Charlas Inútiles

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Falta camino largo para que el voto electrónico pueda implementarse a favor de los migrantes, entendidos por los diputados como sólo a los radicados en los EEUU, y con excesos como referirse al distrito en que están, cuando toda autoridad mexicana –excepción hecha del servicio exterior- no tiene injerencia más allá de su jurisdicción

Y no, no es contra los migrantes, es por el hecho de que el país vive un análisis de reforma electoral y en la mira, como se propuso en campaña, está el disminuir dinero al gasto electoral, idea nada descabellada del todo, e idea que por casi todo medio el INE a través de Lorenzo Córdoba, su presidente, ha tratado de combatir.

En el ánimo empero, permea, la idea de la disminución de recursos; la historia no es del todo nueva, a partir de la transición del 2000, inició la discusión del exceso de gasto; en los noventas fue el paraíso para muchos partidos y, claro, medios de comunicación.

Fue incluso una forma de dar empleo indirecto a muchas personas; la frase, entonces de políticos pobre, pobre político, cobró más fuerza que nunca, y el proceso siguió con intentona, desde el PRD primero –sí, con AMLO-, de hacer más claras las cosas, la transparencia era entonces incipiente, hoy es una inquisición tremenda en lugares determinados, en el inicio de un poder fáctico y se establecieron reglas para, primero, el acceso a medios.

Incluso para la pinta de bardas se tuvo que contar, y se cuenta, como una serie de procedimientos para poder, primero, obtener el permiso y luego comprobar y luego el gasto por lo mismo.

Luego se establecieron montos y topes de gasto más estrictos y disminuyó el porcentaje de votación para que los partidos mantuvieran sus registros y así, consecutivamente, hasta el momento actual que es un tema a discusión.

Mientras en Zacatecas se da por entado que ocurrirá, que se tendrán los recursos humanos y económicos suficientes para lograr el voto electrónico en el extranjero cuando cabe decirlo no se ha podido siquiera implementar en el estado. Todos somos reacios a ciertos cambios, en unos estados ha sido exitoso, en otros no.

Depende mucho del actuar de la autoridad de la conciencia de los ciudadanos que, difícilmente acuden a votar y no son sancionados por esa obligación que, claro, es a la vez derecho.

Lo cierto es que el sistema electoral mexicano siempre ha tenido como base principal la desconfianza. A ver si con el nuevo escenario y el discurso de casi casi renovación moral, el enfoque cambia. Habrá, es cierto, pero deberán darse los primeros pasos… de no darse, los diputados migrantes locales serán los primeros en no entenderlo.

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