Charlas Inútiles

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mario_03Imposible no sustraerse a ciertos temas, de esos temas ordinarios que de tan comunes y ordinarios, se vuelven invisibles a la vista, y algunos poseen esa cualidad, mientras otros hasta inventan intermediarismos, esos también son invisibles.

Eso se vuelve un riesgo controlado, controlado por las autoridades municipales que sirven como intermediarios para proteger un delito, el de materia en derechos de autor.

La también conocida como “piratería” es una actividad comercial no al margen de la ley, está completamente fuera de ésta y, sin embargo, ocurre. ¿El origen? La natural subsistencia vía el comercio, comercio –en este caso ilegal- de productos como fonogramas… discos compactos o CiDis para los gringos locales.

Se le llega a considerar como un delito grave, grave no tanto por su naturaleza sino en tanto lo que implica que llegue a las manos del consumidor ávido de escuchar los éxitos musicales de su gusto o, en su caso, la película de su gusto.

Puede parecer una actividad inocente, pero no tiene mucho de eso pero, a fuerza de cotidianidad alcana un grado de invisibilidad duro, no así para las direcciones de comercio municipales que sin pena ni rubor, cobra derecho de piso a todos aquellos que se dedican a eso.

Ya, pinche escribidor de estas perpetridades ¿Tan grave? Sí, en esa medida, inútil y ficticio interlocutor.

El código penal sanciona esa actividad, las sanciones –permítasele al escribidor repetir la palabra- tanto por la producción como por la venta y si se ponen exigentes, revisen el articulado respectivo en el código de marras a partir del articulo 424…

Bueno, el punto es que por un lado se trata de una actividad ilícita y, por el otro, de una actividad comercial que da empleo, empleo que da sustento a familias ¿Éticamente contradictorio? No, aunque lo segundo sea visto por buenos ojos por las grandes, bondadosas conciencias y severos jueces de las redes sociales.

Si una actividad tienen carácter de prohibido, es, por tanto, prohibida y, dado que está en un ordenamiento penal, conjunta los elementos típicos, antijurídicos y culpables.

¿Quiénes se dan cuenta de que esta actividad ilícita se practica a diarios en las calles de vetusta burócrata y de otras demarcaciones? Todos. Los primeros en darse cuenta, son los responsables de las direcciones de comercio, porque –a creerlo y no- “autorizan” vía cobro de plaza la instalación de los puestos.

De no creerse ¿Verdad? Pero también cada uno de los transeúntes y, de tan cotidiano, nadie dice nada.

Reprobable en ambos casos, porque la industria organizada paga impuestos, la llamada piratería, no, acaso el municipal por instalarse, pero la autoridad tampoco hace nada al respecto ¿Debería?

Sí, debería, como muchas otras cosas que debería hacer y en las que también comete violaciones como a los derechos humanos al otorgar malos o bien no otorgar, servicios públicos, y que a la CDHEZ le importan un soberano bledo aunque sean evidentes.

En el juego de valores, malos valores, estamos metidos todos, si bien como es arriba es abajo, luego no se pregunten, buenas conciencias de redes sociales. de dónde salen tan malos funcionarios públicos…

Sí, claro, vienen de otra dimensión…

Sean felices, si no quieren me vale la más absoluta y reverenda de las madres…

 

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