Por Gabriela García

No le quedó de otra y este jueves el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador tuvo que aceptar que la inflación registrada en su cuarto año de gobierno es más alta que la que se vivió con los gobiernos neoliberales del pasado, en los periodos de Enrique  Peña Nieto y Felipe Calderón.

Durante la mañanera de este jueves se proyectó una gráfica que demostraron lo dicho, en diciembre de 2017 con el gobernante priista fue de 6.77 %, mientras que en diciembre de 2008 con el panista fue de 6.53 % siendo estos los picos más altos y graves de las dos administraciones que le precedieron.

Según algunos analistas el problema se agudizó al iniciar la supuesta recuperación económica con lo que aumentó la demanda de productos, en consecuencia los precios en el mercado incrementaron a nivel global. Como queda claro, los países desarrollados pudieron acceder a los precios establecidos, sin embargo, las naciones débiles que también los compraron, tuvieron que desembolsar más dinero para hacerse de los mismos provocando el desequilibrio, este es el caso de nuestro país.  

De acuerdo con el Banco de México (Banxico), la inflación es la elevación sostenida de los precios de los bienes y servicios, lo que genera una disminución o caída del poder adquisitivo de la población afectando sobre todo a la gente que sobrevive al día que son la mayoría de familias mexicanas, quienes sí deben apretarse el cinturón comprando lo más elemental con las marcas de menor calidad y en cantidades menores para llevar algo que comer a su mesa.

No hay duda que la economía de nuestro país está en decadencia e iniciando el 2022 enfrentamos un crecimiento negativo y sin señales de pronta recuperación, pero como de algo hay que sobrevivir vemos a mucha gente recorriendo calles buscando cosas que vender recicladas de la basura: botes de aluminio, cartón, papel, en fin todo aquello de lo que pueda sacar unos pesos, mientras que el otro fenómeno muy visible es el aumento de trabajadores informales en los cruceros de las ciudades de todo el país como consecuencia del incremento desmedido de la pobreza.

Según la medición realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de enero 2015 a noviembre 2021: en nuestro país hubo 55.7 millones de pobres; en tanto, la pobreza laboral (ingreso insuficiente de un hogar para alimentar a todos sus miembros) alcanzó el 40.7 por ciento, resultados provocados por la Covid-19, pero también consecuencia de una tendencia inflacionaria al alza que no se ha controlado.

Además, a todo esto, hay que sumarle casi 4 millones (3 millones 943 mil 764) de contagios por el virus SARS-CoV-2 que produce la Covid-19 y que nos ha llevado a casi 300 mil muertos (298 mil 508), ocupando nuestro país la cuarta posición a nivel mundial. México es un país enfermo, no solamente por la pandemia, sino de pobreza, y uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, donde el 10 por ciento de la población más rica concentra el 79 por ciento del capital y los activos; mientras el 50 por ciento más pobre tiene “cero riquezas” -World Inequality Report 2022-.

Con estos datos se demuestra que contrario a lo que presume López Obrador, en México se incrementa cada vez más la desigualdad siendo más dañado el pueblo trabajador pues en 2021 nada cambió con las políticas de la 4t, mientras que se calcula que en 2022 unos 55.7 millones de mexicanos continuarán viviendo en la línea de la pobreza.

Por lo tanto, los Antorchistas seguiremos insistiendo en la necesidad de aplicar un modelo económico distinto que se basa en 4 ejes fundamentales: empleo para todos los mexicanos en edad de trabajar, mejores salarios con los que pueda acceder a la canasta básica, impuestos progresivos, es decir, que paguen más los que obtienen rentas mayores y viceversa, además de garantizar la inversión de recursos del erario en la construcción de escuelas, hospitales, caminos, en fin, en obras que sean del bien común y garanticen bienestar social.