Dentro de la dieta alimenticia diaria, los especialistas en nutrición recomiendan tomar en cuenta el plato del bien comer, en el que se consideran los distintos grupos de alimentos que permitirán a nuestro organismo contar con los nutrientes necesarios para un rendimiento adecuado.
La hipercolesterolemia o colesterol elevado es el aumento de colesterol en la sangre por encima de los valores considerados como normales y se da regularmente por el consumo excesivo de alimentos con alta cantidad de grasa.
“Aunque la dislipidemia o hipercolesterolemia puede ser endógena, es decir, que es una patología propia del cuerpo, la exógena, por causas fuera del cuerpo que ocurre por el consumo de alimentos ricos en colesterol es la más común”, señaló Lilia Hernández Alvarado, Coordinadora de Nutrición en la Delegación Zacatecas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Existen factores que propician padecer de colesterol alto como género, los hombres tienen mayor riesgo de padecerlo que las mujeres, pero lo más importante es cuidar los alimentos que se consumen como leche entera, quesos amarillos, los que funden y que más grasa tienen, por lo que se recomienda consumir de preferencia quesos blancos como el requesón, panela, cotagge y en el caso de las carnes, es mejor consumir las blancas como pescado y pollo sin la piel.
Hernández Alvarado destaca que “es cierto que el huevo tiene alto contenido en colesterol pero no es la única fuente, por eso no recomendamos quitar de la dieta de una persona este producto, más bien debemos de cuidar la cantidad el consumo y sobre todo que no sea diario.
Algunos factores de riesgo que prenden focos rojos son antecedentes familiares, índice de masa corporal, circunferencia de la cintura, mayor a 80 cm en el caso de las mujeres y mayor a 90 cm en hombres y fumadores actuales.
“El riesgo de no cuidarse es grave, la grasa va formando una capa en lo que son las arterias, entonces en esta capa es como una tubería, al acumularse demasiado se hace un tapón que impide que la sangre fluya y eleva la presión sanguínea y hace que la sangre no llegue adecuadamente al corazón y puede provocar un infarto”, agregó la especialista.
Recomendó al menos realizarse un chequeo por año, en caso de detectar irregularidades se trata oportunamente con cambio en estilos de vida y hábitos de alimentación, consumo de líquidos y actividad física y si no hay resultados el médico indicará el tratamiento farmacológico más adecuado para cada paciente.