CHARLAS INÚTILES

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tragafuegosCasi fastidiado, eso parece, pero se para delante de la larga fila de automóviles, coloca el dedo índice y el medio de la mano izquierda en los labios, con la derecha acerca la tea. De su boca expele un chorro, a presión, de gasolina.

Al contacto con la llama, surge una más grande, hasta dentro de la unidad se siente un ligero cambio de temperatura.

Escupe, lo hará repetidas ocasiones hasta que cambie la luz, el tiempo necesario para poder pasar a con los conductores y recibir alguna moneda por el acto, la suerte, le llamaban antes.

Parece que no lo hace a diario, otros días aparece un malabarista y, en definitiva, el grosor corporal de cada uno lleva a pensar que no son la misma persona.

La acción sí, es la misma en el fondo, ganar unas monedas.

Reflexiona el escribidor cuántos tragos de ese líquido de sabor desagradable -¿Quién no ha tragado gasolina alguna ocasión?-  habrá dado el tragafuegos antes de consumar su acto.

Su mirada está extraviada, parece que piensa en otra cosa y hace el movimiento mecánico, así como si nada, hasta tres veces.

Termina, levanta la tea, previamente apagada, y el otro brazo, en señal de triunfo ante el más voraz de los elementos, y avanza entre los automóviles, a ganar algo…

¿O será el más voraz de los elementos, sociales, el ansia de poder? De poder por el poder mismo y lo que conlleva en beneficio. Fue pregunta, una de las muchas que se pueden formular.

Todavía n parecen los rostros de cada tres, seis años, algunos, sí, sonrientes, luego no se les verá ni el polvo, si acaso llegan al cargo vía voto o voto regalado, el plurinominal.

No es tiempo de propuestas, es cierto, apenas es precampaña, algunos ya acusan hartazgo, y esto apenas inicia.

Y el ansia de poder se nota mucho cuando cambian de partido con facilidad, cosa que no agrada a mucha gente, excepto a los seguidores y uno que otro que conozca al contendiente, al resto ni le interesa, acaso preguntará quién es fulano o mengana.

Mientras, la realidad supera a todos y cada uno, aratos hasta llega uno a concluir, diga si no, que es necesario mantener cierto estado de jodidez, así encontramos a quienes vía programas de asistencia prefieren mantener un desarrollo bajo, en lugar de dar soluciones, eso, parece, acabaría la clientela política.

Así, muchos se amparan en su trabajo, en lo mucho que se debe de hacer y que cada vez nos dicen que se superó y luego nos topamos con que hay más. Los números del INEGI nos dan poco más de los millones de pobres que desde tiempo de Carlos Salinas existen en el país.

Guadalupe, parece que no, es una de las rifas del tigre, junto con Fresnillo. Guadalupe es el municipio de mayor crecimiento estatal y de los de mayor crecimiento a nivel nacional. La demanda de servicios es grane, en especial de buena atención.

Mayor crecimiento, mayores problemas, a Roberto Luévano, distinguido por la hueva en los servicios públicos, el municipio le quedó GRANDE, como su lema, no así a familiares y amigos cercanos, a esos el servicio de limpia puntualmente pasa por sus calles.

Son contados los presidentes municipales que en su momento enfrentaron problemas con soluciones de éxito.

De los más nombrados, Cliserio del Real, ex secretario de gobierno municipal en dos periodos, casi inventariado en la presidencia, insiste en ser, Alredo Barajas, con muchas ganas, nada más, acaso Alfredo Barajas ha dado más propuestas, cuando no es tiempo de propuestas, pero por lago se debe empezar, claro, cabe decir que no todo son cabalgatas.

Julio César Chávez, pura pose, Priscila Benítez, insistente, no favorecida en el PRI. busca al Morena –nótese que no se ponen partidos, para lo que les importan, y nos importan-.

Osvaldo Ávila parece que para el cargo quedará, otra vez, en la raya. Ingrid Medina, ahora por Movimiento Ciudadano, incursiona en su segundo proceso electoral, el 2015 lo hizo por el PAN para diputada federal, no tuvo apoyo del panismo, parece que de las huestes de los Calzada, sí tendrá más.

¿Faltan? Muchos, ni duda quepa, el reto de ser presidente de Guadalupe es amplio, sus problemas se presentan a lo GRANDE. Pero sí, el que llegue, menos hueva, por favor…

Sean felices, sino quieren serlo, me vale madre…

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