que Zacatecas dejará de recibir el próximo año, los rubros a la baja son: el Ramo 33, las aportaciones a la Nómina Educativa, los Fondos de Infraestructura Social para Municipios, el Saneamiento Financiero para estados y municipios, y los fondos de seguridad pública, entre los principales.

Queda claro que, en la danza de las cifras, también se deja sentir la campaña anticipada. Aunque un tanto acorde a su postura en el pleno, pero con un error de cálculo político, Omar Carrera Pérez apresuró a comentar que en 2021 convenía un gobernador más cercano a López Obrador. ¿Actualmente hay zacatecanos «cercanos» al presidente? Se le preguntó.

El Coordinador Nacional de Ganadería contradijo sus propias declaraciones con respecto al recorte presupuestal que vivirá el gobierno local en 2020.

Por las evidencias que ha otorgado el mismo Andrés Manuel, al diputado local convendría continuar con la exigencia por transparentar los recursos de la FENAZA y no desviar la atención a donde pueda encontrar indicios de la reciente distancia que procuró el presidente con su Coordinador Nacional de Ganadería.

¿Cuándo fue la última vez que David Monreal se retrató a lado del presidente, en las oficinas de Palacio Nacional? ¿Cuándo fue la última vez que David salió de gira con Andrés Manuel? En su más reciente estancia en Zacatecas, el presidente no pidió la presencia del fresnillense.

En su gira por Durango, Chihuahua y Sinaloa, la semana pasada López Obrador habló de los precios de garantía de las semillas, y del programa Sembrando Vida, uno de los pocos que sí registró incremento en el Paquete Económico del próximo año. El Crédito Ganadero a la Palabra ha desaparecido de su vocabulario.

Hoy en día, Zacatecas carece de cuadros políticos con ese nivel de cercanía que un día presumió David y que tiró por la borda con su campaña electoral anticipada, el subejercicio de recursos, y los reclamos de productores por recibir menos animales y en condiciones poco salubres.

Pero ¿los Morena-Monreal confirmarán la postura de David, calificando al “frente común” como un ejercicio perverso que sólo intenta confundir la realidad del presupuesto 2020? De lo contrario, su silencio hablará por ellos.

Sobre la reunión del miércoles, Alejandro Tello Cristerna celebró únicamente la convocatoria, que calificó como histórica, a contrasentido de sus resultados que, parece, repetirán la abulia del año pasado, pues de que esa convocatoria se traduzca en un mejor presupuesto local, no hay seguridad alguna. Eso lo reconoció el propio gobernador.

En términos de negociación: ¿qué tendría que ofrecer Zacatecas a López Obrador para que el presidente cambie de opinión? Al proyecto de movilidad urbana y la mejora del transporte público en el estado, el Gobierno Federal no le etiquetó un solo centavo en este 2019, pese a que existió un acuerdo previo de recursos para dicha obra.

Segundo «frente común» por el presupuesto estatal, sin resultados plausibles hasta el momento y una perspectiva negativa de avance.

¿Por qué el presidente tendría que ayudar únicamente a Zacatecas y no a los otros 31 estados de la república que también sufrieron una reducción de participaciones federales por un total de 41 mil 695 millones de pesos?

El éxito del “frente común” otra vez será limitado (como lo anticipamos aquí el pasado 13 de septiembre), y tendrá que restringirse a tocar puertas para tratar de rescatar dinero sobrante. El Paquete Económico tiene como prioridad ajustar la deuda de PEMEX y mantener a flote sus finanzas, de otra forma la inversión extranjera no apostará al proyecto Dos Bocas.

Aunque, si el “frente común” llevara las gestiones a donde se decide el futuro del dinero, alguna buena noticia podría ofrecer. No obstante, a la fecha, nadie ha tocado a las puertas del Palacio Nacional.

Entre los empresarios invitados al Hotel Sevilla, llamó la atención la presencia de Pedro Lara Rojas, el inversionista en grandes proyectos de infraestructura que el Gobierno del Estado no alcanza a subvencionar en su totalidad. Según el cotilleo de los señores del dinero, Pedro Lara gestionó una reunión a través de Ricardo Monreal Ávila, para apoyar la campaña de Andrés Manuel López Obrador en 2018.

Al arquitecto detrás del PPS con el que Amalia Dolores García Medina construyó Ciudad Gobierno, se le vio muy efusivo durante los festejos de cumpleaños de la Delegada de Programas de Desarrollo en Zacatecas, Verónica del Carmen Díaz Robles.

Se encontraron en un restaurante conocido en la ciudad por sus cortes bovinos y sus precios nada austeros, contrario a los cánones morales de la 4T con los que la funcionaría debería conducirse. Una actividad común en la rutina de Verónica y para la cual prefiere abandonar su oficina temprano.

Casualidades: Los días de José Narro Céspedes como senador de Morena están contados. En los hechos el tamaulipeco se encuentra lejos del partido; cercano a conveniencia. Y quién diría que el movimiento que lo llevó a la Cámara Alta, meses después sepultaría su capital político.

Narro tuvo todo en sus manos para doblegar por enésima vez a Newmont-GoldCorp. Le hablaba al oído a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y configuraba el conflicto a sus necesidades. En el Palacio de Covián era bien recibido y la confianza que se le otorgó parecía no tener límites.

Peñasquito se convirtió en la guerra que dejó a Narro Céspedes sin capital político y, en cuestión de meses, sin cabida en Morena.

Sin embargo, nunca dejó de confundir el dinero con la política. La ambición lo cegó (como es su costumbre cuando hay millones de por medio) y no pudo advertir las nuevas condiciones que permeaban en el conflicto con la minera. Creyó que sería el trámite acostumbrado, en el que mucho tiempo funcionó como su cajero automático.

Paradójicamente, y guardando toda proporción histórica, el senador terminó de escenificar su batalla de Waterloo en Peñasquito, una de las empresas de la que más rendimientos financieros obtuvo en los últimos diez años.

El peor escenario posible para el senador ocurrió el pasado 30 de septiembre. En voz del mismo Andrés Manuel López Obrador conocimos su derrota, la más denigrante. Los intereses político-monetarios de unos pocos fueron expuestos al público y la “lucha” por el medio ambiente pasó a un segundo plano, donde siempre perteneció.

Finalmente, el invierno llegó.

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