Calendario Ramón López Velarde Mes de octubre

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Marco Antonio Flores Zavala Sumario: Qué fue de la vida y los hechos de López Velarde en el mes de octubre. En 2021, participé en la elaboración de contenido de un calendario dedicado a López Velarde.

Hice lo que correspondía de enero a junio. El maestro Arturo Gutiérrez elaboró contenido para los meses julio-diciembre.

El documento lo publicó el Comité Pro centenarios de Ramón López Velarde y el ayuntamiento del municipio de Jerez. Entonces se conmemoraban los centenarios del poema La Suave Patria y el fallecimiento del jerezano, en la capital del país. * Las capsulas del calendario fueron transmitidas en SIZART, ocurrió entre enero a septiembre.

Es dable señalar, elaboré para la radio diferentes contenidos al segundo semestre de lo contenido en el calendario impreso.

El cambio administrativo en gobierno y Sizart generó que las capsulas fueran retiradas de forma abrupta y hasta grosera en octubre de 2021.

Ese es episodio desagradable, no lo contaré. La voz y producción las hizo mi amiga Tere Velázquez, a quien agradezco de siempre las varias labores en hechos culturales.

* Comparto con ustedes lo que no se difundió, lo que corresponde a las ocurrencias velardeanas en el mes de octubre.

** Propuesta de música de fondo (mes de septiembre – diciembre): Scherzino Mexicano. Manuel M. Ponce: https://www.youtube.com/watch?v=xjMRqshdIho Voz inicial: Dos mil veintiuno. Año de Ramón López Velarde, Poeta de México. Voz al concluir: Voz y producción: Teresa Velázquez Navarrete Investigación: Marco Antonio Flores Zavala. Octubre 1 de 1911 El juez de lo civil José Undiano firma la constancia del practicante Ramón López Velarde, confirma que ha cumplido las prácticas que exige la Ley de Instrucción de San Luis Potosí.

Undiano, además de juez y profesor del Instituto Científico del estado, escribe en periódicos potosinos.

López Velarde colaboró con Undiano en el año de la revolución maderista. Lo hizo mientras acude a clases y lee expedientes judiciales.

El jerezano conversó, sin duda, con Rafael Zavala, el secretario del juzgado. Los diálogos rondaron en proyecciones de sentencias y, quizá, las movilizaciones políticas.

Octubre 2 de 1903 En el Seminario Santa María de Guadalupe de Aguascalientes, el jovencito Ramón López Velarde estudia Filosofía y Geografía. Sus condiscípulos no son más de una decena de jóvenes.

Además de los estudios, Ramón se integró a la Academia Latina León XIII.

La asociación aludía al papa recién fallecido y no obviemos: es el pontífice que procuró reubicar a la Iglesia en las cuestiones sociales de su tiempo. Octubre 3 de 1923 Junto a la publicación de El minutero, en junio de 1923, existe el proyecto de publicar las obras completas de Ramón López Velarde.

Están agotadas las ediciones de La sangre devota y Zozobra.

El plan es publicar “El son del corazón, Páginas críticas y La Provincia”. Octubre 4 de 1912 El periódico La Nación publica en la columna “Vidrios de colores” el texto “Otoño”, de Ramón López Velarde. Luego será incluido en el libro póstumo Don de febrero y otras prosas. Octubre 5 de 1910 Francisco I. Madero se fuga de la ciudad de San Luis Potosí.

Estaba en libertad condicional, acusado de intento de rebelión contra el gobierno de la República. En la fuga colaboraron unos cuantos antirreeleccionistas masones.

