¿Cómo vencer algunas dificultades de la lucha actual?
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Osvaldo Avila Tizcareño
Día a día recorro comunidades y colonias junto con mis compañeros activistas, esta práctica la realizamos desde hace 50 años los integrantes del Movimiento Antorchista. El objetivo que nos hemos trazado es claro, pretendemos educar y organizar al pueblo trabajador con el propósito de concientizar sobre el origen de los males circundantes y conminarlo hacerse partícipe de la solución.
Nuestra labor enfrenta múltiples peripecias para materializarse, pues nuestra meta entra en contradicción con los objetivos de la sociedad actual que pretende la creación de riqueza producida por los obreros, campesinos y el pueblo en general y que después está vaya a parar a unas cuantas manos.
Una de las dificultades más grandes es el individualismo exacerbado que genera resistencia a plantearse metas comunes, por ello al convocar a la gente a unirse de inmediato encontramos resistencia, o de plano un interés a corto plazo que podría traducirse en un beneficio individual que si se satisface de forma inmediata logra lo contrario y genera un rechazo a mantenernos juntos. Ante esta dificultad objetiva puedo decir que quien así concibe las cosas comete un error de origen, pues problemas tan graves como la injusticia social, el desempleo o la inseguridad no podrán resolverse de forma individual; y en el mismo sentido al recibir algún beneficio personal solo constituye un analgésico que tiene un efecto a corto plazo, por ende nuestra lucha debe ser permanente y buscar cambiar el modelo económico, sólo así se resolverán los males de fondo.
A lo anterior se suma la cerrazón y desdén de las autoridades a las necesidades ciudadanas, problema que se ha agravado en los últimos años, pues desde el anterior sexenio se inició una cruzada contra las organizaciones sociales tratando de aniquilarnos; se llegó incluso a decir que no se trataría con grupos organizados, a pesar de ello hemos resistido el embate y nos mantenemos hermanados y dispuestos a luchar, por ello ante tal cerrazón no hay otro camino que la perseverancia y la lucha en las calles denunciando tal injusticia.
Por último quiero referirme a la desaparición de programas o la excesiva centralización de los recursos públicos por parte del gobierno federal que ha colocado en condición de pagadores de nómina a los gobiernos estatales y municipios, ante ello conviene recordar que los problemas de salud, educativos son garantías Constitucionales o los problemas de servicios públicos están contenidos en el Art. 115 de la Carta Magna, por ende es obligación de la autoridad atenderlos y por eso aplica lo mismo que lo dicho anteriormente: ante el desentendimiento de las obligaciones de los gobernantes no hay otro camino que la lucha firme, valiente y decidida.
Está claro, si la realidad es adversa para las mayorías no hay de otra, sigamos trabajando con perseverancia y firmeza de ideales y ante los llamados a desistir convendría traer a cuenta lo dicho por V. I. Lenin en el ¿Qué hacer?: “Marchamos en grupo compacto, asidos con fuerza de las manos, por un camino abrupto e intrincado. Estamos rodeados de enemigos por todas partes, y tenemos que marchar casi siempre bajo su fuego. Nos hemos unido en virtud de una decisión adoptada con toda libertad, precisamente para luchar contra los enemigos y no caer, dando un traspiés, en la contigua charca, cuyos moradores nos reprochan desde el primer momento el habernos separado en un grupo independiente y elegido el camino de la lucha y no el de la conciliación.
La ruta es clara ¡Manos a la obra!