Año cero de la apología del taco y el que el que no transparente, destransparentador será…
Esta semana desde tribuna del Senado, David Monreal Ávila dijo a propósito de una iniciativa que presentó:
El Estado mexicano es uno de los países que mayor cantidad de leyes tiene pero es una de las naciones que menores resultados ha arrojado en las recomendaciones u observaciones que distintos órganos internacionales de combate a la corrupción han emitido.
Y no nada más en lo que hace corrupción se refiere, el escribidor no se ocupará por esta ocasión – y parece que nunca- de la iniciativa que presentó el Senador, pero su referencia es interesante.
No nada más en lo que a corrupción se refiere, claro que no, prácticamente en todo el “marco” legal encontramos una ausente, errática y mala aplicación de leyes, de esas tenemos en abundancia, para casi cualquier cosa, pero el escribidor se circunscribirá a…. lo que a continuación lea…
Para combatir el narco, leyes. Para combatir fumadores, leyes. Para lograr equilibrio entre hombres y mujeres, leyes. Para evitar discriminación, leyes. Para el presupuesto, leyes. Para el ingreso, leyes. Para tener gobierno, leyes. Para tener elecciones, leyes. Para poder predicar un culto, leyes. Para vender, leyes. Para evitar esto o lo otro o aquello, leyes.
¿Necesarias para la convivencia? Indudable: Sí. Pero ¿Quién le pone el cascabel al gato? Porque medianamente las cumplen en el poder y medianamente las cumplen los ciudadanos.
Y llegamos a extremos interesantes casi curiosos. El primero es el aquellos establecimientos, los estacionamientos que no se hacen responsables por pérdidas y daños ¿Sustento? El Código Civil ¿qué es lo curios? Que haya personal que fuera de los estacionamientos, pongan: Lugar, sólo si deja la llave y ¿En caso de daño o pérdida?
Es como una invitación: Sea pendejo, meta su carro, si lo madrean o se lo chingan, pues no nos hacemos responsables… si ya saben cómo somos…
El otro caso es el de la legítima defensa –difícil de comprobar-, porque a razón de algunas notas en las que las víctimas se convirtieron en victimarios al defenderse del agresor.
Y en su defensa, sobrepasaron el límite ¿Es esto posible? Para la ley y los que la aplican sí, siempre y cuando sea uno, si es de otro estado social o político, no pues bien, por él pero, claro, claro, estamos hablando entre iguales de segunda.
Así, cuando un joven se defendió del agresor y lo lastimó, si, cometió delito de lesiones y todo mudo dirá: Pero se defendía de un ataque y al hacerlo pasó al lado contrario. Parece un contrasentido. No lo es.
En todo caso, lo que debería hacerse –si ¡Acertó!- es modificar la ley, y buscar la atenuantes para esos casos que, de hacerse –lo duda el escribidor- sería motivo para que el resto de los mortales nos desquitáramos unos de otros.
Como es arriba, es abajo, el que tenga oídos, pues que se los lave.
Sean felices, si no quieren, me vale madre…