No hay evidencia del compromiso de Ramón López Velarde en esta acción, sí tuvo asistencia y encargo en la defensa de Roque Estrada, antirreeleccionista acompañante de Madero en la campaña presidencial. Octubre 6 de 1913 En la sección “Renglones líricos” de El Eco de San Luis, aparece el texto “La viajera”. Ramón López Velarde la suscribe como Tristán. T

Tuve ayer un agradable encuentro: vi en la calle a una lejana amiga de la infancia con la que no hablaba desde los días en que aprendimos juntos el alfabeto, la suma y la resta, el Catecismo y los nombres de algunas estrellas que, al atardecer, buscábamos en el alto cielo, desde el jardín que olía a naranjos…

Me saludó con mano efusiva y en el mismo tono cordial con que me narraba antaño cuentos de fantástica bondad; niños perdidos en el bosque, hadas protectoras, encantamientos de princesas reales…

Pero hubo un pormenor que me dolió, adentro, muy adentro. Lo confieso con humildad.

Cierto que la amable viajera me hizo, como en la alborada de la niñez, la gracia de su sonrisa ideal, como sonrisa de otros mundos; cierto que no me negó la caricia de sus ojos húmedos, que esplenden con el fulgor casto de siempre; cierto que su mano se me tendió amistosa, sin retraimientos; pero, con sorpresa de mi corazón y de mis oídos, se me ha hablado de usted.

Ya no quiere tutearme. No lo cree decoroso. Ella ha crecido, lleva la falda larga y su cabeza se ha vuelto grave, como de mujer… Tiene razón, al fin, pero me duele su actitud ceremoniosa, de la que me quejo sinceramente, ante Ella misma…

Octubre 7 de 1911 Conforme a la Ley de Instrucción Secundaria de San Luis Potosí, el estudiante Ramón López Velarde estuvo en el Tribunal Superior de Justicia para efectuar su práctica de jurisprudencia.

Durante seis meses consecutivos acudió a la secretaría del Tribunal.

Antes, en los meses de enero y febrero estuvo en el juzgado 2 de lo penal. Por cierto, su jefe era Manuel Aguirre Berlanga, quien luego será secretario de Gobernación, en la administración presidencial de Venustiano Carranza.

Octubre 8 de 1919 En esta fecha, octubre 8 de 1919, Ramón López Velarde ha redactado el texto El cofrade de san Miguel. Es así, porque el jerezano conoce la pintura del mismo nombre, hecha en 1917 por su amigo Saturnino Herrán.

El texto de Ramón lo integraron al libro póstumo El minutero. Allí hace crítica a la pintura; también manifiesta rasgos de su religiosidad. Reverente y reverencial, adoro a un cristo sin guardarropa, cuyo cuerpo bendecido irradia de una dignidad limpia y translúcida, como la de un nardo que hubiese padecido por la salvación de las rosas.

Desde muy pequeño, la derecha pulcritud de mi voluntad amortiguó y desvaneció las injurias que el Evangelio relata, de manera que el amadísimo y amantísimo cadáver, me iluminase como un joyel, sin más sangre que la rúbrica de la lanzada […] Octubre 9 de 1923 “Fresnos y álamos” de Ramón López Velarde, es una evocación de Jerez, sus titubeantes ejercicios poéticos y el paisaje de Otoño… La flota azul de fantasmas que navegan entre la vigilia y el sueño, esta mañana, en el despertar de mi cerebro, tuvo por fondo los álamos y los fresnos de mi tierra.

¡Álamos en que tiembla una plata asustadiza y fresnos en que reside un ancho vigor! ¿Tan lejos están de mí la plaza de armas, el jardín Brilanti y la alameda, que me parecen oasis de un planeta en que viví ochocientos años ha? […] Oigo el eco de mis pasos con la resonancia de los de un trasnochador que camina por un cementerio… “Fresnos y álamos” integra el libro póstumo El mintuero.

Octubre 10 de 1909 El Regional, periódico de Guadalajara, contiene el texto “Aquel día”.

El autor, Ramón López Velarde, describe un día en el campo, acompañado de una mujer. Octubre 11 de 1912 Ramón López Velarde publica, desde junio, la sección “Vidrio de colores” en el periódico La Nación.

Semanal o quincenalmente entrega una prosa. Son las acuciosas miradas del entorno, de las vivencias y sus ideas literarias. Hoy, octubre 11 de 1912, aparece la prosa “Su frente” Octubre 12 de 1932 Está impreso el libro El son del corazón, es un poemario de Ramón López Velarde.

