El procurador de justicia de Zacatecas, Francisco Murillo, lo informó, y no puede desviarse la atención de eso, dentro de los múltiples temas –aquellos pasados de moda, salen de la memoria colectiva- pero el de inseguridad permanece, aunque ahora en otra forma.
Hacia el año 2009 nos pescó desprevenidos; no supimos cómo reaccionar, ahora la población sabe que se dan los actos delictivos, en especial entre bandas rivales, mientras y como en el pasado, la autoridad permanece ensimismada en su “no pasa nada”, pero la gran pregunta sería, en todo caso, ¿Puede hacer algo?
Dentro del cúmulo de homicidios, baste recordar que sólo el año pasado hubo un promedio de 170 de enero a mayo, y en este año, sin contar febrero 75 en el estado de Zacatecas, algo así, como se ha escrito ya, a razón de dos diarios.
En la mayoría de los casos, un 98 por ciento a decir del procurador, se tata de ajustes entre rivales, del resto, suicidios o rencillas.
Empero, quedan algunas preguntas al aire y, con toda seguridad, en este como en el anterior sexenio, quedarán sin respuesta, la principal podría ser ¿Por qué no se hace algo al respecto? La respuesta permanecerá donde debe estar: En el cajón.
¿Se dan cuenta que algo sucede? Debe ser altamente probable que sí, aunque a juzgar por muchas acciones en las que los eternos en el poder, de color a color, han vivido y prefieren estar que resolver, es más sencillo.
¿Actuarán en consecuencia? La cifra es clara para la respuesta: No. La otra pregunta arrojaría como resultado “deberían”; los hechos son más frecuentes y cada vez más indicativos de que algo no va bien; el examen de conciencia honesto, parece que tampoco. Los “rostros nuevos “cuotas del pasado, tampoco parecen dar mucho resultado.
Trepados en el ladrillo del poder, alardean de qué hacer y cómo debe hacerse, con índice flamígero, señalan los errores ajenos, nunca los propios, evidentes a la población.
Mientras el discurso va de un lado a otro, de un tema a otro, de un error a otro, el colectivo olvida, pero se da cuenta que algo no anda bien, le pegará el día que uno de sus integrantes, ajenos a las cosas, vea las consecuencias, entonces y sólo entonces es cuando la simulación de hacer se vuelve patente.
Antes no.
¿Por qué esperar a entonces? Tal vez como aquellos que consienten la corrupción a cambio de favores: porque es institucional, eso, en sí mismo es un galimatías fuera de toda proporción, de entrada no va una cosa con la otra y, de hacerse así, pus adelante, que la corrupción sea institucionalizada, es decir, désele forma legal.
Sorbo de café y sean felices, si quieren si no, me vale madres… los espero en Chínguense a través de www.escandaloradio.com de lunes a viernes a las tres de la tarde…