Charlas Inútiles

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mariopadillaEra bueno antes, antes de tanto carro, de tanta concesión, sí era negocio.

 

-¿Qué? ¿Unos doscientos pesos por turno? – Suelta el escribidor.

 

-No qué chingados. Antes sí-dice el exconductor de un carro de sitio, entonces sí, ahora, pues está duro, a veces cien, a veces veinte,  a veces, muchas veces, solo lo del patrón, y dejar el tanque lleno.

 

-¿Tanto así?

 

-Dieron muchas concesiones en el otro gobierno, en este no se ha visto tanto así, quien sabe cuando termine, pero entre más hay, peor para los que están activos, yo por eso tuve que buscar otra chamba, así.

 

El desvío del tema fue inevitable, la curiosidad, amplia, por decir lo menos. Le sorprende que el escribidor conoce a la editora de El Centinela –saludos Dinora- y, a su vez, pregunta si las chicas de la página tres son de aquí.

 

-Ni idea- responde el escribidor con toda sinceridad-.

 

-Pero buscaban locales, ‘ai le pusieron una vez-.

 

-No lo veo tan seguido-.

 

-Debería-.

 

-Lo consideraré-dice el escribidor …

 

-Pero lo del taxi, en serio ya no es negocio… mucha joda y poco ingreso, y usted sabe, el pinche gas tan caro, sólo por nombrar eso, a veces no queda ni para el pisto…

 

Reflexiona, unos segundos y dice lo que muchos, allá, en ese lugar desconocido para el político común: La calle.

 

-Me haré político me conoce mucha gente, y ganan bien-

 

Percepción peligrosa pero real, que remite a… -siga la lectura-

 

Que el escribidor no le cae a los hermanos del señor tenebroso, pero mira, le confía uno, en realidad a ellos no les cae bien nadie, pero no lo dicen. Tiene sentido y explica muchas cosas, son políticos de momento… como casi todos…

 

Días, de esos, en que te das cuenta que eres más impopular de lo sospechado –algo se ha hecho mal-, y lo peor que te lo platique alguien del impopular sector político, eso es o todavía peor, y pero, aun, saber que no eres impopular de excelencia. Charros, eso sí duele…

 

Vaya uno a saber si velan o no armas-ni a quien le importe, en serio- pero andan desatados los que quieren y los que pueden ser y estar, ser y estar sólo por los privilegios, ni modo  que el servicio al resto de los conciudadanos y la administración de las cosas públicas, quid de la política –que eso significa en Griego-.

 

Porque  a juzgar por los resultados, alguien  no hizo la plana correctamente y, acá sus conciudadanos, puestos a negar como siempre y soportarlos como toda la vida. Ninguno, en serio, ninguno, refiere habla, al menos al interior de sus partidos en estos momentos, de cambiar el sistema de cosas.

 

Pero hacerlo, podría ser, desde el ámbito de lo que regula: La norma, las leyes, no, claro que no, es bueno hablar de cambio, pobreza y violencia, como los discursos de los D:16, o de construir Puentes y cosas por el estilo y pensar, como Morena, que por el hecho de decirlo se cambia.

 

O lanzar resultados de encuestas que a los perdedores de la presidencia de la República los sitúan por encima del resto de la madreada oposición. El panismo no cambia. De los más pequeños no se sabe nada, al momento, quien no dice que en cualquier chico rato pegan el grito.

 

Total se vuelve lo que alguno de esos que tuvieron oportunidad llamaba “gato pardismo”: Que todo cambie para que todo siga igual. Se desprende de esa reflexión que de noche todos los gatos son pardos. ¿Será?

 

Asaltan a la memorial las anécdotas de Jesús Pérez Gaona (Pito Pérez), de cómo ya en el cargo, todos cambian y se olvidan…

 

¿Cómo cambiar el enfoque? Lo sabemos pero como es arriba es abajo, si la sociedad no cambia, más complejo será para los que lleguen, desesperados, a los cargos, en este caso las diputaciones federales, se vuelven parte, incluso, de lo que a viva dijeron que no serían, en el mejor caso, desparecen… y reaparecen.

 

Juego de siempre.

 

Apenas se retiró del cargo, que desde el miércoles se rumoró que dejaría, Francisco Escobedo Villegas salió raudo a registrarse como precandidato a la diputación por el distrito segundo. También lo hizo Claudia Anaya y También por el distrito tercero se registró José Martín Rivas Álvarez.

 

Rivas Álvarez  es el dirigente de la Federación de Trabajadores de Zacatecas (FTZ)-CTM , se registró, se le aceptó, pero en pocos días lo rechazarán, por ley se requerirán dos distritos para mujeres y dado que están Benjamín Medrano por el primero y Francisco Escobedo en el segundo, quedan el cuarto, que es de Aracely Guerrero, y el tercero, claro, para una mujer.

 

Al relevo, ya lo sabe el lector, entró Jaime Santoyo Castro, notario público, presidente de los notarios, ex oficial mayor en el gobierno que encabezó Genaro Borrego Estrada, ex diputado local, y delegado del CEN del PRI en San Luis Potosí. El priismo empieza a posicionarse.

 

Sería bueno conocer los oficios de ausencia al cargo de Angélica Náñez , titular de la Semujer, y del director del IZC, Gustavo Salinas Íñiguez, para estar en un evento partidista en hora y día laboral. Deberán tenerlo, sino, sí que lo más rancio de las viejas prácticas del priismo empiezan a posicionarse.

 

La ventaja, no hay oposición que abra el pico

 

Jaime Santoyo tiene amplia experiencia y, como encargo que cabe destacar, el gobernador Miguel Alonso le pidió dialogar con los partidos, parece que ese aspecto se dejó algo de lado porque en tiempos no tan pretéritos era práctica normal, y si no ocurría los partidos de oposición ejercían presión. Y vaya que antes sabían hacerlo.

 

Hoy, son estampas dentro del baile folclore representativo estatal.

 

Pasan varios, pero sólo a uno le reta, quiere dinero para ”un pistito”, no sea gacho, alcanza a decir. El otro pasa a su lado, le dice que no trae, se mete a una tienda de conveniencia. El escribidor los ve a corta distancia. El sujeto sale de la tienda, y recibe un insulto, por lo bajo.. El sujeto ni lo mira.

 

Pinches ricos –de todo tenía facha el otro menos de la escala social en que se le colocó-, el otro se hace el desenfadado. El agresor verbal hiede a alcohol. El otro sube al auto, se va, cuando el briagadales movimientos, torpes, que se adivinan como de boxeo.

 

Dentro de la tienda, el escribidor escucha la charla:

 

_ .. pero es tranquilo-

 

-Ya está alterado el “changóleón” (el apodo es nada origina, viene de un borrachín del que ubicaban peleas en youtube), es que aquel uey no le quiso dar para el pisto-.

 

-Y no tiene porque- respondió el empleado.

 

-¿Qué le costaba?-

 

-¿Qué? ¿Él lo puso pedo? ¿Qué opina joven?-

 

El escribidor no atiende bien la charla inútil, peor sabe de que se trata. Y, claro, atendió a lo de “joven”.

 

-Cada quién- suelta, salomónico.

 

-No, pues sí hay mucha gente gacha- suelta el defensor del “changoleón”.

 

El escribidor da las gracia y sale, la charla ente ellos sigue. Afuera, el otro continúa boxeando a un rival imaginario. Dios lo sabe, son pasadas de las diez de la mañana…

 

Sea feliz, si quiere, sino, me vale madre…

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