Lorenzo Dorado Martínez, es músico, tiene 61 años, desde la infancia convive con el violín, con la música.

Toca días terciados en la esquina de Allende e Hidalgo, a veces en la plaza Bicentenario; sale a buscar el sustento.

El repertorio lo componene vals, chotis,  y otros ritmos y, acepta, unos que se sabe, y otros que estudia.

Pero se define como músico lírico, si bien desde niño, cuando estaba en la primaria, su padre le sentó a tocar el violín, y tuvo sus primeras lecciones.

Tiene un mariachi, pero la pandemia les tumbó el trabajo, así que no hubo más remedio que a ir a las calles, y tocar.

Pero acepta y asegura que la gente es generosa, si bien en un momento a él y a tres músicos más la presidencia intentó moverlos, en especial de esa esquina, en la que está la tienda de los tecolotes, contra esquina del portal de Rosales.

Pero, sonríe siempre, no pasó a mayores,  ni duda que alguien se haya quejado, pero sigue, y se alterna, día y día, con otro músico, un guitarrista

Es cosa de alejarse, y las notas salen del violín, alegres, un chotis, y él se mueve al ritmo y al tiempo que pasa el arco sobre el violín…