Osvaldo Avila Tizcareño
A finales del año 2000 como iniciativa de un grupo de profesionistas y trancoseños encabezados por la Lic. Elizabeth Rosales Cordóva, se impulsó la creación de una institución de educación media superior que le diera alternativa a la juventud del municipio para continuar con sus estudios; la difícil travesía resultó en virtud de la inexistencia de un espacio en condiciones aptas para impartir clases, por lo que el primer paso fue luchar por un terreno donde se pudieran edificar instalaciones dignas.
Los primeros años no fueron sencillos, las aulas provisionales e intensos calores hacían compleja la enseñanza, pero la voluntad de los profesores iniciadores fue fundamental para llevar adelante el proyecto en virtud de que no solamente se carecía de instalaciones adecuadas, sino que además la remuneración económica del personal no era regular y por ende la preparación de los jóvenes obedecía a la voluntad inquebrantable de los docentes que cumplían con su responsabilidad social de regresar a la población lo adquirido en las aulas. Esto es digno de destacar en una sociedad en la que todo gira en torno al dinero, donde impera el interés por la remuneración o algún beneficio inmediato, la conducta mostrada por maestros fue una muestra de valores y vocación de servicio que hoy conviene recordar y que todos los trancoseños deben valorar.
Desde el principio la voluntad de los docentes, los directivos, la solidaridad de la comunidad y el apoyo sostenido del antorchismo hicieron posible avanzar a paso firme logrando las primeras aulas dignas a mediados de 2004, sin duda fue una gran proeza material y conforme se mejoraron las condiciones físicas se consolidaba también el equipo docente y administrativo, al mismo tiempo que crecía el prestigio de la institución, por ende más jóvenes veían como opción al Colegio de Bachilleres (COBAEZ), lo que incrementaba las necesidades de mejores instalaciones.
La gestión incansable del antorchismo ante el gobierno encabezado por la Lic. Amalia García, dio lugar a un importante acuerdo que permitió la edificación del segundo conjunto de aulas que fueron inauguradas a mediados de 2009, poco a poco cambiaba la fisonomía de la escuela. A partir de ese año se hizo cargo de la conducción del colegio la Ing. Martha Delia González Olivas, quien hasta la fecha lleva la gran responsabilidad de conducirla con esa visión humanista de la que hablamos al principio, es decir, procurando alta calidad académica, desarrollando el arte y el deporte como parte de la formación integral; y con una alta sensibilidad manifiesta que se traduce en la vinculación del personal docente con la comunidad escolar.
A mi paso por la 62 Legislatura tuve la oportunidad de impulsar de forma directa algunas acciones y etiquetar recursos para dos importantes obras, el domo que permite la realización de actividades deportivas y culturales para evitar las inclemencias del tiempo, el área de la dirección, así como las aulas contiguas, edificaciones que fueron sin la aportación económica de los padres o alumnos, demostrando una vez más que la acción conjunta de diversos sectores redunda en beneficio de la educación.
Reiteradamente se habla del papel de los jóvenes, de la esperanza sembrada en ellos y del compromiso de los distintos niveles de gobierno al sector, pero lo cierto es que en la práctica las excusas abundan y las justificaciones para negar condiciones dignas para educarse siempre existen, por ello las centenas de generaciones que han transitado por el COBAEZ saben que no estamos ante una exageración, que los iniciadores del proyecto han sufrido penurias, hambre y miles de vicisitudes para lograr lo que hoy es una escuela digna.
El anterior recuento obedece a que asistí el pasado 23 de junio a la graduación de 80 jóvenes que concluyeron su bachillerato y continuarán, la mayoría de ellos preparándose en el nivel universitario, en tanto, resulta importante destacar que los organizadores convocaron a una veintena de egresados entre los que se encontraban profesores, abogados, médicos, ingenieros, enfermeros y otros profesionistas, demostrando que la semilla ha fructificado y hoy por distintas latitudes hay gente formada en la institución mencionada.
Por eso, quiero con estas líneas reconocer el trabajo de años que ha generado tan buenos frutos, a la Directora, al personal docente y administrativo, así como a la comunidad escolar en conjunto, ofrezco un modesto reconocimiento y reitero que siempre contarán con la mano solidaria del antorchismo, pues como Ignacio Manuel Altamirano, nosotros creemos que “El pueblo debe instruirse, instruido será rey, ignorante vivirá bajo una vergonzosa tutela”, por ello seguiremos incansablemente aportando nuestro granito de arena en la formación de las nuevas generaciones del COBAEZ Trancoso.