Siempre refiere a uno como el difunto fulano, o el difunto perengano, y habla, recuerda, una época al parecer mejor, Hoy sufre, apenas el día ganó ochenta pesos con la venta del “duro”. Lo bueno que le había quedado un poco e producto del día anterior –y juró que estaba bueno- y es que “las aguas espantan a la gente”.
Y la mujer renegó, no completó para el chivo, explica, innecesariamente, el escribidor sólo quiere comerse el duro en paz, pero ya entrados en la charla, da cuenta de que no siempre hizo lo mismo. No, alguna vez trabajó la cantera, “sí señor, como era, duro”.
Pero ahora hay molduras y mala calidad, porque con la muerte de los grandes maestros cantereros, el oficio se empieza a perder, y merced a una lesión en la mano, tuvo que dejar el oficio ye entrar a vender “duro” –chicharrón de piel para los no iniciados en la jerigonza zacatecana- y, “me ha ido bien”.
Ahora lamenta que con tanta obra “pos a lo mejor queda chingón el centro, pero mientras no viera que joda arriman, la gente nomás no llega, no se acerca y si no saco pal’ el chivo la mujer para la trompa, y es que no le alcanza, y todo tan caro”.
-¿Otro?- pregunta y ofrece, casi al mismo tiempo–no, no sucede así, pero parece si no está uno esperando un gato para cambiar una llanta-.
-No, gracias- responde el escribidor, sabedor de que el picante no es su fuerte.
-Pues lo dejo, no viene mucha gente, por aquí ando cuando quiera comprar de nuevo-.
-Ande- y así como apreció de súbito, despareció de súbito –eso pasa cuando llega el gato para cambiar la llanta, no tiene que ver con realismo fantástico ni la chingada, no-.
La nota de la empresas y grandes gastos de la Legislatura tiene un cierto parecido con una situación de hace unos años. Cuando el periodista Isaías León sacó algo similar con las luminarias en el municipio de Zacatecas, bajo la presidencia de Cuauhtémoc Calderón Galván, y la compra, gran compra, inexistente.
El domicilio fiscal también existió, pero a diferencia de la actualidad es que en ese caso hubo no oficinas –rotuladas o no, y en la nota del chirris, eso sí menos “dicha” y “dicho”- sino un lote baldío. Total no pasó nada. Tampoco había fondo como en el asunto que ocupa.
¿Sirve de algo saber que un presidente municipal visita las presas y verificar la salida de agua? En términos prácticos, sirve para dos cosas. Tampoco sirve de nada como que verifiquen hundimientos y cosas de esas –ya tres inmuebles, dos abandonados, se cayeron por la humedad, en el tercero, habitado, a barda y una banqueta ¿Servirá de algo que el representante de la autoridad vaya a verles? Servirá, en todo caso que mande al que sabe de eso-.
Es casi como leer columnas de frases inconexas de autores “mujerujos“ fantasiosos y ávidos de comunicar para fregar.
Ahora sale Carlos Puente con que él, no que él sí respeta los tiempos, cuando sacó toda una estrategia con sus esbirros de –para todo- “construir” o “construyendo Puentes”, con la clara intención que el hábil lector nota: Ser candidato en el 2016.
-Debe ser buen negocio hacerse político, todos andan en chinga- dice el intrerlocutor. Sentados en la banqueta, a lo mejor no ofrecen un buen espectáculo al noctámbulo espectador, y para lo que importa.
-Paga bien, a lo mejor si les pagaran menos…- considera el escribidor…
-Naaa, es porque son tranzas-
A pesar de estar en vivo se sintió en como en Facebook: porque lo digo yo y que chinga el resto, así, porque es malo, punto.
-Y qué me vengan a pedir el voto-
-¿Para qué?
-Pues para mandarlos a la jodida, bien que anduvieron chingando con ser, y ahora, en la hueva, como aquí en la Veta o en Guadalupe o pura pose como en Zacatecas o Fresnillo y di que no.
-No.
-Ah qué pinche obediente… salud.
-Salud.
Adelantados por todos lados, signo de los tiempos, ahora hasta José Narro quiere, y es válido reconocer que hay rostros nuevos de nombres multimencionados como Alejandro Tello, Pedro de León o Adolfo Bonilla.
En todo caso la pregunta correcta es ¿Y…?
Sigue lloviendo… y vinieron los reyes de España, cuánta erudición leyó y vio el escribidor en cuanto a protocolo. Sean felices, si quieren, sino me vale madre…