Ricardo Uribe Piña, originario de Fresnillo, es conocido como “el picudo” y busca ser candidato independiente al gobierno del estado de Zacatecas, al efecto, consiguió ya casi siete mil firmas de las once mil que establece la Ley Electoral del Estado de Zacatecas.
El plazo legal de entrega es para el 10 de febrero, y registró su precandidatura el 30 de diciembre del 2015, y se dice convencido de que todos los ciudadanos poseen la capacidad necesaria para lograr un nuevo orden estado.
Pero ante todo con disposición, porque es necesario fortalecer tal administración toda vez y poner orden en las finanzas, orden en la función pública, en la burocracia y para lograrlo se debe erradicar el problema, agudo, de la pobreza, cambiar las reglas, dice con énfasis a direccioneszac.
Tiene conocimientos en la administración de documentación y manejo de personal, contratación y prospección de negocio basado en misión y visión, según y apegados, a lo que la política de la empresa indique trabajo de campo con base a objetivos para alcanzar metas a corto; mediano; y largo plazo de acuerdo a las condiciones y factores que se presenten.
Como objetivo laboral tiene desarrollarse como mejor persona e integrarse a un equipo de trabajo, para fortalecer, en colectivo, las metas de la administración del estado como gobierno independiente, empresa que es del pueblo y en la medida de lo posible ser así.
Porque, agrega, “provengo netamente del pueblo”.
Estudió en la escuela normal Manuel Ávila Camacho, de ésta egresó como licenciado en Educación Espacial en el área de problemas de aprendizaje
Curso estudios de postgrado, con la Maestría en Educación Especial, luego un postgrado en Tanatología – Psicoanálisis y Psicología en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ)
Es director de la Escuela de Educación Especial en Jerez de Francisco García Salinas.
Insiste:
-Quiero ser candidato, para poner orden en lo que la soberanía nos encomienda, lo dije antes, disciplinar las finanzas, enfatiza, la función pública y la burocracia, con responsabilidad moral, sustentada en combatir el problema tan agudizado, que los políticos, que no tienen cerebro, dejan de lado: La pobreza.