Charlas Inútiles (en vueltas)
El tema del plaqueo de vehículos, previo pago –pero claro- de los obligados, es otro de los que se suman a una serie de eventos desafortunados, bien podría decirse así, cuando el discurso permea mucho en un sentido, se genera una especie de vacío y bien sabido es que la naturaleza aborrece los vacíos.
La molestia de los usuarios no se hizo esperar, a razón, si se quiere, más de encono que en ciertas ocasiones es válido.
El gobernador de Zacatecas ya explicó en un medio televisivo que detuvo la licitación de las placas –gracias por avisar a tiempo- porque no se cumplieron los requisitos que exigió que, se deberá entender, serán los mismos de ley.
Y en la explicación dijo que se querían vender más caras que en otros estados, al doble, de ahí que detuviera la licitación, aseguró que no volverá a suceder.
“No quiero opacidad ni licitaciones amañadas, pero en mi gobierno todo debe ser transparente”.
Punto bueno, y más delante en el mismo tramo de la entrevista, recordó que le tocó como secretario de finanzas, “y esa no me la iban a jugar” ¿Pasó antes? ¿Cómo actuó? Sería bueno saberlo, más que en la actualidad si algo se sataniza –se enemista- es el gobierno anterior.
Pero se surtirán esta semana, de acuerdo a su dicho, entonces debe entenderse que la licitación siguió y salió bien.
La transparencia no sólo se lleva en cuanto a lo que se hace con el “erario público” dicen los sabios, por definición el erario es público, también en el actuar, y alguien, desde el poder Ejecutivo, agarra como sus mandamenos a los diputados locales afines al signo partidista en el poder, hasta para decirles a quién sí y a quién no contratar.
Lo curioso del caso es que encuentran oposición en sus mismos aliados, sí, del grupo que el fin de semana reiteró su lealtad a la creación del que no debe ser nombrado, buen aparte de ellos mortífagos.
Bien podrían optar poder dejar en paz a un poder ajeno, al menos en la letra, a ratos incapaz de solucionar hasta conflictos internos, a sus deseos y hasta poetas que cantan al oído, pero con dislexia.
Sean felices, si no me vale madre…