Marco Antonio Flores Zavala

Sumario: La gobernación del estado ha sido masculina, hasta que llegó Amalia García. Esto no significa que la pareja femenina de los Ejecutivos estuviese ajenas a las labores del ejercicio gubernamental, son ausentes en la historiografía y literatura política, pero no son ajenas en el ejercicio del poder. Va un par de registro de algunas de ellas.

Tomo de Sara Sefchovich el eufemismo “Primeras damas” [La suerte de la consorte] para situar a las parejas de los gobernadores, sean esposas, hijas, madres o hermanas… En lo que sigue van notas procedentes de un paper que presentaré en un Seminario sobre historia de las mujeres.

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En la provincia de Zacatecas primero se instaló el Congreso Constituyente, en octubre de 1823, luego, ya inmersos en la república y la división de poderes, nombraron al titular de la Gobernación. La asamblea eligió al coronel Juan Peredo, éste era viudo y sin residencia en la vetusta ciudad de Zacatecas.

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Para sustituir a Peredo, porque renunció, el Congreso eligió al sombreretense José María Bracho, el individuo más rico del estado en la primera mitad del siglo XIX. Una mujer precedente en su vida fue su madre, Ana María Castañeda. En el testamento materno se asentó como poseedora de un libro religioso, dueña de propiedades y legó una cantidad suficiente para que su hijo estudiara.

José María se casó con Luz María Rivas, ella como viuda acrecentó el caudal, al grado que prestó al gobierno estatal para cubrir el permanente déficit presupuestal. Obra suya es el famoso Liceo Bracho, institución para la educación femenina en Sombrerete. Pero no fue ella la inicial primera dama, porque Chema no aceptó ser gobernador.

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María Loreto Elías Beltrán Escobedo tuvo como esposo a Francisco García Salinas. Se casaron con proceder nobiliario. Ella murió antes de que él fuera gobernador. Su hijo mayor, Gabriel, también fue gobernador.

Una prima de María, María Loreto Elías Beltrán Piedra, se casó con Antonio, hermano de Francisco.

En el siglo XIX los García Salinas Elías Beltrán fueron una especie de “la familia real” de Zacatecas. Historia que todavía la acrecientan investigaciones académicas.

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María de las Mercedes Dávila aceptó como marido a Francisco García Salinas, el 16 de mayo de 1828.

Ella de 16 años, él de 42.

En la ciudad de Zacatecas residieron en el hoy ex Palacio de Gobierno, residencia de los gobernadores.

Al fallecer Francisco, el Poder Legislativo concedió becas vitalicias a ella y los tres hijos de esta unión. Fueron los primeros becarios del Estado.

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Suerte distinta tuvo Gertrudis Tamayo Góngora, madre de dos mujeres (Josefa y Rafaela) y un hijo, Manuel González Cosío (1836-1913). A ellos el Congreso local les negó una compensación por los servicios prestados por el esposo, gobernador del estado Manuel González Cosío (1835, 1846-1849).

Su hijo fue gobernador del estado y ministro con Porfirio Díaz.

Josefa se casó con el abogado de nombre Miguel Auza –también fue gobernador-.

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Asiento tres direcciones en cuanto a las primigenias “primeras damas” de la primera mitad del siglo XIX:

Una es la estrategia matrimonial entre la señora Elías y otra la de la jovencita Dávila, incluso se nota en la sobrevivencia familiar.

En cambio, Tamayo fue una protomoderna de la primera mitad del siglo XIX; lo fue al ejercer su autonomía en el espacio público, al solicitar la compensación pública al Congreso local.

Mercedes Dávila y Gertrudis Tamayo fueron jefas de familia, tras los fallecimientos de los maridos.

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Dos: Mercedes Mercado le decía a su marido: “Mi negro”. Jesús González Ortega se casó con ella en agosto de 1852. Ella procedía de una familia de propietarios y comerciantes. Heredó de él propiedades y una inmensa biblioteca del mundo liberal e ilustrado del siglo XIX. Tuvieron una niña y un niño. Ella murió, él, Lauro (casado con sus primas Sánchez Román), también fue gobernador y estudió en Estados Unidos.

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Tres: Apolonia de León murió mientras su esposo era gobernador –Jesús Aréchiga Mojarro-. Él debió pedir licencia para atender el trágico acontecimiento. Ella, mujer discreta, aparece en obras como benefactora.

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Las campañas políticas hicieron que las esposas de la posrevolución aparecieran en fotografías, eventos sociales y como una agente estratégica entre los frágiles hilos que unen el espacio privado y su presencia pública.

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En la historia reciente las primeras damas hicieron nota política, no sólo por incursionar en el espacio público político, sino por sostener el ámbito íntimo por férreo efecto de lo político.

Van notas:

Doña Conchita Medina Ordaz es la única mujer que ha participado dos ocasiones como “primera dama”: con el gobernador Francisco Espartaco García y con su hija, la gobernadora Amalia García Medina.

La maestra Magdalena Rodríguez Ávalos es la primera dama con estudios superiores. Fue profesora que se profesionalizó en el Instituto de Capacitación Magisterial, laboró antes de contraer nupcias. En el sexenio 1980-1986 gestionó la estación de radio para el DIF.

Otra mujer profesionista es la doctora Cristina Rodríguez Pacheco, también laboró antes y durante el matrimonio. Ejerció su autonomía política con tal proyección que se divertía, y quizá ponderaba, cuando se pronunciaba su nombre como sucesora del contador Alejandro Tello…

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En la segunda mitad del siglo XX, la mayoría de las primeras damas procedió de la emergente clase media; se vinculó con las amistades de la política vía los nexos de los maridos; sostuvo sus círculos de amigos con mujeres que eran de su entorno íntimo; hizo trato social con las esposas de los funcionarios. Fueron un contrasto notabiliar respecto al siglo XIX.

Imagen:

La escultura representa a doña Apolonia de León, es11posa de Jesús Aréchiga Mojarro, quien fue gobernador de Zacatecas. La obra fue recreada por don Héctor Pedro González Ortega (tataranieto de Mercedes de Mercado y bisnieto de Jesús Aréchiga).