Son las poesías posteriores a la publicación de Zozobra. La imprenta de Alfredo del Bosque lo elaboró.

Ña edición estuvo al cuidado del Bloque de Obreros Intelectuales. Juan de Dios Bojórquez insertó una presentación donde da cuenta de sus lecturas y encuentros con el jerezano.

También colaboran Genaro Fernández Mac Gregor y Rafael Cuevas. El libro contiene ilustraciones creadas ad hoc por Fermín Revueltas.

El son del corazón es el segundo libro póstumo de López Velarde. Octubre 13 de 1913 Desde hace poco más de un mes, Ramón López Velarde colabora en El Eco de San Luis.

Firma los textos con el seudónimo de Tristán. Hoy, octubre 13 de 1913, aparece “Las horas”: El tiempo no puede ser contigo cruel.

Pensando en ti, se comprende la benignidad y la gracia con que concibió el tiempo quien lo personificó en un coro de doncellas, blancas y leves, que danzan con ritmo ideal.

Así es como las Horas, girando en torno tuyo, deshojaron sobre tu cuna, con sus dedos rosados, las mágicas flores con que las Hadas madrinas regalan a las princesas recién nacidas. Así es como las Horas, siempre benévolas, recogieron tu pelo de oro oscuro sobre la nuca de nieve, en el amanecer de tu adolescencia.

Así es como las Horas, en el apogeo de la juventud, te dieron esperanzas e inundaron de luz tus pupilas. Así es como las Horas, hoy que tus treinta años marchan melancólicamente pisando las hojas secas, te otorgan el prestigio de una declinación milagrosa. Porque tú declinas sugestivamente, como un lirio que se doblega al sonar el Ángelus. Como la luna que se baña en el río. Como un lamento de niña que se muere…

Octubre 14 de 1909 El Regional, periódico de Guadalajara, contiene el artículo “Madero”. El autor, Ramón López Velarde, atiende la personalidad del opositor Francisco I. Madero y la propuesta antirreeleccionista. Previo a la opinión política, Ramón y otros jóvenes estudiantes del Instituto Científico se organizaron para hacer campaña antirreeleccionista. Octubre 15 de 1909 Cultura, publicación de Guadalajara, circula con el texto “Los inmorales”, de Ramón López Velarde.

El texto será reproducido en la revista Et Caetera de Guadalajara, número 13, correspondiente al trimestre enero-marzo de 1953. Octubre 16 de 1919 El Universal Ilustrado, periódico de la Ciudad de México, publicó “Oración fúnebre”, texto leído por Ramón López Velarde en un homenaje luctuoso dedicado a Saturnino Herrán, fallecido un año antes.

Herrán era un distinguido profesor de pintura y amigo de López Velarde. Éste le dedicó varios textos a Saturnino y su obra pictórica. Octubre 17 de 1912 El gobierno, la política y los actores de Zacatecas no tuvieron ocupación principal de Ramón López Velarde, durante su colaboración en La Nación.

Una ocasión fue en junio de 1912, cuando López Velarde gestionaba su candidatura a diputado federal y elogió las labores del gobernador interino.

Otra vez fue cuando el licenciado González fue declarado gobernador constitucional.

La tercera fue el 14 de octubre de 1912. Esta vez trató la rebelión orozquista y cómo hacia frente el gobierno estatal. López Velarde no tuvo en ninguna ocasión diatribas para los zacatecanos, asunto diferente fue para los políticos de Aguascalientes y San Luis Potosí.

Octubre 18 de 1918 El pintor Saturnino Herrán muere en la Ciudad de México. Herrán fue amigo y un eficaz interlocutor de Ramón López Velarde. Ambos, pintor y poeta se conocieron en la capital del país.

En la obra de ambos hay interlocución, alusiones culturales que para los estudiosos se concibe como el primigenio nacionalismo del siglo XX.

