Marco Antonio Flores Zavala
En marzo de 1915, la guerra civil prevalece en el país. Excepcional es la región que no padece los estragos de las batallas. En la segunda mitad del mes de marzo, Francisco Villa está en Monterrey. La plaza le ofrece fortaleza militar. Emiliano Zapata domina sobre Morelos y la vieja Ciudad de México.
*
Los zacatecanos están en diferentes trincheras. Joaquín Amaro está en tránsito político, del convencionismo gutierrista pasó a las filas de Álvaro Obregón. Eulalio Gutiérrez ha sido derrotado en los enfrentamientos contra fuerzas villistas. Francisco Murguía sigue en Jalisco librando batallas contra los villistas.
Venustiano Carranza sigue asentado en el puerto de Veracruz. Recién decretó la Ley de Divorcio. Su difusión causó alboroto nacional. El gobierno y asamblea de la Convención está nuevamente en la Ciudad de México. Pasó de Cuernavaca a la capital del país. El 21 de marzo de 1915 reinició discusiones.
En medio de las deliberaciones el delegado Antonio Díaz Soto y Gama declamó: “el elemento revolucionario es la frialdad rústica, es la mano callosa, es el pie rajado, es la montaña agreste y no esta metrópoli que castigó la Revolución en su forma demoledora, y hay que decirlo, el carrancismo, aunque malo y todo, es la Revolución.
Prefiero un millón de veces el carrancismo que destruye, que la reacción cobarde que se escuda detrás del odio al carrancismo para sacar las uñas y para sacar sus garras que agarrarán mañana a los hombres del Norte y del Sur, porque no se grita antiporfirismo y antihuertismo. Se nos quiere engañar a nosotros los hombres de principios, a nosotros que hemos despreciado la vida metropolitana; pues bien, señores, si se me da a elegir entre reaccionarios hipócritas y cobardes y entre carrancismo demoledor, yo digo: carrancista revolucionario.”
*
En las calles hubo manifestaciones de profesores para honrar al expresidente Benito Juárez y externar adhesión al gobierno convencionista.
Alfonso Taracena escribió sobre los actos de ese día: “Fueron los maestros los principales manifestantes que desfilaron hoy para patentizar su adhesión a la Convención. La brigada de señoritas la formaban sobre todo profesoras uniformadas con faldas negras, blusas blancas y sombreros de palma. Todas portaban sus fusiles. Los oradores, profesores también, clamaron contra los atentados cometidos por los carrancistas durante su permanencia en la metrópoli.
El diccionario -decían- le está agradecido al señor Carranza porque le ha dado una palabra más que significa latrocinio, pillaje, abuso, disolución; esta palabra nueva es: carrancear…”