La paulatina cesión de nuestra soberanía y la reiterada violación a nuestra carta Magna que llevan a cabo organismos como la DEA o el FBI con anuencia del gobierno mexicano, son la mayor prueba de que el gobierno calderonista ha claudicado ante el poder de los cárteles de la droga, y que con tal de no salir derrotado en lo que fue su oferta de brindar seguridad a los mexicanos, está dispuesto a permitir una intervención armada estadunidense para el combate a dichos grupos.

La información que han venido difundiendo diversos medios de comunicación relacionada con la cada vez más descarada injerencia del gobierno de Estados Unidos en territorio mexicano es una prueba más de que la guerra de Felipe Calderón Hinojosa contra el narcotráfico ha fracasado y que las miembros de las instituciones creadas durante su espuriato, a las que se les han invertido una importante parte del presupuesto federal de cada año, son soldaditos de plomo que acatan órdenes de un Jefe que por supuesto no es quien se dice Presidente de México.

Las mayores atribuciones otorgadas por Felipe Calderón a dichas dependencias son hechos que prenden los focos rojos de la seguridad nacional, pues su actuación en territorio mexicano eleva el riesgo de más asesinatos y violaciones a los derechos humanos de los ciudadanos bajo el pretexto del combate al narcotráfico. Lo peor de todo es que de seguir dicho fenómeno los ciudadanos no sabremos a quién acudir para denunciar las tropelías cometidas por agentes externos.

Repudiamos la política entreguista de Felipe Calderón ante el gobierno de Barack Obama, pues el mensaje que envía a la clase política, a los organismos sociales y civiles y a los ciudadanos en general es que no está dispuesto a cambiar la estrategia que ha cobrado la vida de casi 50 mil mexicanos, y que por lo menos de aquí a que finalice su sexenio veremos un incremento en el grado de violencia que los mexicanos rechazamos categóricamente y al cual nos negamos a acostumbrarnos.

Hechos tan deplorables deben servir para que los ciudadanos nos demos cuenta que el modelo de seguridad propuesto por Felipe Calderón y el PAN está agotado, y que en víspera de los comicios federales del próximo año en los que se elegirá al nuevo presidente de la República, es necesario apostar por un gobierno que privilegie el gasto en educación, la inversión en capital humano y mejores empleos como herramientas fundamentales para erradicar la proliferación de los delitos relacionados con las actividades del narcotráfico en nuestro país.

 

 

“DEMOCRACIA YA, PATRIA PARA TODOS”

Vladimir Aguilar García

Secretario de Planeación

Partido de la Revolución Democrática