Eleva una pelota, es la moda en los cruceros de automóviles, cuando sube, arroja la otra, la primera viene en caída, y repite. Otros son más duchos, lo hacen con tres, otros con más.
Usan huaraches, la mayoría, las niñas sus faldas largas, sus rostros están agobiados por el calor, manchados de sudor, de polución, sus ojos reflejan cansancio ¿No deberían estar en la escuela? Y a lo mejor si están.
Terminado el acto pasan a ver a los automovilistas, las pelotas de colores en las manitas.
A ella parece que se le van casi todos, no coordina –no alcanza la habilidad todavía- su rostro dice que tiene unos siete u ocho años. Se esfuerza. Ya lanza la primera y cuando vienen en picada la segunda. Invariablemente ya se le cae una, o las dos. Se esfuerza.
Se esfuerza porque sabe que de lograrlo llegarán las monedas ¿Se las exigen? Pregunta rara cuando no es sólo un crucero, sino en varios donde están apostados. Compiten con los limpiaparabrisas y los vendedores de todo, desde cometas hasta sujetadores para teléfono celular.
Todo para ganarse la vida, eso no se porqué, lleva a reflexionar en que…
…pendientes ¿Hace qué una semana? El escribidor se puso atento al proceso electoral, y de lo encontrado –de lo perdido la mayoría opinará que mucho- es la ausencia de publicidad en las calles. No, y a no son esos procesos llenos de publicidad contaminante en todos lados.
Ya no sonríen de la mejor manera desde los postes, y acaso algunos quedarán colgados por ahí, en serio, como bardas que refieren otras épocas de hacer campaña. Otros “actores” –y vaya que poseían y poseen un histrionismo de lujo-.
Pero como que para ser político, figura de ese estilo, se requiere ser muy fanfarrón… en otras actividades también… rumbo al 2016 –para buscar ser gobernadores- hasta los desaparecidos se hacen presentes.
Fingen, claro está, tener interés.es cosa de saberlo. El maestro Nicolo no estaba tan errado: ¿Quieres conocer a un hombre? Dale poder. Ese sería un parámetro interesante. O hazlo candidato, puede que de la misma.
Del último proceso intermedio a la fecha, el discurso cambió poco, muy poco, ahora la constante es: Gestionar, recursos, apoyar desde, legislar -de las prioritarias- y hasta interesarse por el votante.
Actos multitudinarios, pocos, mediáticos, menos.
Pero, curioso, al menos al escribidor le resulta así cuando está tundiendo las teclas, es que muchos de ellos se den cuenta de la realidad del estado, de la realidad que viven los ciudadanos ¿Qué tiene de particular? Se preguntará el lector.
Al revisar, en la época de la transparencia, de la mayor velocidad en información que como grupo humano hayamos conocido –que no es garantía de calidad- muchos de ellos se sorprenden de carencias en ámbitos de salud, educación, derechos humanos y –agregue el que le venga en gana-.
Sorprende porque no hace más de dos años que algunos fueron presidentes municipales, o diputados locales o ya ha pasado por algún encargo. Otros es su primera vez, pero los que ya estuvieron no dan crédito, sin lugar a dudas habla de lo mal que hicieron su trabajo en el paso por el encargo.
¿No se suponía que medianamente entendían cómo estaban las cosas? La realidad parece demostrar lo contrario, al menos la realidad discursiva. En muchos de ellos no cabe la sorpresa, menos la posible indignación, si en lo local no lo entendieron…
A lo mejor el punto no es el que vende la vaca, sino el que la compra.
Sonríen, se acercan –es tiempo electoral- no se diferencian mucho de ella en el crucero arrojando las pelotas, solo que ella no sonríe, y ahora los ve, como se paran y colocan mantas con el nombre del candidato o candidata, laven o lo ven como sonríe. Pero ella no sonríe, vuelve la mirada sus implementos de trabajo.
No sabe, y quizá no le importa que: Desde la máxima tribuna del país, legislaré para… construir presas, hacer puentes, mejorar los barrios, garantizar el respeto a los derechos humanos, mejorar el desarrollo de las comunidades barrios, colonias, municipios, al salud, que la sociedad está harta de los políticos de siempre, que yo sí soy chingón o chingona.
Que mejoraremos el comercio, que haremos llover, nevar y hasta que vuelen los que por nosotros voten.
¿Sabrá ella que si Carsterns, el presidente, el gobierno el municipio? No, sólo sabe que tiene que elevar las pelotas una y otra ocasión, y que cuando caen al suelo, al levantarlas perderá una moneda. No le importa que haya complots. Nada, sólo conseguir esa moneda.
Claro, no interesa: No vota. Le faltan algunos años, a decir verdad, muchos. Es parte de los resultados que hoy sorprenden a los que andan en campaña…
Sea feliz, si quiere, sino, me vale madre.