Sorprende como las malas noticias vuelan, sabido de tiempo, pero no tanto como las falsas, usan elementos convincentes en quienes no se enteran. Y así puede encontrar una lista de supuestos sucesos.
Algunos portales lo usan como diversión, otros, para fastidiar, el problema es que el grueso poblacional se lo cree. Recuerde cuando se dijo de la muerte de Juan Gabriel, o de Joan Sebastian.
Se pega en el ánimo y no tienen repercusiones importantes, pero en y para la flojera colectiva, circuló que por decreto presidencial se ampliaba el periodo vacacional a dos semanas. Falso, pero a nivel central se respondió en los medios de comunicación para recordar que el 18 de agosto se regresa a clases.
El calendario escolar –con todas sus deficiencias- debe cumplirse, así que no sólo a entretenerse, también a revisar… y no, no existe el tal decreto…
Los pedinches -buen negocio-, agarraron la moda esa de los emigrantes centro y sud americanos que una vez deportados de los EEUU, en el camino a su país de origen, pedían ayuda monetaria en los cruceros de vías.
Inconfundibles, dejaron un sello: Ropa casi monocromática por el uso y lo expuesto al sol, la travesía para ellos es dura, muy dura –algunas mujeres, años ha, platicaron al escribidor como lograron zafarse de ataques sexuales de policías mexicanos-, el rostro demudado, sí por el hambre; la mirada perdida, triste, pero nunca un tono triste, sí determinación y esperanza.
Casi todos llevaban o tenían cerca, una manta, de esa tipo catalanas que en verano son baratas y durante el invierno, caras. Todas acusan los estragos del viaje, están enrolladas y envueltas en una soga de plástico, de esas delgadas, como de jardinería –casi siempre amarillas-, unos las dejan cerca, otros las cargan.
En la zona de la Condesa dos piden ayuda, recolectan hasta 800 pesos –siempre hay un buen cristiano, y, claro, uno no va a cuestionar nada-, y cambian en un Oxxo de las inmediaciones, por billetes y dejan morralla –feria para el fuereño, es como se le dice al cambio, al suelto, o como sea-.
Empero como diferenciar entre quienes requieren y quienes no, y no parece un dilema, lo es.
En alguna medida recuerdan a uno a todos aquellos que quieren ser candidatos a algo. Les da uno el voto, la confianza, y luego salen con que cambian morralla por billete –que analogía tan pinche hizo el escribidor-, pero cuando obtienen el beneficio, se van, sencillo.
Viernes, el presidente municipal de Zacatecas, Carlos Peña Badillo, no tendrá actividad, acaso reuniones privadas, sirve que de pasada no duplican información del gobierno del estado, porque acude a todo evento, para eso es el presidente municipal ¿Es obligatorio y, sobre todo necesario, repetir y remitir la misma información?
Otra situación diaria, es la de acomodar o lavar automóviles, se entiende que falta empleo, pero si no accede, los que ofrecen se molestan y si bien no causan daños, “ponen” dedo con la policía.
Cuenta un ciudadano que así le ocurrió, de noche y al salir de un estacionamiento los interceptó la Metropol, quesque por un reporte de daño –inexistente- ocasionado por el acompañante.
-Ni que tenga vista de rayos equis u ojo biónico para ver de noche y a la distancia, que porque la descripción de un reporte recibido coincidía con la del acompañante. Pero el asunto se resolvió cuando les pidieron dinero. Eso era todo.
Así que tenga precaución, pero alguien debe poner orden a esa situación, como la presidencia de Zacateas, por ejemplo, ya que la vía pública es de su competencia. Grave lo ocurrido…. Nulas las voces que acusen de lo que ocurre…
Su tenebrosidad. Los que creen, como policías chinos, que les va bien, suponen que al contrapuntear todo, logran cosas, tienen datos que piden que sus subalternos busquen, sólo para evidenciar su estupidez. Los que piensan que contrapuntean todo, son geniales y los mejores políticos.
O pasan datos que dejan mal parados a sus jefes superiores, electos de manera directa. Sucede principalmente en las presidencias municipales. Ah, y en los partidos políticos… la “tenebra”, como se le conocía antaño.
Por fin y gracias al Dr. Candelas pude tener aquella sentencia del cura que ante un barrio cholo no podía obtener limosna para el Sagrado Corazón por más intentos que hacía, que se esforzaba. Hasta que el Sacristán, cholo, le dijo: Permítame padre, yo me encargo, y dirigiéndose a los feligreses, dijo:
Esos vatos y vaturrines, que dice el jefe media luna que sino se apoquinan los poco canos que se boten para el cantón del vato del corazón filereado…
Sean felices, en caso contrario, no me interesa…