Charlas Inútiles

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mario_03…Y ande, el canal 5 de México cortaba entre diez y once del anoche, a lo mejor era cosa del que maneaba el swicth, en el cerro de La Virgen, vaya uno a saber.

-Luego-, pregunta el joven Víctor.

-Pues a fregarse, no sabía uno e que acaba la serie o la película en turno- el escribidor deliberadamente omitió decirle que era un aparato receptor a blanco y negro.

Le parece otro Zacatecas, otro México. Tiene razón, menos forma de darse cuenta de las cosas, porque de que hubo problemas. Los hubo, San Cosme –no san a Cosme Rada, no confundir, saludos Cosme -, la repelida que el Ejército Mexicano dio a los guerrilleros desde el cuartela de Madera en Chihuahua, si mal no recuerdo un general zacatecano a cargo, que luego fue gobernador.

Y el clonder Valencia lleva al escribidor en una plática en redes sociales -¿qué cosas? Recordábamos que no había más de dos canales de televisión- que inició por esperar críticas al cartel de la Fenaza, siguió en las kermeses infantiles…

Cuando a rastras lo cazaban a uno los mayores y le llevaban al puesto el registro civil, sin un peso Morelos en la bolsa, al puesto de la cárcel. El madrazo más fuerte era el que le daba a uno con tremenda manaza y un huevo, lleno de harina, en medio, Veía uno estrellas y galaxias.

Pero lo principal era la risa, divertirse, aunque la tómbola era odiosa, nunca ganaba uno nada, el resto sí… boleto en mano, pasaban los números y siempre los más pesados se llevaban algo… los sucesos de San Miguel Canoa que hasta película merecieron, como los otros mencionados.

Es la década de 1970, siglo XX.

Había problemas. Sí, casi como hoy en día, apenas una década antes maestros y ferrocarrileros fueron reprimidos como ahora en Oaxaca, la tecnología y forma de enterarse, empero, es diferente, hoy es instantánea, hoy lo vemos lo sabemos antes era un noticiarios el que controlaba todo.

La diferencia, niños de ayer…escribidores hoy.

La diferencia, hoy se protesta con todo.

La diferencia, es que no hay diferencia, a la instancia superior sigue valiéndole madre.

Hoy como ayer el terror de enfrentar a policías, era igual, las técnicas, tal vez, cambiaron, mejoraron, se perfeccionaron para lastimar para herir, para ejercer el acto de poder, en eso no hay diferencia con el pasado.

Hoy como ayer, también policías y militares resultaban heridos.

La diferencia, no nos dábamos tanta cuenta, hoy está aún toque de pantalla a un teclazo –ni siquiera podría ser verbo, pero lo hicimos, Simitrio Quezada arqueará una ceja y exclamará: Dios mío-,la diferencia es que ya es más difícil cada día ocultar algo.

En el fondo, no hay diferencia entre ese México de la niñez, esa que recordaba con el Alejandro Valencia .decía que hasta parecía que fuimos a la misma escuela, mismo proceder de las maestras –desde vestir e incuso para castigar-, salones en color verde muy pinche, bancas de madrera enormes para dos alumnos con tubulares enormes. Pero no, crecimos en puntos distintos y distantes.

Nostalgia generada por una charla, nostalgia por el México de la infancia, el que vimos con los ojos de la infancia, con otra idea, hoy el México que nos toca narrar, como a otros les tocó, en otro tiempo…

Sean felices, sino quieren me vale madre…

 

 

 

 

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