Llegó el fin de semana y su buen fin… sonrisas por doquier, quincenas temblorinas, explosión máxima del consumismo y en Zacatecas, alegría de comerciantes que no invierten en su estado, que siguen con la visión anquilosada de hace unos 40 años, transmitida de generación en generación.
¿Qué pensará? El escribidor ve la foto, una y otra vez, la expresión del que recibe apoyos del programa Anhelando Sonrisas, si querer piensa en cierta disparidad –sí, ganas de chingar, como dirán algunos lame botas-, nada más porque pasa la mente el recuerdo de esas administraciones que hicieron de la suyas, sí las del PAN y las del PRI.
Y que por lo menos florecieron algunos negocios de quienes ahí trabajaron… pero ya, cosa de pasado –como siempre- y en la actualidad, al pensar en disparidades de ingresos, sería interesante que así como 700 pesos por mes para el programa Anhelando Sonrisas, se los dieran a regidores, síndicos y presidentes municipales y a los de gestión social y a otros más.
Estaría parejo, porque luego de esa entrega a 405 personas con discapacidad en algún grado, setecientos (700) pesos a cada uno, y se les pide, lo hizo el presidente municipal Carlos Peña Badillo –ajonjolí de todos los moles- que
“…utilicen el dinero responsablemente para solventar algunas de las necesidades que se les presentan, como en salud, bienestar, familia”.
Con 700 pesos mensuales, seguro se puede, lo que no se puede es re ordenar el gasto público del estado, como en altos salarios o dietas, según el caso, y hasta en gasto corriente, como ya se ha publicado en semanas anteriores. No eso, no se puede. A ratos el escribidor cree que ni se quiere…
Pero francamente también le vale es buen fin demos rienda suelta al consumismo al tener para serlo de perdido tengamos un buen fin… a los trabajadores, de gobierno, asúmase que los que así lo quisieron, les adelantaron algo del aguinaldo, el 25 por ciento, para que fortalezcan la economía estatal.
Atrae clientes y permite el cobro en electrónico, siempre cuando no salgan con la batea de babas de “no hay sistema” tan característica de Zacatecas, y hasta se puede participar en un sorteo, igual que el año anterior.
Por lo pronto, los centros de venta estaban hasta su puritita progenitora de concurrencia. Lo mismo que el año pasado, luego vendrán los lamentos por los excesos de consumismo: El pago y el puro renegar, como renegar del cambio de calor a frío.
Si tiene pruebas, que las exhiban reta el secretario de la función pública de Zacatecas, Guillermo Huízar Carranza, merced a la nota de Saúl Ortega en NTR, de corrupción en la asignación de obras y pago de ciertos porcentajes, los diezmos, y de cómo llega a la secretaría de la función pública.
Esa fue la respuesta, pero la otra pregunta es ¿Cuántos lo harán? Y porqué no preguntarse si pedir ese diez por ciento no es una forma de hacer pedazos –corrupción- cierto tipo de licitaciones o procesos similares.
Desde trienios y sexenios anteriores, los constructores se han quejado de esa situación si nadie dice nada públicamente –menos por instancias administrativa o legales- ninguno dice nada es porque los dejan fuera del posible concurso de obra y, bien a bien, ninguno le quiere entrar a decir, con lo que aceptan el juego perverso.
Vamos a esperar a ver cuántos aceptan la propuesta de Guillermo Huízar… pero puede anticiparse que ninguno lo hará… nos falta, de verdad, mucho.
Sabe qué vámonos a Fresnillo, sean felices, si quieren, sino, ni a quién le importe…