Su patria era distante al patriotismo fomentado en el régimen porfirista. Octubre 19 de 1909 Los brotes de viruela y tifo hacen que la niñez sea vacunada.

En Jerez, hasta hace unos días, han fallecido niñas y niños por esas enfermedades. La viruela es la que más estragos ha causado. Las autoridades han vacunado una cuarentena de infantes.

En esos días los hermanos menores de Ramón López Velarde viven allí, en Jerez. Octubre 20 de 2021 La Academia Mexicana de la Lengua ha publicado el libro Ramón López Velarde.

Manuscritos velardianos, a cien años de “La suave Patria”. Facsímil y estudios. E

El libro reúne diez ensayos acuciosos y versados sobre el jerezano y su obra. Destaca la publicación de los facsimilares del poema La suave Patria. Más allá de ser conmemorativo, es un trabajo secular y decisivo para situar a López Velarde. Octubre 21 de 1954 Los lectores de Historia de la literatura mexicana, de Julio Jiménez Rueda, miran en la página 301 una definición de El Minutero de Ramón López Velarde: “Se disponía a trasfundir el alma de la provincia en el alma de la patria”. Octubre 22 de 1912 El gobernador de Zacatecas, J. Guadalupe González, solicita licencia del cargo. Desea ir a la capital del país para procurar cura a sus males.

El Congreso local nombra como sustituto al licenciado Rafael Ceniceros Villarreal. R

Ramón López Velarde conoce a ambos: González y el jerezano se trataron en los días maderistas de agosto de 1910, en San Luis Potosí. A Rafael Ceniceros lo leyó hace años, a López Velarde no le gustaba la literatura de Ceniceros.

Octubre 23 de 1921 Enrique González Martínez, amigo de Ramón López Velarde, recuerda al jerezano como “un mancebo de viril belleza un poco campesina y al desgaire, sano y fuerte, con rostro de niño grande, con modales delatores de cierta madurez provinciana, y que evocan a la figura del ángel que acompañó a Tobías, era consciente de su estirpe y caminaba por sus sendas solo, tal vez para guiar y nunca ser conducido”.

Eso escribió para un número especial de la revista México Moderno, dedicada al jerezano. Octubre 24 de 1919 Cosas de vecindad: doña Trinidad Berumen Llamas y doña Concepción Morín del Avellano se conocen y fomentan amistad.

Ambas son viudas y madres de hijos abogados. Uno es Ramón López Velarde, el otro es Manuel Gómez Morín.

Ellos se tratan merced a las amistades maternas. El fundador del PAN escribió en carta privada: “’las referencias de Ramón’ fueron de una elaborada simbología religiosa ‘resultado de una niñez y de una primera juventud vivida con exquisita sensibilidad, en el seno de una vieja familia católica de provincia, en una vieja y aislada ciudad, en un contacto constante –en la escuela, en la casa, en la vida toda-, con la Iglesia, con la liturgia, con la interpretación y con los principios de la religión”.

Octubre 25 de 1912 Los compradores de La Nación leyeron “Sonámbula”, prosa de Ramón López Velarde.

El texto será integrado al libro El don de febrero. Y así vas, sonámbula que camina por senderos en que florece el prodigio, atravesando la tierra con el andar indescriptible de un fantasma.

Ojos de sonámbula, entrecerrados como si mirasen un gentil paisaje interior: en vano fluirá en honor vuestro el romanticismo de los madrigales, porque sólo pertenecéis a un sueño de otras vidas.

Mano fina, que evocas los dedos frágiles de las infantas: no ha de esplender en ti el oro del anillo nupcial, porque tu dueña se desposó, en una tarde de graves meditaciones, con una visión de ultratumba.

Cabeza esbelta, nido de generosos y sutiles pensamientos: nunca descansarán sobre tus oscuras madejas los botones de azahar, porque en una hora de primavera escuchaste la voz de una estrella remota y te abatiste bajo la fragancia de abril.

