COMO EL EGO RIDICULIZA A LOS POLÍTICOS, TRES CASOS ICÓNICOS

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andres veraPor Andrés Vera Díaz (www.periometro.com)

 

Esa parte intrínseca del ser humano que nadie quiere tocar, y pocos se atreven a aceptar siquiera su existencia pues el mismo atributo lo niega, el Ego, pone al descubierto la mezquindad manifiesta de los políticos.

 

andres vera 2El ego es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. El ego, por lo tanto, es el punto de referencia de los fenómenos físicos y media entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó y los instintos del ello.

 

Para el psicoanálisis freudiano el ello (id) está compuesto por los deseos y los impulsos. El superyó (superego), en cambio, está formado por la moral y las reglas que un sujeto respeta en la sociedad. El yo (ego), por último, es el equilibrio que permite que el hombre pueda satisfacer sus necesidades dentro de los parámetros sociales.

 

Aunque algunas corrientes rechazan esta división de la mente en tres personas diferenciadas, para Sigmund Freud la personalidad humana está compuesta tanto por los elementos concientes como por los impulsos inconscientes.

 

El ego, que evoluciona con la edad, intenta cumplir con los deseos del ello de manera realista y conciliándolos con las exigencias del superyó. El yo, por lo tanto, cambia con el paso del tiempo y de acuerdo al mundo externo.

 

Freud cree que el ego trasciende el sentido de uno mismo para convertirse en un sistema de funciones psíquicas de defensa, funcionamiento intelectual, síntesis de la información y memoria, entre otras. El yo supone el primer paso del propio reconocimiento para experimentar alegría, castigo o culpabilidad.

 

Otro de los muchos autores que han trabajado y estudiado acerca del yo y del ego es el psicoanalista francés Jacques Lacan, que llegó a establecer que, bajo su punto de vista, aquel venía a ser una alienación para el propio ser humano. Y es que el individuo se ve en todo momento en su ego, sin olvidar tampoco que la formación del ego se produce en un primer momento dentro de lo que sería un triángulo formado por su madre, el propio individuo y el objeto a.

 

El ego en términos espirituales, es la antítesis del propio espíritu, es para la religión, la manifestación del diablo; es entonces, el enemigo íntimo, escondido dentro de sí mismo, el yo soy tú. me queda claro que su forma de tortura, es esa voz imperceptible en el subconsciente de la que no nos damos cuenta porque es tan ruidosa y creemos que somos ella misma. Opera hacia el futuro, pasado, nos promete cosas y nos dice que deberíamos de hacer.

 

Es un inquisidor, al que que cada cosa que le presenta al ser humano no era suficiente y lo mandaba a la hoguera.

 

Pero ¿qué tiene que ver con los políticos?. Después de que usted lector, se tomara el tiempo para leer tan alargado prefacio, puedo decirle que la respuesta está en 3 claros ejemplos que han sido expuestos por sus propios personajes, que risiblemente, es una expresión típica del ego.

 

En primer lugar tenemos a Enrique Peña Nieto, pobre presidente perdido en la multidimensionalidad de la política, pluriculturalidad del país y el sin fin de problemas que nos aquejan. Es tan sencillo perderse en vivir una realidad aparte, a la verdadera del grueso de la población, que el ego aflora en sus formas más corrientes, la egolatría (Culto y veneración que una persona se profesa a sí misma). Recordemos el «Ya sé que estos no aplauden» del ridículo presidente. En el contexto de la situación en la que manifiesta esa lastimosa necesidad de atención y apoteosis, es una conferencia de prensa en la que reporteros y periodistas, jamás aplaudirán el posicionamiento o información que emita un individuo o varias personas. Esta forma de ego, precedida por agachar la cabeza como lo hizo Peña, es en neurolingüìstica es una muestra de recriminación y la forma de acallar corporalmente el dolor producido en el pecho por una herida emocional instantánea; en este caso, su propio ego dolido al no recibir reconocimiento al cual está acostumbrado.

 

En segundo lugar, tenemos a Andrés Manuel López Obrador, quien tiene elaborado una forma de ego más complicada. Entre su «amor con amor se paga», la proyección popular de su personalidad y la peligrosa actitud mesiánica de que el es la única esperanza de México (pues bajo axioma, como Morena es la única esperanza, él como creador de Morena, es el suprasalvador del país), su ego presenta la forma de egotismo (

 

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