CONSUMO DE CAMPAÑAS NEGATIVAS

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Consumo de campañas negativas Durante la elección  presidencial De México en 2006: el papel de la Identidad partidista y la sofisticación politica”

En Apuntes electorales No. 35 Año V111. IEEM. Pp: 69-110.

Doctora: Ana Yeli Pérez Dámazo

Alumno: Carlos Ortega Cisneros.

Se trata de conocer; si realmente incidieron los medios de comunicación, en las campañas negativas, durante el desarrollo del proceso electoral federal de 2006.

Entonces es importante conocer las dimensiones de su efecto. Es deseable resaltar que los anuncios electorales constituyen cada vez mas el pilar fundamental de las campañas electorales, confirmándose que los electores toman decisiones con base en la información recibida de los medios de comunicación.

 

Actualmente en México se recurre con mas frecuencia a los asesores externos, para diseñar las campañas  televisivas incluidas las negativas, siendo estas una realidad precisa de las campañas electorales, esto estriba en su impacto significativo en los resultados de una elección, de acuerdo con Merrit hay tres posibles daños en las campañas negativas, efecto búmeran, o sea efecto de rebote, efecto síndrome de víctima, el cual puede provocar sentimientos positivos hacia el candidato atacado, efecto doble deterioro, es en el cual se produce un prejuicio a los dos candidatos.

 

La esencia básica de una campaña negativa reside en atacar al oponente electoral, la apelación a lo emocional y lo visceral, a través de una creación de un héroe y un villano. La identificación del adversario con un símbolo, políticas o personas que los ciudadanos evalúan como negativos, la comparación en la cual el candidato se presenta como sinónimo  de todo lo bueno y, por ende su rival todo lo contrario, la asociación de una conexión entre imágenes que invitan a la audiencia a realizar una inferencia sin tener la evidencia, todo esto se puede dar en entrevistas, debates o anuncios televisivos.

 

De acuerdo con Finkel, en general los anuncios negativos a diferencia de los positivos tienden a disminuir la franja de electores independientes, ya que estos se polarizan y se ven estimulados a participar ya sea para apoyar al candidato que es atacado ó el que ataca. Sin embargo una vez que se decide emplear una campaña negativa, se deben considerar  las siguientes variables del contexto electoral.

 

a)    Fase de la campaña

b)    Sistema de partidos

c)    Posicionamiento electoral (condiciones competitivas)

d)    Distribución de las preferencias electorales

e)    Naturaleza del electorado

 

De este modo, podríamos decir que el consumo mediático de campañas negativas  requiere de ciertas condiciones para poder surtir un efecto, la cual debe de estar asociada con criterios de identidad partidista y niveles de sofisticación política.

Después de leer lo anterior podemos apreciar, la presencia de publicidad negativa por  televisión, esto pone en evidencia que la elección presidencial de México en 2006 se caracterizó por la aplicación de campañas negativas.

 

Otra variable, que puede afectar tanto el eje causal del comportamiento electoral como el impacto de las campañas negativas sobre el mismo, es la capacidad cognitiva para procesar la información, así como su conocimiento político previo y su particular interés e involucramiento en los asuntos políticos.

El nivel educativo aparece como el indicador más idóneo para predecir el grado de conocimiento de la población sobre asuntos públicos, el nivel de estudios puede considerarse, en este sentido, como el indicador más relevante de la capacidad cognitiva y la competencia política de los ciudadanos.

 

Del mismo modo, el nivel de sofisticación política entre electores también diferencia el impacto de las campañas negativas, pues los electores mas sofisticados tienden a consumirlas más.

 

A manera de conclusión, podemos decir que el voto esta influido por la exposición de campañas negativas por los candidatos, pero dicha influencia no es igual para todos los electores. De igual manera el nivel educativo es un indicador idóneo para predecir el grado de conocimiento de la población sobre los asuntos públicos, y específicamente en política.

 

 

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