Rostro en que se refleja la luz de los inextinguibles astros: no concurrirás a los regocijos del mundo, porque sólo vives para decorar el espectáculo de un ensueño extra-humano…

Octubre 26 de 1908 Don Sinesio Berumen Llamas es hermano de doña Trinidad Berumen de López Velarde.

En las elecciones de septiembre de 1908 fue elegido regidor segundo en el ayuntamiento de Ciudad García, Jerez. Ramón, sobrino de Sinesio, estudia derecho en San Luis Potosí. Octubre 27 de 1913 El Eco de San Luis publica la prosa “En soledad”, de Ramón López Velarde.

Él la firma como Tristán: Iba enlutada y sola, por la banqueta de las casas consistoriales, y el grito del centinela resonaba en la noche con eco lúgubre, y los faroles antiguos iluminaban la cabeza de la amable provinciana… Es un gran recuerdo.

Regresaba yo al terruño, a la ciudad pintoresca cuyos muros abrigan a la mujer alta y pálida que el corazón prefiere.

Ya anochecido, salí de la casa de los abuelos a vagar por el jardín que perfuman los naranjos y en el que los rosales se cuajan en un florecer desbordante, como si se cubriesen con amplios linos extendidos sobre la tiniebla del follaje. Frente al jardín está la cárcel con su centinela y sus faroles.

Y aspirando yo los azahares nupciales y deleitándome con un piano que sonaba no sé en dónde, la vi venir con su luto poema y su frente blanca y su estatura eminente, bajo la luz mortecina de los faroles… La soledad en que vives tiene un prestigio singular.

Estás sola en tu casa como en mí mismo corazón. Eres única siempre; única fuera de mí, única dentro de mí. Bien sé que cuando la visito, tu sola alma es la que trasciende como una esencia sutil en el corredor en que los canarios alborotan, en la sala, en la alcoba, en el patio con los árboles…

Octubre 28 de 1909 Cerrado el segundo curso anual de estudios de Derecho en el Instituto Científico de San Luis Potosí, Ramón viaja a Jerez, donde permanecerá varias semanas del otoño.

La ruta del viaje fue de San Luis a Aguascalientes. Lo hizo en carruaje. Siguió en tren a Zacatecas, de allí a Jerez, en carruaje halado por caballos. Ramón viaja, sigue atribulado por el fallecimiento del padre.

El hecho lo coloca en momentos singulares en sus “circunstancias personales”.

Octubre 29 de 1902 Ramón López Velarde fue estudiante del Seminario Conciliar de Zacatecas. Estuvo de interno en el primer año del cuarto obispo de la diócesis, Fray Guadalupe de Jesús Alva y Franco. Cuando Ramón fue bautizado, el obispo era párroco de Jerez.

En el Seminario de Zacatecas, Ramón estuvo dos años, entre octubre de 1900 y octubre de 1902. El tiempo de la estancia no fue de clausura absoluta. Aprendió y creó al traducir.

Caminó, junto a otros, en el cerro La Bufa y conoció la catedral sin la torre norte.

Octubre 30 de 1988 Circula Tecnópolis en la Ciudad de México. La publicación contiene cinco poemas inéditos de Ramón López Velarde: “Eucarística, Rosa mística, A doña Inés de Ulloa, A mi padre y Promesa”. Los poemas proceden del archivo de Eduardo J. Correa, trasladados en su momento a Tecnópolis.

Los textos fueron escritos entre 1907 y 1908, en las ciudades de Aguascalientes y San Luis Potosí. Octubre 31 de 1909 En Jerez, Ramón López Velarde recibe el poemario En la paz del otoño de Eduardo J. Correa.

Un día como hoy, octubre 31 de 1909, responde a su amigo Correa. La carta es una crítica literaria acuciosa sobre los poemas.

El jerezano dice: “por la forma [es] un panorama halagüeño, y por la sustancia un ambiente melancólico. Es como una bella ciudad en un valle entristecido.” Imagen: Ramón López Velarde, obra de Roberto Montenegro. Propiedad de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

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