Gabriela García
En esta ocasión les contaré episodios destacados de la fundación del Colegio de Bachilleres de Trancoso (Cobaez), de lo cual siento enorme satisfacción, alegría y orgullo, pues fui parte del equipo de profesores que iniciamos este proyecto.
Fue el 17 de agosto del año 2000, después de varias pláticas realizadas por Antonio Alvarado Ornelas, líder estatal del Movimiento Antorchista en Zacatecas, con María Esther de la Torre Herrera, Directora General del subsistema Cobaez, cuando finalmente se logró el aval para instalar la extensión del plantel “Víctor Rosales” de Guadalupe en el municipio de Trancoso.
Tener esta escuela era una necesidad, puesto que eran muchos los jóvenes que a diario viajaban a Guadalupe con los gastos respectivos para cursar el bachillerato general, por lo que lo que padres de familia y ciudadanos organizados en Antorcha encabezados por Angélica Villa Enciso y José Antonio Tamayo Rodríguez, entre otros destacados dirigentes, fue que se logró la respuesta de las autoridades para empezar las clases ése mismo año.
El Cobaez inició desde cero, sin terreno ni instalaciones propias, solo con el sueño de muchos por acercar escuelas dignas para sus hijos. El ciclo escolar de agosto del año 2000 arrancó con 28 alumnos de primer grado, luego de absorber a estudiantes truncos o que viajaban hasta Guadalupe y la capital buscando su certificado de bachiller.
Me tocó participar en todo el proceso acompañando a la Elizabeth Rosales Córdova, quien condujo el proyecto en los primeros años, por lo que puedo constatar todo el esfuerzo de la comunidad por impulsar el plantel naciente que en este 2023 está cumpliendo sus primeros 23 años de iniciar como extensión del “Víctor Rosales” en esta localidad.
Para entonces ya existía la preparatoria VI de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y un sector representado por los maestros y directivos de ésta, veían una seria competencia, en tanto existía la inquietud sobre cuál de las dos instituciones era mejor, dado que Cobaez tenía cerca de 40 planteles en el territorio estatal, superando por mucho a la máxima casa de estudios.
En ese tiempo se consiguió un local en renta ubicado al lado de la carretera, pero no tenía las condiciones favorables al carecer de sanitarios propios, había hacinamiento y desde luego que se requerían espacios más amplios para la práctica deportiva, cultural y para el trabajo administrativo, mientras tanto, avanzaba la gestión con las autoridades ejidales, a quien se le solicitó la donación del terreno, lo que tuvo buena respuesta, y tras de llevar a cabo el procedimiento legal, finalmente se hizo la entrega del predio aledaño al salón ejidal, acción fue muy noble por parte de los ejidatarios.
Hecho esto había que tomar la posesión, acción que tenía sus opositores, por lo que el día que sería cercado se presentó un grupo contrario, que aunque minoritario alegaba que debía respetarse el lugar para instalar allí un Jardín de Niños; que al final tuvieron que ceder porque los ejidatarios ya habían tomado una decisión en favor del proyecto y no dieron marcha atrás.
Pasamos a la etapa de conseguir aulas, pues para el año 2003 la matrícula había crecido y ya se tenían alumnos en los tres grados del bachillerato y la forma en cómo se resolvió provisionalmente fue en las carrocerías de camiones. Así trabajaron los maestros, sin salario y sin ninguna prestación económica oficial más que con la ayuda económica de la organización y la solidaridad de padres de familia que brindaban un apoyo simbólico.
Pero como producto de la lucha permanente y de la gestión ante el gobierno del estado, fue que se inició con la construcción de las dos primeras aulas, lo que cambió la perspectiva de los estudiantes y maestros, mientras que los estudios eran avalados por la Dirección General y por autoridades del plantel en Guadalupe.
Con la gestión permanente vino la ampliación y mejoramiento de la planta física, desde 2007 intervino Osvaldo Avila Tizcareño, actual dirigente antorchista, que logró la etiquetación de recursos de la federación aplicados por el gobierno en el domo, así también en al menos 5 aulas de las que se cuentan, pues el plantel no está aislado de las decenas de obras que la organización ha logrado históricamente en Trancoso.
Actualmente la institución es conducida por la Directora Martha Delia González Olivas, destacada integrante del Comité Estatal de Antorcha en Zacatecas, quien ha sabido guiar con prestigio académico, con el desarrollo de actividades culturales, deportivas y de esparcimiento que brinda formación integral de la juventud. A su vez, el Cobaez cuenta con su planta docente, administrativa y de apoyo reconocida, tienen certeza laboral y perciben un salario que corresponde a su antigüedad y función ante el subsistema.
Mi opinión es motivada como reconocimiento a los dirigentes y activistas de Antorcha, que a lo largo de 23 años hemos estado impulsando escuelas como ésta, unidades deportivas, la pavimentación de calles, peleando por acciones de mejoramiento a la vivienda y particularmente a todos quienes han dejado huella a su paso por Trancoso, y que siguen presentes en la memoria de ciudadanos de corazón noble, no cegados por ambiciones personales, sino valorando el esfuerzo organizativo en el municipio y la región.