Cuando parecía algo relativamente olvidado, como buen tema de momento, el fin de semana la comunidad lgbttiq salió a la calle, volvió a reclamar que se apruebe el matrimonio igualitario.
Criticaron que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), que preside la ombudsperson María de la Luz Domínguez Campos no hubiera fijado una postura al respecto.
Parte de Lo cierto es que Luz Domínguez sí fijo una postura, primero en su calidad de presidente de la comisión y candidata a reelegirse en el cargo ante los diputados locales de la comisión del ramo, a pregunta sobre el tema, estableció que compartían la opinión del tema tema tiene la Nacional de Derechos Humanos.
Luego lo dijo en una conferencia de prensa y, posteriormente, lo señaló en al menos un par de entrevistas que fueron ampliamente difundidas en muchos medios gracias a la práctica gangbang que ahora hacen lo reporteros.
Los grupos religiosos, como lo hemos dicho en alguna colaboración anterior de charlas inútiles, han sido muy claros en manifestar su postura de rechazo y repudio a la práctica homosexual.
Tal y como el apóstol Pablo condenó en la mitología judeo-cristiana en las cartas los Corintios o a Timoteo, de ahí es su basamento, quieren aplicar una teocracia, pero en un estado que no es teocrático. Al menos en el papel.
Es válido que los dos grupos tengan derecho a expresar su opinión respecto al matrimonio igualitario.
Por el otro lado la autoridad terrestre , la autoridad civil ha sido clara, respetuosa en cuanto al matrimonio igualitario, pero de no compartir la idea.
En sí mismo era mejor no haber dicho nada, pero pasó; en la legislatura del estado se dio un debate estéril, en el que hasta fueron amenazados por una exdipitada con irse al infierno, un diputado dijo que recibió 700 mensajes, no lo comprobó, como no comprueba nada nunca.
Zacatecas es de los pocos estados que faltan para contemplar esta figura de matrimonio igualitario, de convivencia, entre dos personas del mismo sexo bajo un convenio de convivencia que, básicamente, eso es un matrimonio heterosexual, un convenio de convivencia, -medio misógino con la epístola deberíamos ya decir carta, de Melchor Ocampo-, no se ha dado, podría llegar el momento en que se impusiera dentro de la normalidad una vez aprobado a nivel nacional, podría ser el caso.
Queda claro en todos los sentidos y sobre todo en la legislatura, la falta de decisión y, más claro aún, es que dentro de las esferas de opinión hay una que al menls se siente más allá del plano terreno, a la que todos temen, pero ninguno conoce.
Empero, imaginar es lo que nos hace humanos, y si a eso agrega un poco de temor… mientras seguirán vulnerados los derechos de algunos, como el de seguridad.
Ahora bien, ambos grupos podrían pensar que desahogar, abrir los cauces permite que las aguas se desahoguen.
El tema volverá, porque no se fue, y como en muchos otros casos quedará ahí para comidilla de unos cuántos, contento de unos, salvación de otros y notoriedad de unos menos.
Mientras, todos están de vacaciones.